Seguro que me dejo algo
Hoy comentaré la última matanza de palestinos en Gaza, pensé por la mañana. Pero luego, ¡ay, Señor!, alguien me interpeló por el silencio que supuestamente he guardado sobre el viaje a Nueva York del que fuera secretario general de PodemosZaragoza y cooordinador del grupo municipal de Zaragoza en Común. Me quedé dándole vueltas al tema, no crean, aunque no acabé de pillarle la chicha, el solomillo donde hincar el diente. Porque la cosa sucedió hace algún tiempo, el dinero (extraído por un dudoso error de una cuenta que recoge las donaciones de los munícipes comunes) había sido devuelto, los interfectos (que son pareja) han dimitido de sus cargos en el partido morado y luego en ZeC... En fin, que como estamos en España no tuve claro si esto ha sido un escándalo ya resuelto, un detalle significativo o qué clase de fenómeno.
Entonces me di una vuelta por los medios digitales y comprobé hasta qué punto la cuestión catalana agobia a las Españas (con su correspondiente daño colateral para las expectativas electorales de las izquierdas y el viejo bipartidismo). Claro: Torra, el nuevo president, parece un tipo conservador y racista, nazi si quieren. No obstante resulta ya muy fatigoso explicar las complejas razones por las cuales el nacionalismo centrífugo separatista y el nacionalismo centrípeto españolista han creado, en aparente pugna pero evidente complicidad, las condiciones para que un individuo así acabe titulado molt honorable, sin que quepa objetar los irreprochables fundamentos democráticos de su elección.
Me lo dicen los lectores, los vecinos, los conocidos, los amigos: escribe sobre la creciente levedad del Gobierno de Aragón... sobre la repetición del proceso a la muelense
Pinilla y cómo forzó un juicio nulo mediante el truco más viejo, manido e inaceptable que conoce el circo legal... sobre ese tuitero que irá a la cárcel... sobre la presunta financiación ilegal del Bloc y el PSOE valencianos. Y así, cada día, algún lector me reprocha no centrarme en el asunto más crucial, sea cual fuere. En fin... mañana, Israel. Ya está.