El PP insiste en descarrilar
Los conservadores se topan de nuevo con las cifras oficiales y un aluvión de críticas a su táctica de ‘cuanto peor, mejor’ con el tranvía como objetivo
Ni en los peores sueños podría imaginar la concejala conservadora María Navarro que la comisión extraordinaria que su partido había forzado por el veto del ministerio de Hacienda a Zaragoza de captar más créditos se convertiría en un rapapolvo unánime a sus augurios cenizos respecto a la deuda municipal. El enésimo apocalipsis contable a manos de la línea del tranvía, que ya todo el mundo sabe que nunca ha sido santo de la devoción del PP, le estrellaba de nuevo contra el Urbos 3 o contra sus propios fantasmas.
Ella inició el debate presagiando que el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) ya no podrá captar los más de 26 millones que preveía para el 2019 y que la ciudad lo sufriría en un mermadísimo capítulo de inversiones, para acabar bajando las orejas a manos del resto de partidos y de un interventor municipal que, como ella en teoría, defiende el interés de Zaragoza. Su teoría, de comparar este caso con el sufrido en Murcia (que no le ha quedado más remedio que computar la totalidad de la deuda de su tranvía) se quedó en el andén. Como en los últimos tres años, ya que el PP defiende la interpretación de que sí que debería computar los 233 millones como dice el Banco de España. O decía, porque hasta Madrid parece rectificar.
«Está mintiendo, coño, señora Navarro. No es así, no fue así y es que no va a ser así», llegó a recriminarle un encendido Fernando Rivarés, responsable municipal de Economía, que, esta vez sí, contó con el capote del interventor y de todos los grupos. «Siga haciendo el ridículo contradiciendo al interventor y a su propio partido», añadió, porque como el resto también le dijo, fue el PP de Rajoy el que dio luz verde a la salida del plan de ajuste en mayo del 2018 porque, entre otros parámetros, Zaragoza cumplía el nivel de endeudamiento.
A juicio del edil de ZeC, el discurso «disociado y disérgico» del PP apuntaba a una situación «catastrófica que no existe». «Al PP solo le interesa que al ayuntamiento le vaya muy mal para ver si le saca rédito electoral», subra- yó el socialista Javier Trívez, que recordó aquella frase de Cristóbal Montoro en el 2012 que le hizo famoso, la de «que caiga España, que ya la levantaremos nosotros». Ese «cuanto peor, mejor», añadió Carmelo Asensio, de CHA, que es «la peor de las políticas» y que ha sido una constante desde hace años y, en concreto, con el tranvía.
Para Trívez lo único preocupante era la «insistencia» desde Madrid en que computara la deuda del tranvía, pero que «si está por debajo del 110%, el problema ha finalizado», porque la del tranvía es una deuda «virtual», solo contable, «que no hay que devolver». Pero si persistía el ministerio, esta sería «una batalla difícil de ganar».
Sara Fernández, Cs, se sumó a la «preocupación» de cuándo se aclarará todo esto y si dará tiempo a que haya un presupuesto. Y el nacionalista Asensio lamentó este debate «técnico, farragoso, que nadie entiende», que si se traduce en un veto sería «un descalabro» para Zaragoza.
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