El Periódico Aragón

Las mutaciones del virus ponen en duda el grado de inmunizaci­ón

Es posible que los que lo han padecido puedan volver a infectarse

- VALENTINA RAFFIO BARCELONA

Cuanto mayor es la expansión del virus, mayor es la probabilid­ad de que el patógeno mute. Al fin y al cabo, tal y como dictan las leyes de la selección natural, sobrevive el organismo que mejor se adapta. En apenas un año de recorrido, el coronaviru­s SARS-CoV-2 ha dado al menos 100 millones de saltos en todo el mundo; tantos como el número de infectados (detectados) que ha dejado hasta la fecha. Así que hoy por hoy el surgimient­o de nuevas variante del patógeno preocupa tanto o más que la propia expansión de la pandemia.

La teoría es clara. Si el virus sigue mutando, las armas naturales del cuerpo para hacer frente a una infección (como los anticuerpo­s) dejarán de ser útiles. En la práctica, según resume un reciente análisis publicado en la revista Science, es posible que las personas que ya han tenido covid-19 acaben siendo más susceptibl­es a una reinfecció­n. Y puede que en algún momento las actuales vacunas pierdan parte de su eficacia.

LA INCÓGNITA DEL ‘ERIK’ / El último análisis del comité de expertos en salud pública de Reino Unido traslada estos temores a la realidad epidemioló­gica actual. El análisis genético de la mal llamada variante británica (B.1.1.7) ha detectado una de las mutaciones que más inquietud han causado hasta la fecha, la E484K, también conocida coloquialm­ente como Erik por su similitud gráfica. Algunos estudios preliminar­es sugieren que esta mutación, situada en la proteína que permite al virus infectar a las células, reduce hasta 10 veces la efectivida­d del plasma sanguíneo usado para tratar a pacientes. Esto, en la práctica, apuntaría a que el virus está cambiando las cartas sobre la mesa y que la actual baraja de anticuerpo­s ya no sabe cómo responder a la jugada.

La gran pregunta vuelve a ser la misma. ¿Afectarán estas mutaciones a la efectivida­d de las vacunas? Los últimos ensayos clínicos publicados por Janssen y Novavax muestran que, por ejemplo, la eficacia de sus inmunizaci­ones disminuye donde predominan las variantes emergentes; ya sea británi

ca, brasileña o sudafrican­a.

«El mundo va a necesitar más vacunas para las nuevas variantes», afirmó ayer Ursula von der Leyer, presidenta de la Comisión Europea. «Como doctora, lo que me preocupa ahora son las variantes porque sé que los virus mutan. Por eso creo que hay que prepararse para escenarios que esperemos no lleguen», añadió la política en una entrevista concedida a El País y Le Monde. Sobre esta cuestión, los fabricante­s de vacunas aseguran que ya están preparándo­se.

El 12 de enero la OMS reunió a cientos de investigad­ores para estudiar qué estrategia había que adoptar ante la «oleada de nuevas mutaciones». La primera respuesta fue clara. Hay que aumentar el esfuerzo global en la secuenciac­ión del virus y redoblar esfuerzos en investigac­ión. En conclusión, hay que estar atentos.

 ?? EFE ?? Pruebas ‘puerta por puerta’ de la variante sudafrican­a en Reino Unido.
EFE Pruebas ‘puerta por puerta’ de la variante sudafrican­a en Reino Unido.

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