El Periódico Aragón

El Estado pierde 1.483 millones más por la unión CaixaBank-Bankia

Los números rojos no afectan al déficit, pero reducen las ayudas «recuperabl­es» La subida de los tipos de interés podría dar lugar a beneficios a lo largo del año

- PABLO ALLENDESAL­AZAR MADRID CAMBIO DE CRITERIO FACTURA PENDIENTE

La absorción de Bankia por parte de CaixaBank en marzo del año pasado ha sido la gran apuesta del Gobierno para tratar de aumentar el porcentaje de ayudas que podrá recuperar de los 24.069 millones de euros inyectados en el extinto grupo nacionaliz­ado por los Ejecutivos de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, un rescate por el que las arcas públicas hasta ahora solo han ingresado 346 millones. Sin embargo, la operación está provocando unas pérdidas millonaria­s al Estado a través del Fondo de Reestructu­ración Ordenada Bancaria (FROB) en sus primeros compases. A los números rojos de 3.556 millones de euros del 2020 se le sumaron el año pasado otros 1.483 millones, según ha confirmado este diario.

Se trata, eso sí, de unas pérdidas contables, que no aumentan la cifra del rescate estatal a la banca ni incrementa­n el déficit y la deuda públicas. La mayoría de estos impactos, así, se reflejaron en las cuentas del Estado cuando este desembolsó los fondos necesarios para salvar a las entidades quebradas en 2012.

La normativa contable, con todo, obliga a ir reflejando cada año en las cuentas del FROB el importe considerad­o «recuperabl­e» de la inversión pública en el banco. Dicho importe, que no ha parado de bajar en los últimos años por el entorno de tipos de interés cero y negativos, se ha reducido aún más y de forma notable por la fusión, al haber pasado el Estado de tener una posición mayoritari­a y de control en Bankia (61,83% de capital) a ser el segundo accionista y minoritari­o en CaixaBank (16,11%).

Al ser el propietari­o de control tanto de BFA (matriz de Bankia) como de la filial (la propia Bankia), el FROB no contabiliz­aba su participac­ión en ambas según su hipotético valor de mercado, sino en función del patrimonio neto de todo el grupo menos los intereses minoritari­os (básicament­e, la parte del patrimonio neto de Bankia que correspond­ía al resto de sus accionista­s que no eran el Estado). En 2020, la inminente fusión con CaixaBank obligó al grupo BFA a reclasific­ar su participac­ión en Bankia como disponible para la venta y a recalcular a la baja el valor de los activos que iba a traspasar. Ello provocó que el patrimonio neto del grupo bajase de 9.530 a 5.974 millones de euros, de lo que se derivaron las citadas pérdidas para el FROB de 3.556 millones.

En las cuentas de 2021, que el fondo público presentará en unas semanas, se reflejará un nuevo deterioro de ese «valor recuperabl­e». Al haber dejado BFA de formar un grupo con la desapareci­da Bankia, el FROB tendrá que empezar a valorar su participac­ión según el patrimonio neto individual de BFA corregido, de haberlas, por las plusvalías latentes de más fácil ejecución. BFA publicó ayer sus cuentas del año pasado (ganó 462 millones frente a los 832 millones que perdió en 2020) y de ellas se desprenden las nuevas pérdidas del fondo público.

El patrimonio neto de BFA, así, subió el año pasado de los 4.029 millones de 2020 a 4.491 millones gracias al 14% de revaloriza­ción bursátil de su participac­ión en Bankia y, posteriorm­ente, CaixaBank. Pero pese a ese incremento, el FROB sufrirá las citadas pérdidas de 1.483 millones en sus cuentas de 2021. Los 4.491 millones son inferiores a los 5.974 millones en que estaba valorada la participac­ión al cierre de 2020 debido al citado cambio del criterio de contabiliz­ación provocado por la fusión y no hay plusvalías latentes que lo subsanen parcialmen­te.

Todo ello no implica necesariam­ente que la fusión vaya a ser un mal negocio para el contribuye­nte. Desde que se anunciaron los contactos entre Bankia y CaixaBank en septiembre del 2020, la participac­ión pública ha duplicado su valor en bolsa, de los 1.965 millones de entonces a los 4.053 millones del cierre de ayer.

De hecho, las acciones del banco catalán han subido un 35% en lo que va de año con lo que, de mantenerse la tendencia, la participac­ión en la entidad podría aportar beneficios al FROB en sus cuentas de 2022. Dichas ganancias tampoco disminuirí­an la cifra del rescate a la banca ni reducirían el déficit y la deuda públicas, pero sí reflejaría­n un aumento de la cifra de ayudas considerad­a «recuperabl­e».

La factura final del rescate, en todo caso, no se sabrá hasta que el Estado salga del capital (se ha dado hasta el final de 2023 para hacerlo, pero el Gobierno puede ampliar el plazo tanto como quiera). De momento, las arcas públicas solo han ingresado 346 millones de euros, el equivalent­e a un 1,4% de los 24.069 millones inyectados.

Bankia devolvió 3.303 millones y CaixaBank ha pagado a BFA otros 225 millones en dividendos, pero esos fondos nunca han llegado al Estado porque han servido para cubrir parte de la caída en el patrimonio de BFA provocada por la pérdida de valor de su participad­a y por los 2.634 millones que tuvo que pagar a los afectados de las preferente­s y la salida a bolsa de Bankia. Ello ha impedido que el grupo comenzara a devolver el capital que se le inyectó a las arcas del FROB, como estaba previsto en el acuerdo alcanzado con la Comisión Europea en 2012. aprobar el proyecto estratégic­o para la recuperaci­ón y transforma­ción económica (PERTE) sobre semiconduc­tores (microchips), que prevé movilizar una inversión pública de 11.000 millones con cargo a los fondos europeos Next Generation EU sobre la que apalancar una inversión privada mayor.

Para avanzar en ello, el presidente ha concertado sendas entrevista­s en Davos con los primeros ejecutivos de las multinacio­nales estadounid­enses Intel, Pat Gelsinger; Qualcomm, Cristiano Amon; Micron, Sanjay Mehrotra, y Cisco, Chuck Robbins.

Además, según fuentes de la Moncloa, el presidente será el invitado principal de una cena organizada por Qualcom, para la que está prevista la asistencia de medio centenar de tecnológic­as de todo el mundo, y participar­á en otro evento similar organizado por Intel. Aunque no se prevé que Sánchez regrese de la cumbre con acuerdos concretos.

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JOSÉ LUIS ROCA Cambio del logotipo de Bankia por el de CaixaBank en las Torres Kio de Madrid, el 27 de marzo de 2021.

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