Muere Manuel Charlín, el abuelo del narco gallego
El gran capo de las Rías Baixas fundó el mayor entramado empresarial con el tabaco ilegal y el tráfico de drogas
Pontevedra La avanzada edad de Manuel Charlín Gama, con la huella de cuatro décadas de negocios ilegales a cuestas, dos de ellas en un férreo presidio, no pudo con el incombustible capo gallego, sino que fue probablemente una fatídica caída en su casa de Vilanova de Arousa (Pontevedra) la que acabó con su vida, aunque padecía también una dolencia cardíaca. A la espera del resultado de la autopsia, el accidente doméstico pudo ser el detonante que segó la vida del anciano de 89 años, el hombre que introdujo el tráfico de drogas en las rías gallegas, a media tarde del 31 de diciembre sin que el equipo de emergencia que le asistió en su domicilio pudiera reanimarle.
El viejo Charlín vivía en una casa embargada, una de las pocas propiedades que todavía estaban en manos de la familia y que están intervenidas judicialmente a la espera del que sería su último juicio por blanqueo de dinero. El día de Fin de Año, el patriarca del clan de Los Charlines había tomado tranquilamente el aperitivo en compañía de su hijo Melchor —su mayor aliado en los últimos tiempos— y varios amigos en el bar Áncora de Vilanova.
En agosto de 2018, una operación de cocaína con otros históricos narcos enredó de nuevo al viejo Charlín en los juzgados. Fue una falsa alarma, ya que el patriarca salió indemne de la investigación, aunque quedó patente que él y su hijo Melchor intentaron participar en el suculento envío de droga a Galicia, pero fueron relegados por los otros narcos debido a su falta de liquidez económica. Era evidente que el gran patrón de la droga en las rías gallegas había perdido su jerarquía en el negocio. Un año antes, dos encapuchados con una recortada habían asaltado su casa, donde propinaron una paliza al padre y al hijo.
El patriarca del clan de Los Charlines estaba en libertad desde 2010 después de haber cumplido 20 años de condenas por tráfico de cocaína y encadenado varias prisiones preventivas por otros alijos y causas como inducción al asesinato y blanqueo de dinero, delitos que acabaron salpicando a su esposa, Josefa Pomares, fallecida en 2012, y sus seis vástagos. A la sombra del narcotráfico, Charlín levantó múltiples negocios como cocederos de marisco, conserveras, mejilloneras y un emporio inmobiliario de mansiones antiguas y nuevas construcciones donde la familia trabajaba y vivía en medio de un tren de vida de llamativos excesos que terminaron por dinamitarla.
Junto a su hermano José Luis, Manuel Charlín forjó en la década de los años setenta la mayor organización dedicada al contrabando de tabaco en la ría de Arousa. Los métodos mafiosos que ambos ya aplicaban entonces, como encerrar en un camión frigorífico a un vendedor de cajetillas por una deuda, pusieron los cimientos de la redada policial que acabó con las tres principales compañías tabaqueras que se repartían los alijos en las Rías Baixas.
Para entonces, Los Charlines ya habían dado el salto a las drogas, los primeros en hacerlo dentro de las organizaciones ilegales que operaban en esa zona de Galicia al calor del comercio clandestino de tabaco. Con una potente flota de barcos, los hermanos se hicieron con el control del narcotráfico en las rías gallegas y los hijos de ambos pasaron a ocupar la primera línea del negocio de estupefacientes: heroína, hachís y cocaína. El clan había creado su propia escuela de narcos de la que salieron la mayoría de los capos que hicieron fortuna en la década de los años noventa.
La Operación Nécora, la primera gran redada contra el narcotráfico gallego, lanzada en 1990, fue un simple zarpazo para Manuel Charlín tras quedar libre de cargos, pero la ostentación del clan y su impunidad se convirtió cinco años después en un asunto aparte que hizo tambalear a toda la organización. En 1995, la Audiencia Nacional embargó todas las propiedades a Los Charlines, valoradas en unos 30 millones de euros, en el mayor proceso por blanqueo de dinero del narcotráfico en Galicia. Un caso que todavía estás dando los últimos coletazos y mantiene en vilo al clan.
Toda la familia en prisión Una investigación iniciada desde la Fiscalía Antidroga a finales de 2007, la Operación Repesca, puso de nuevo en el punto de mira a esta histórica familia que ha visto pasar a todos sus miembros por la cárcel. Los orígenes están en la condena al matrimonio Charlín y a sus seis hijos a 104 años de prisión por blanqueo de dinero de la droga. Pero tres años después, el Tribunal Supremo revocó parcialmente el fallo, rebajó la condena de Manuel Charlín y absolvió a su hija Teresa.
El mismo tribunal acordó decomisar solo los bienes obtenidos por el clan después de 1990 y decretó el embargo de los anteriores a esa fecha si las millonarias multas impuestas no se hacían efectivas. Esta decisión permitió a Teresa Charlín recuperar en subastas parte de las empresas más rentables. Fue ese el momento en que la maquinaria judicial reinició todo el proceso. Cuando el clan aparentaba estar arruinado, la investigación empezó a arrojar indicios insólitos sobre su recuperación económica al ser intervenidos más de 15 millones de euros en inmuebles, depósitos en cuentas suizas y negocios marisqueros en China. El juicio previsto para 2022 ya no sentará al viejo patrón en el banquillo.
Madrid La frase más escuchada en este final e inicio de año en España, con permiso de ómicron, es “qué buen tiempo hace”. Tanto, que incluso por toda la costa del Cantábrico la gente se animó ayer a ir a la playa y a bañarse en pleno invierno. Pero esto no es buen tiempo, es un tiempo realmente anómalo. Las temperaturas máximas están en general entre 5 y 10 grados por encima de lo normal, incluso entre 10 y 15 grados de más en zonas medias y altas, con valores tan llamativos como 25 grados en Bilbao y 20 en Ávila.
La Nochevieja de 2021 y el día de Año Nuevo de 2022 han sido “inusualmente cálidos”, ratifica Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). “Hablamos de valores que veríamos normalmente en España
a mediados del mes abril”, subraya. De hecho, este 31 de diciembre ha sido el más cálido desde que hay registros en muchas ciudades y se han pulverizado seis récords absolutos de temperaturas máximas para este mes con 25,2º en el aeropuerto de Bilbao o 22,2º en Cuenca.
Todo el país está marcando valores anómalos. Ayer cayeron otro “buen puñado de récords de calor para enero, con valores en el Cantábrico y Canarias que no son raros en pleno verano”, añade Del Campo. Los termómetros marcaron a primeras horas de la tarde 27,9º en Tacoronte (Santa Cruz de Tenerife), 26,3º en Yecla (Murcia), 25,4º en Castropol (Asturias) y 24,9 en San Sebastián.
La causa, explica el portavoz de la Aemet, es la presencia de “una masa de aire de origen subtropical inusualmente cálida que se ha instalado sobre Europa occidental” combinada con los efectos de las altas presiones. En cambio, en los fondos de valles, por el fenómeno de inversión térmica, los valores son más razonables. Las mínimas, aunque también están por encima de lo habitual, “no lo están tanto como las diurnas”.
El meteorólogo Juan Jesús González Alemán, uno de los mayores expertos en sistemas tropicales de España, lo resumió así en Twitter: “Bienvenidos a una nueva era climática”. “No nos estamos dando cuenta de la excepcionalidad de la situación por ser invierno, pero se están alcanzando temperaturas récord en, al menos, los últimos 40-70 años”, dice.
¿Hasta cuándo va a durar este episodio de calor? Del Campo avanza que tanto hoy como mañana “también serán unas jornadas con tiempo estable en general”, aunque el paso de frentes poco activos puede dejar lluvias débiles en Galicia, Asturias y en torno a la cordillera Cantábrica. Las temperaturas “irán bajando, pero todavía tendremos valores muy altos para la época”, con más de 20º a mediodía en buena parte del tercio sur peninsular, área mediterránea y puntos del Cantábrico. A partir del día 4 crece la incertidumbre, pero Del Campo atisba la llegada de un frente atlántico al norte peninsular, que puede dejar lluvias en Galicia, Cantábrico, Pirineos, Alto Ebro y la Meseta norte, y que es posible que se registren en otros puntos del oeste y extremo norte peninsular. Las temperaturas seguirán bajando, pero los valores continuarán siendo altos, “aunque ya no tan marcados” como en días anteriores.