El Pais (Valencia)

Un bufete con las leyes de las telenovela­s

La pelea por el espacio

- ÁLVARO P. RUIZ DE ELVIRA,

Las tardes de La 1 quedan desde hoy copadas por las telenovela­s. Tras el final el viernes, de Centro médico, que mezclaba ficción con una suerte de falso documental sobre casos de un hospital, la nueva apuesta de la cadena pública es una producción ambientada en un bufete. Derecho a soñar se emitirá de lunes a viernes (18.15), entre Acacias 38 y España directo, y competirá con otros culebrones y programas como El secreto de Puente Viejo (Antena 3), Hawai 5.0 (Cuatro), Sálvame naranja (Telecinco) y Más vale tarde (La Sexta).

La idea de La 1 es continuar la estela de Servir y proteger, que se emite dos horas antes, y seguir renovando su oferta de ficciones diarias con tramas contemporá­neas, lejos de las de época, que llegaron a copar las tardes en muchas cadenas (Acacias 38, Seis hermanas, El secreto de Puente Viejo, Amar en tiempos revueltos, Bandolera, Amar es para siempre…).

“No hay demasiadas series de abogados. Vamos a ver por dentro lo que es un bufete profesiona­l. Cada semana, un caso, que terminará los viernes en un juicio donde veremos cómo acaba todo”, explicó el productor Vicente Torres la semana pasada en la presentaci­ón. Servir y proteger, que suma 430 capítulos desde su estreno en 2017, está ambientada en una comisaría.

Derecho a soñar se centra en Julia Rojas, una joven recién licenciada en Derecho (encarnada por Alba Ribas) que entra a trabajar en un bufete como secretaria de Jorge Leiva uno de los socios (interpreta­do por Jon Arias). El programa ofrece todos los elementos de las telenovela­s clásicas. “Es una historia de amor que va a tener un recorrido hasta, supongo, que acaban juntos. La idea es guardar las bases clásicas que siempre han funcionado, y traerlo todo a la actualidad”, apunta Fernando López Puig, director de Ficción de TVE.

Una de las caras más conocidas del reparto es Jorge Sanz, quien interpreta al marido de la jefa de las secretaria­s. El veterano Telecinco y Antena 3 copan gran parte de la audiencia de las tardes. La primera ofrece entre las 16.00 y las 20.00 dos entregas del magacín de crónica rosa Sálvame, el Limón yel Naranja (la cadena diferencia ambos ya que el segundo debe cumplir con las normas del horario protegido infantil). Y cierra la tarde con Pasapalabr­a.

Antena 3 ofrece en ese horario dos telenovela­s (Amar es para siempre y El secreto de Puente Viejo) y dos concursos (Ahora caigo y ¡Boom!).

La 1 lo apuesta todo a las ficciones diarias (Servir y proteger, Acacias 38 y ahora Derecho a soñar) conecta a las 19.25 con España directo.

Cuatro se inclina por las series de acción (Hawii 5.0 y NCIS: Los Ángeles), yLa Sexta por la actualidad, con humor en Zapeando Más vale tarde. y y actor se muestra encantado con el formato y el horario de la serie: “Es una hora en la que la gente necesita que le cuentes una buena historia y que le distraigan. Tenemos la oportunida­d de llegar a ellos y entretener­les”. El elenco se completa con nombres como Joaquín Climent, Guiomar Puerta, Mamen Duch, Ariana Martínez, Belén Fabra, Ana Risueño, Lola Baldrich y Aixa Villagrán, entre otros.

Derecho a soñar llevaba tiempo esperando su estreno. Terminó de rodarse en noviembre de 2017 y los 130 episodios se quedaron en un cajón esperando un hueco. López Puig recalca que no estaba guardada porque la cadena no confiase en el producto, sino que ha sido un “servicio público”, como respeto a los espectador­es de Centro médico, cuyo periplo terminó después de 1.200 entregas en tres años. “Existía una obligación de continuar con Centro médico. Necesitába­mos tener una serie como Derecho a soñar en la reserva”, prosigue. La ficción médica, con dos episodios diarios, no llegaba en cada uno de ellos a los 800.000 telespecta­dores, con cuotas de pantalla de entre el 5% y el 7%.

Derecho a soñar es una telenovela, pero, como pasa con Servir y proteger, no quiere descuidar las tramas profesiona­les. Las materias que aborda cada semana se inspiran en casos reales, “de la vida cotidiana”, apuntó López Puig en la presentaci­ón. Se rodó en un plató de 2.000 metros cuadrados en que los decorados recrearon la lujosa sede del bufete, los juzgados, una calle en una zona céntrica de Madrid y las viviendas de los principale­s personajes.

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