El FMI rebaja la previsión global de crecimiento por la guerra comercial
La guerra comercial entre EE UU y China está afectando más de lo previsto al gigante asiático y a la economía global. El Fondo Monetario
La expansión continúa, pero se debilita más rápido de lo previsto hace apenas unos meses, según admitió ayer en Davos la nueva economista jefe del FMI, Gita Gopinath. Y aunque la rebaja es modesta (dos décimas de PIB este año y otra décima para 2020, hasta el 3,6%), el creciente vínculo entre las tensiones comerciales y los mercados en un escenario de endurecimiento de las condiciones financieras —por la subida de tipos de interés de los bancos centrales— eleva considerablemente los riesgos para este ejercicio.
“El comercio y la inversión se han frenado, la producción industrial fuera de EE UU se ha desacelerado y los índices de los gestores de compras se han debilitado, lo que apunta a un escenario general más débil. Aunque eso no significa que estemos ante una crisis, hay que tomar nota de los muchos riesgos al alza”, recalcó Gopinath. Entre estos riesgos, el Fondo señala que Reino Unido salga de la UE sin acuerdo —“una amenaza que ya se refleja en la caída de la inversión”, apuntó la economista jefa— y una desaceleración mayor de lo previsto en China.
En 2018, las autoridades chinas emprendieron reformas para regular la actividad bancaria en la sombra y la inversión no presupuestaria de los gobiernos locales que frenó su crecimiento, pero la escalada comercial con EE UU ha obligado a Pekín a revertir esas políticas y aprobar medidas de estímulo EE UU Zona euro Alemania Francia Italia Japón Reino Unido Canadá Brasil México Rusia China India Internacional (FMI) rebaja sus previsiones de crecimiento para este año en dos décimas, hasta el 3,5%, y podría ser más si la salida de Reino Unido de la UE se produce sin acuerdo o si el enfrentamiento entre las dos Otras econ. avanzadas África subsahariana Latinoamérica y el Caribe Com. de Estados Independientes Asia emergente y en desarrollo Países emergentes de Europa Arabia Saudí para suavizar el frenazo. “Las rebajas de los tipos de interés y la relajación de las reservas de capital a los bancos han amortiguado el frenazo”, explicó Gopinath. Pero puede no ser suficiente. 2,4 6,5 3,8 2,2 6,3 0,7 2,3 6,4 2,4 potencias se recrudece. Así las cosas, el Fondo espera que los bancos centrales tomen nota del nuevo escenario de riesgos y suavicen la normalización de sus políticas monetarias y, con ello, las subidas de los tipos. “Su desaceleración podría ser más rápida de lo previsto si continúan las tensiones comerciales”, advirtió la economista jefe.
A esas amenazas se suma la incertidumbre ante los nuevos primas. El Fondo prevé que el barril de petróleo se sitúe entre los 55 y los 60 dólares este año.
Entre los países desarrollados, es la zona euro la que sufre una revisión mayor de sus perspectivas de crecimiento (tres décimas menos de lo previsto en octubre, hasta el 1,6%), debido a las dificultades del sector automotriz en Alemania y las renovadas tensiones en Italia, que apenas crecerá un 0,6% este año.
Foco en los bancos centrales
Entre los emergentes, Turquía y México apuntalan la rebaja de las previsiones, al pronosticar una recesión mayor de lo previsto en el primero y una caída de la inversión privada en el segundo. En México, con un nuevo Gobierno desde diciembre, el FMI prevé una notable desaceleración (de cuatro décimas este año y medio punto el que viene, al 2,1% y 2,2% respectivamente), debido a la “incertidumbre política, que afecta a la inversión y el sector privado”, señala el organismo. Sin embargo, para Brasil, cuyo nuevo presidente tomó posesión el pasado día 1, el Fondo confía en que la recuperación se mantenga, con un crecimiento del 2,5% este año, una décima más de lo previsto, y un 2,2% para 2020, una décima menos. Pero no como consecuencia del programa económico de Jair Bolsonaro, explicaba el subdirector de Análisis, Jean Maria Milesi Feretti. “Son factores puramente cíclicos, Brasil acaba de salir de una fuerte recesión y es normal que se recupere”, aseguró.
Después de años fuera del foco, tras su protagonismo durante la Gran Recesión, el Fondo lanza una advertencia a los banqueros centrales, este año ausentes de Davos. “La política monetaria en las economías desarrolladas debería seguir normalizándose con cuidado. Los principales bancos centrales están al tanto de la desaceleración y esperamos que calibren sus pasos”, señaló Gopinath. Un argumento que, salvando las distancias, se aproxima a las declaraciones del presidente Donald Trump, que criticó las subidas de tipos de la Reserva Federal, y que recoge el sentimiento del mercado de que no habrá nuevas alzas de tipos en EE UU en la mayor parte de este ejercicio.
En este escenario, el Fondo defiende una mayor cooperación internacional, una política que pierde adeptos a pasos agigantados. “La prioridad política es que los países resuelvan con rapidez y cooperación sus desacuerdos comerciales y la consiguiente incertidumbre política, en lugar de levantar dañinas barreras y desestabilizar una economía global debilitada”, ha apuntado Gopinath.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, fue más allá al pedir a la comunidad internacional “redoblar sus esfuerzos para resolver los problemas, desde la reforma del sistema de comercio mundial a la lucha contra la corrupción y la evasión fiscal y afrontar la amenaza del cambio climático”. Lagarde apuesta por un “nuevo multilateralismo”. “Como nuestro informe demuestra, este tipo de cooperación es más urgente que nunca”, añadió. No parece que los accionistas mayoritarios del organismo, con EE UU a la cabeza, estén por la labor.