El Pais (Valencia)

24 horas nefastas para España

El portero Corrales, hospitaliz­ado tras caerle una valla un día después de perder el duelo clave del Mundial de balonmano ante Croacia

- LORENZO CALONGE FAUSTINO SÁEZ

A España se le ha torcido definitiva­mente la vida en el Mundial de balonmano. En menos de un día, perdió la imbatibili­dad, casi todo el margen de error en lo que resta de campeonato y, ayer a media tarde, el portero Rodrigo Corrales terminó en un hospital de Colonia porque, en el primer entrenamie­nto tras aterrizar en la ciudad alemana, se le cayó encima de su pierna izquierda la valla publicitar­ia que recorre toda la pista. Las alarmas se encendiero­n en la delegación ante la posibilida­d de que fuera necesario un cambio de guardameta a menos de 24 horas para el decisivo duelo contra Francia (18.00, Teledeport­e). Al cierre de esta edición, la decisión no estaba tomada. Hay tiempo hasta las 9.00 de hoy. Arpad Sterbik, de 39 años, sería el elegido en caso de producirse el relevo y ya ha sido puesto sobre aviso.

Los hechos ocurrieron nada más empezar la práctica. Gedeón Guardiola y Rodrigo Corrales se apoyaron en el panel, en una acción habitual de los jugadores, pero esta vez el luminoso no aguantó el peso y se vino abajo. La peor parte se la llevó el portero gallego porque el golpe le cogió con la rodilla en un giro, al tratar de evitar el impacto. Según el parte médico de urgencia realizado sobre la cancha, sufre “una contusión muy fuerte y un hematoma importante. La tibia y el peroné, aparenteme­nte, están bien”, señaló el doctor Juan José Muñoz Benito. “El giro es lo que me preocupa. Mañana va a estar muy dolorido, pero para el partido llegaría”, añadió. Corrales fue conducido a un hospital para realizarle un examen médico a fondo. El extremo izquierdo Aitor Ariño también resultó afectado, pero sin consecuenc­ias graves. Solo sufre una abrasión que no compromete su presencia en el primer encuentro de la segunda fase.

La portería ha sido, tal vez, el agregó Kimberly Birrell, apeada ayer por Angelique Kerber. Según muchos profesiona­les, las pelotas selecciona­das en Melbourne tienden a hincharse y ralentizar­se, especialme­nte de noche. Aseguran que eso les despista y que la sensación del golpe varía demasiado. “Se ahuecan”, alegó Thanasi Kokkinakis, ya eliminado. Mientras tanto, la organizaci­ón defendió la elección y la ATP firmó recienteme­nte un contrato de cinco años para que las Dunlop se empleen en la Copa de Maestros y otros torneos, y en todo tipo de superficie­s.

“Se hicieron las pertinente­s pruebas de consistenc­ia, calidad y velocidad. Son fantástica­s, no veo nada malo en ellas”, remarcó el director Craig Tiley, a la dirección de un torneo que se renueva constantem­ente y envidiado en muchos aspectos por los otros tres grandes. “Se pone y más blanda y se hace más grande, sobre todo por la noche”, decía ayer Rafael Nadal, rumbo a los octavos al deshacerse con brillo de Alex de puesto más regular y que mejor ha funcionado en los cinco primeros partidos del Mundial. El selecciona­dor ha alternado a Corrales y Gonzalo Pérez de Vargas con idéntico resultado. El primero brilló contra Japón y el segundo, en el duelo ante Macedonia.

Como en 2018

La situación recuerda a la vivida en el Europeo de 2018. Entonces, el accidentad­o fue Pérez de Vargas en el último choque de la segunda fase, ante Alemania, aunque por causas naturales del juego. Esa tarde ya no pudo continuar y, al día siguiente, el serbio nacionaliz­ado español Arpad Sterbik fue llamado a filas. Se encontraba de vacaciones en Skopje (Macedonia), pero apenas tardó unas horas en plantarse en el hotel de concentrac­ión de Zagreb. No jugaba desde hacía cinco semanas, sin embargo, poco se notó. En las semifinale­s contra Francia no estuvo más de dos minutos sobre el parqué, suficiente­s para detener tres de los cinco penaltis que le lanzaron. El círculo mágico se cerró dos días después en la final con Suecia. Las cosas no iban bien al descanso y el selecciona­dor recurrió a sus dos metros y 120 kilos. Pocas presencias tan intimidato­rias como la suya. Los nórdicos la sufrieron en la reanudació­n y España termino por colgarse el oro.

El percance de Corrales cierra 24 horas negras para la selección. El jueves a media tarde, los Hispanos miraban con optimismo el duelo ante Croacia, aspiraban a pasar con pleno de victorias a la segunda ronda y así encarrilar el pase a las semifinale­s. Ahora, nada se ha roto de forma irremediab­le, pero todo se ha torcido. Y en el horizonte, Francia, que ha recuperado a Nikola Karabatic, cual Cid. La estrella francesa, al que se daba por descartado tras operarse en octubre, se incorporó al Mundial recién empezado. Hace dos días jugó sus primeros minutos y esta tarde amenaza el futuro de España. Miñaur (6-1, 6-2 y 6-4) con su victoria 250 en los Grand Slams, citándose con Tomas Berdych.

“Este era mi segundo partido de noche y ya venía preparado para esta sensación. Se nota mucho la diferencia en la bola entre jugar de día o de noche”, continuó el de Manacor, dañino otra vez con el drive (36 ganadores) y rotundo al saque (82% de puntos con primeros). “No puedo quejarme. Personalme­nte preferiría una más rápida, pero no puedo decir que sea mala porque no lo es. Son buenas”, se refería hace unos días Nadal, que en la siguiente fase estará acompañado de Roberto Bautista. El castellone­nse pudo con Karen Khachanov (6-4, 7-5 y 6-4, en 2h 08m) y se medirá a Marin Cilic, verdugo de Fernando Verdasco pese a que el madrileño tuvo dos sets de ventaja (4-6, 3-6, 6-1, 7-6 y 6-3).

Para John McEnroe, “los jugadores son muy quisquillo­sos”. “Da igual el peso o el tamaño de las pelotas, lo que importa es lo que hagas con ellas”, enfatizó. 19-15 17-13 20-20 17-12

Buducnost: Cole (14), Jackson (10), Sehovic, Clark (10), Barovic (6) —quinteto inicial—; Bitadze (13), Gordic (5), Bell (3), Clarke (12) y Nikolic.

Real Madrid: Llull (10), Causeur, Taylor (5), Randolph (3), Tavares (6) —quinteto inicial—; Rudy (8), Thompkins (9), Ayón (2), Campazzo (7), Deck (4), Reyes (4) y Prepelic (2).

Árbitros: Christos Christodou­lou (GRE), Jakub Zamojski (POL) e Ingus Baumanis (LVA). Sin eliminados.

Moraca Sports Center de Podgorica (Montenegro): 5.262 espectador­es.

Un Madrid errático y disperso cayó ante el Buducnost (73-60) y firmó su cuarta derrota en 19 jornadas de la Euroliga. En la misma pista en la que ya habían caído Baskonia, Barça y CSKA, el conjunto de Laso pecó de negligenci­a y completó su peor partido del curso, por sensacione­s y estadístic­as. Fue la anotación madridista más baja desde que hace seis años, en el top 16 de la temporada 2012-13, vencieran en el OAKA al Panathinai­kos por 54-58. Esta vez, con 10 de 27 en tiros de dos, 8 de 30 en triples y 18 pérdidas, la derrota fue tan inevitable como merecida. Clarke, Cole y Bitadze retrataron a un Madrid plano en el que no se salvó nadie.

Perdida la batalla por el control del partido, Laso reclamó a los suyos no perder al menos el oremus. Pero sin velocidad, fluidez, ni pase, el Madrid se quedó en 28 puntos en los primeros 20 minutos. El tercer cuarto no hizo otra cosa que agudizar la galbana madridista. Bitadze hizo carrera e Incluso Barovic se animó a ganarle el baile en la pintura a Tavares. Gris como su uniforme, el Madrid mezcló hipotensió­n y destemple hasta el final sin encontrar nunca las sensacione­s competitiv­as. JORNADA 19

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/ FEDERACIÓN DE BALONMANO El portero Rodrigo Corrales es atendido tras el accidente.

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