En este 2021 no se construye en Zaragoza, nada de vivienda pública
en el tramo aludido.
No es un canal cualquiera. Junto con el de Castilla, son los dos grandes canales de la Ilustración, que se encuentran revestidos de arcilla y ello ha facilitado unos servicios medioambientales de arbolado en las orillas y de vida en el cauce que hacen que el canal tenga muchos puntos en común con un río, con la ventaja de ser un caudal controlado. Es un patrimonio arquitectónico y cultural que tantas veces se ha reivindicado.
Como señala Apudepa, «el Canal Imperial de Aragón en su conjunto, y sus acequias derivadas, forman parte importante del Patrimonio Hidráulico de Aragón, de nuestra historia y nuestro paisaje cultural, y por tanto deben ser protegidos como Bien de Interés Cultural en la Categoría de Sitio Histórico (este y todos los conjuntos de canales y acequias existentes en Aragón forman parte de nuestro paisaje y, por tanto, también deben formar parte del patrimonio como bienes catalogados). El canal Imperial debe contar con una protección en sus márgenes de 50 metros en el ámbito urbano y 200, en el medio rural. Su mantenimiento debe ser garantizado por el Gobierno de Aragón».
En especial la existencia de la almeja Margaritífera, única en todo el planeta, le confiere un valor excepcional y está dotada de un Plan de Conservación que promueve el Gobierno de Aragón desde hace décadas y aún a pesar de ello, hemos pasado de más de 4.000 ejemplares a menos de mil en la actualidad, en unos pocos años.
El mantenimiento del canal, en especial desde el cabezo de Buenavista, es manifiestamente mejorable. Pero la solución no es ponerse en el camino de la privatización, tal como se ha anunciado, del control de caudales en acequias y esclusas que pasarían a ser gestionadas por la Comunidad de Usuarios, de forma que los actuales operarios de la CHE se destinarían a otras tareas dentro de la confederación.
Es una operación, que engloba a más canales de la cuenca y basada en la triste cifra, de que solo desde el 2008, la CHE ha perdido el 40% de sus empleados. El debilitamiento de la Administración General del Estado se viene apoyando por gobiernos de diferente signo político. Todo ello coincide en una época en que gestionar la cuenca es una tarea cada vez más compleja. Es verdad que cierto tipo de trabajos se tenían que amortizar. Pero además de ingenieros, son necesarios más biólogos, geógrafos, economistas, informáticos, historiadores de arte...y operarios que ayuden al control de la calidad de las aguas, gestión de inundaciones, especies invasoras, restauración de ríos,…. To