El Pais (Valencia)

“Quiero una España en que quepan todas las Cataluñas”

- P. R. P. R. P. R. P. R. P. R. una “No deseo ser candidata; abriré una conversaci­ón con la sociedad” P. R. R. P. R. P. R. P. R. P. R.

Madrid La ministra hacedora de la primera reforma laboral pactada con sindicatos y patronal aspira a una gran conversaci­ón con la sociedad sobre el futuro de España pero aún no sabe si aspira a encabezar una candidatur­a electoral. Aquí cuenta que no quiere.

Ha declarado que renuncia a ocupar la esquinita a la izquierda del PSOE y que prefiere una izquierda más transversa­l que ocupe más espacio. ¿Es el mismo proyecto político que lideró en su día Pablo Iglesias con el que Podemos consiguió 71 diputados, o se diferencia en algo?

Estoy volcada en la gestión del ministerio. Lo que voy a hacer a partir de ahora es abrir una gran conversaci­ón con la sociedad española, pero no para un proyecto político. No estoy hablando de una candidatur­a. Creo que nuestro país está hastiado de proyectos políticos. Yo quiero cambiar la vida de la gente de verdad, por eso me seduce más lo pequeño. Lo que voy a hacer es abrir una conversaci­ón con los sectores profesiona­les de la sociedad española. Y además no voy a hablar yo, van a hablar ellos. A mí me gustaría conocer, por ejemplo, qué política de ingresos públicos entiende una parte de nuestro país que debe tener España, que sigue teniendo entre siete y ocho puntos de diferencia con la media europea. Eso es otra anomalía tributaria.

¿Lo hará con el traje de ministra de Trabajo?

No, lo voy a hacer como Yolanda Díaz, pero no con el ritmo ni con la pretensión de una candidatur­a. Yo quiero saber qué piensan sobre los impuestos en nuestro país los arquitecto­s, las abogadas, los trabajador­es de la construcci­ón, los médicos… si piensan que tenemos que actualizar la estructura tributaria, que deje de ser del siglo XX para ser del siglo XXI. Si a los ricos de nuestro país tenemos que decirles que tienen que formar parte del contrato social. Es lo que quiero hacer.

Eso parece precampaña electoral...

No es una campaña. Lo fácil sería eso. Si yo me quisiera presentar a las elecciones, lo diría. Ya me va conociendo España y no me quiero presentar a las elecciones. Quiero hacer algo mucho más difícil, que es abrir una conversaci­ón con la sociedad española y cambiar los parámetros, porque creo que la sociedad es moderna y quiere esto, no quiere más políticos.

Que no quiera ser candidata no significa que no vaya a ser candidata...

Las personas que me conocen saben lo que me gusta y lo que no, y saben que soy capaz de estar nueve meses pasándolo mal para subir el salario mínimo 15 euros. Si alguien me dice que Yolanda Díaz va a trabajar miles de horas para una candidatur­a electoral, ya le he dicho a la sociedad española que no. Soy franca.

Pero esa conversaci­ón con la sociedad será también para preparar una candidatur­a...

No, al revés, es que es todo lo contrario. Yo creo que la sociedad española está hastiada. Primero de una oposición que es un páramo, que no tiene proyecto político para su país. Está hastiada del ruido político, de los insultos, de la bronca. Creo que este país puede ser mucho mejor. Y ahí sí digo con contundenc­ia: ¿voy a trabajar para mejorar mi país? Sí. ¿Quiero ser vicepresid­enta? Ya sabe todo el mundo que no. Me ha empeorado la vida sustancial­mente. ¿Sueño con volver a mi Galicia? Sí, es verdad. Y luego digo que voy a trabajar desde el lugar que me toque para que no gobierne la ultraderec­ha. ¿Para eso hay que ser candidata? No. Lo he hecho toda mi vida desde que era una joven abogada. No hay que ser candidata para eso.

¿Pero esa gran conversaci­ón tendrá un objetivo?

El objetivo es mejorar mi país y tener un proyecto, que es lo único que me anima, un proyecto para la próxima década. Ya en parte lo estoy haciendo.

P. ¿Y no quiere mejorar el país desde la presidenci­a del Gobierno?

No estoy en eso y lo digo con sinceridad.

Esa respuesta desconcert­ará a la gente que la quiere votar.

Sí, es verdad. Todo el mundo quiere ser cosas, pero yo no quiero ser cosas.

Lo digo por lo que pueda pensar la gente que vota a Podemos...

Respeto muchísimo a mis compañeros y compañeras de Unidas Podemos, de los comunes, de todos los partidos que quieren que yo afronte este reto y les quiero dar las gracias. Pero digo con honestidad que yo no he tomado esa decisión. Y cuando la tome, la voy a comunicar, si la tomo, igual que si decido volver a Galicia.

¿Qué acuerdo le resultaría satisfacto­rio en la mesa de diálogo con el Gobierno catalán? ¿Un referéndum de autodeterm­inación acordado sobre la independen­cia de Cataluña?

Nunca debimos haber salido del diálogo en Cataluña. Siempre que hay que hablar de Cataluña es hablar de España. Y quiero una España en la quepan todas las Cataluñas y todas las Galicias, porque hay muchas Cataluñas, muchas Galicias y muchas realidades diferentes. Y esto es lo que creo que quiere mi país y yo quiero que podamos pasar página. Creo que se ha pasado ya en Cataluña. Respeto absoluto a la mesa de diálogo en la que estoy.

¿En su proyecto de frente amplio cabe el nacionalis­mo independen­tista?

No estoy en un proyecto político. Eso es metapolíti­ca. Esto no es un proyecto político, creo que es un proyecto social.

Durante las 23 sesiones de control de 2021 hubo temas recurrente­s en los que se usaron premisas falsas para descalific­ar al Gobierno. Son estas.

1. “Seis millones de parados”. El Servicio Público de Empleo Estatal ofrece un registro de parados actualizad­o cada mes. En el pico más alto del año (febrero), el paro ascendió a 4.008.789 personas. Algunos partidos engordaron la cifra hasta alcanzar los seis millones.

2. Excarcelac­ión de etarras y traspaso de prisiones. Este año se ha consumado el traspaso al País Vasco de la gestión de las prisiones. La oposición denunció una cesión del Gobierno a EH Bildu para facilitar la excarcelac­ión de presos de ETA, que solo puede autorizar un juez. Esa argumentac­ión obvia que solo se traspasa la gestión de prisiones, no abarca la política penitencia­ria, que continúa siendo materia exclusiva del Estado, de acuerdo con el artículo 149 de la Constituci­ón.

3. Una ley para defender al okupa y castigar al propietari­o. El Gobierno aprobó un real decreto ley en plena pandemia (con sus sucesivas prórrogas) que suspendía temporalme­nte –sin cancelarlo­s– determinad­os desahucios en casos de vulnerabil­idad acreditada. La medida

contemplab­a la suspensión de los desahucios en los casos en que el propietari­o tuviera más de 10 viviendas; y en última instancia, se daba potestad al juez para hacer una valoración ponderada. La oposición, encabezada por el PP, afirmó que ese decreto otorgaba libertad para okupar y desprotegí­a a los propietari­os.

4. Una reforma legal para atacar al policía y defender al delincuent­e. La propuesta de modificaci­ón de la Ley de Seguridad Ciudadana no recorta el material antidistur­bios ordinario, como las pelotas de goma. Tampoco suprime la presunción de veracidad de los agentes de policía, solo los conmina a elaborar un relato de los hechos que sea “coherente,

juez quien tiene la última palabra.

—Diego Gago Bugarín (PP). “Si seguimos por el camino que usted nos marca [Teresa Ribera, vicepresid­enta tercera], probableme­nte el cierre de empresas será todavía mucho mayor. Ya el año pasado se fueron 700.00 empresas literalmen­te al cierre”

De acuerdo con el anuario de Trabajo, el número de empresas inscritas en la Seguridad Social en 2019 fue de 2.919.407. En 2020, la cifra descendió hasta las 2.897.425, lo que dejaría un saldo negativo de 12.982. calle”. El traspaso, previsto en los artículos 10.14 y 12.1 del Estatuto de Autonomía vasco de 1979, solo abarca la gestión de las prisiones, es decir, la ejecución de la legislació­n en materia penitencia­ria es competenci­a del Gobierno y la excarcelac­ión de presos depende de los jueces.

—Ana María Zurita (PP). “Traen dos decretos donde, con el pretexto de prohibir los desahucios, legalizan la okupación y la libre disposició­n de propiedade­s que no son suyas. Okupa y expropia, ataca impunement­e a la propiedad privada”. Los reales decretos del 31 de marzo y del 22 de diciembre suspendían, sin cancelar y “con carácter extraordin­ario y temporal” por el estado de alarma, los desahucios en determinad­os supuestos. Entre otras condicione­s, se establecía que el inquilino estuviera en una situación de vulnerabil­idad acreditada por los servicios sociales y no tuviera una alternativ­a habitacion­al —se conminaba a la Administra­ción a encontrárs­ela, en cuyo caso se levantaría la suspensión y se reanudaría el desahucio— y que el propietari­o de la vivienda fuera titular de más de 10 domicilios. No se aplicaría en ningún caso en inmuebles cuyo titular tuviera menos de 10 viviendas; tampoco en casos de primeras o segundas residencia­s acreditada­s, independie­ntemente del número de propiedade­s del titular; y tampoco si el ingreso o la permanenci­a en el inmueble eran consecuenc­ia de la comisión de un delito. En el segundo decreto, este último punto se sustituyó por el supuesto de que hubiera mediado “intimidaci­ón o violencia” en la entrada o para permanecer en la vivienda. En cualquier caso, se reconocía la potestad al juez de realizar una “valoración ponderada y proporcion­al del caso concreto”. En el pleno del 24 de marzo, el popular Miguel Ángel Castellón volverá a sostener que el decreto “ampara la okupación ilegal” e “impide que los jueces puedan devolver el uso de un inmueble okupado a sus propietari­os”.

—Ana María Zurita (PP). “Tenemos una España con 5,5 millones de parados y, en vez de 20.000 viviendas construida­s, tenemos 15.000 okupadas”. El paro en febrero, según el SEPE, el número de desemplead­os era de 4.008.789. Las condenas por allanamien­to de morada en 2020 (en cuyo tipo cae la okupación a particular­es) fue de 185, según el INE. Las condenas por usurpación (donde caería la okupación de casas vacías de bancos) fue de 3.157. Para encontrar una cifra parecida a 15.000 okupacione­s habría que ir a las denuncias, pero sin tener en cuenta su desenlace. Ascendiero­n en 2020 a 14.675, sin distinción entre uno y otro tipo.

—Pablo Casado (PP). “Más de 30.000 ancianos han muerto en residencia­s. Ese es el único legado del señor Iglesias”. Las residencia­s de ancianos son competenci­a autonómica, por lo que no correspond­e atribuirle a Iglesias la responsabi­lidad por los fallecimie­ntos.

—Cuca Gamarra (PP). “Los casi seis millones de españoles que quieren trabajar y no pueden no son la prioridad de su Gobierno”. El paro en febrero ascendió a 4.008.789 personas. Si se incluyera a los trabajador­es en ERTE como parte de los que quieren trabajar y no pueden, habría que sumarle 858.785. En total, 4.867.574, aún lejos de los seis millones. En el pleno del 24 de marzo, Casado volverá a hablar de “seis millones de desemplead­os”.

—Edmundo Bal (Ciudadanos). “Ha prometido usted el escudo social, y más del 80% de los hogares españoles aún esperan el ingreso”. De acuerdo con los datos disponible­s en aquel momento del Ministerio de Seguridad Social, a 16 de diciembre de 2020, de las 1.079.422 solicitude­s de ingreso mínimo vital (IMV) válidas, se habían resuelto 626.355, es decir, el 58%. Quedarían por resolver el 42%.

—Pablo Casado (PP). “El Gobierno ha ocultado casos de extorsión y abusos a menores en Valencia y Baleares”. Los casos a los que se refiere no se ocultaron sino que fueron investigad­os y, en el caso de Valencia, castigados. El Consell Insular de Mallorca, gobernado por PSOE, Més per Mallorca y Unidas Podemos, creó una comisión de expertos que el pasado septiembre presentó un informe con recomendac­iones para evitar nuevos casos. La Fiscalía de Menores de Baleares archivó la investigac­ión sobre una supuesta red organizada dedicada a la explotació­n sexual tras nueve meses de investigac­ión.

—Rosa María Romero (PP). “¡Estamos en la cola de Europa en vacunación!”. A 23 de marzo

7. Los precios de la luz. Precio mayorista de la energía / factura del consumidor. Las históricas subidas en el mercado mayorista de la energía han impactado en la factura de la luz de los consumidor­es. No obstante, el incremento en un porcentaje determinad­o de su precio mayorista no se traduce en un aumento de la misma proporción en la factura doméstica. La oposición mezcló ambos conceptos dando a entender que se producía tal asociación e imputando al Gobierno la responsabi­lidad de ambas.

8. Subida colosal de impuestos. La presión fiscal en España está a algo más de siete puntos de la media europea. El Plan España 2050 del Gobierno prevé

situarse al mismo nivel de tributació­n que la UE en un periodo de 30 años. De lograrse, supondría aumentar la recaudació­n anual del Estado en 80.000 millones. No es, como se ha dado a entender, un aumento en los ingresos de las arcas públicas previsto para este año como consecuenc­ia de la subida de impuestos.

9. Financiaci­ón ilegal de Podemos a través de narcodicta­duras. PP y Vox denunciaro­n la financiaci­ón ilegal de Unidas Podemos a través de narcodicta­duras. Se referían a un caso abierto en los juzgados sobre el pago de Unidas Podemos a una empresa mexicana por servicios supuestame­nte no realizados. Los hechos no se han acreditado. La oposición

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Yolanda Díaz, durante la entrevista en el Ministerio de Trabajo, el jueves.
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Vista del hemiciclo durante la última sesión de control, el 21 de diciembre.
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Macarena Olona (Vox) muestra una foto de Yolanda Díaz con la policía, el pasado octubre.

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