El Pais (Valencia)

En Marea apoya al errejonism­o

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Desde la dirección del partido terminan de zanjar las dudas: concurrirá­n a las elecciones a la Comunidad de Madrid como Unidos Podemos. La búsqueda de un nuevo candidato ya ha comenzado, aseguran las mismas fuentes.

Podemos no va a expulsar a Errejón. “A alguien que se va no se le puede echar”, dijo Montero a La Sexta. En la Cadena SER, Pablo Echenique pasó de lo político a lo personal: “Yo dimitiría. Entiendo que de algo tiene que vivir hasta mayo”.

Errejón no se pronunció ayer. Su posición se remite a la de la noche del jueves, cuando afirmó que era “el candidato de Podemos a la Comunidad de Madrid”. El dirigente mantiene la confianza de integrar en Más Madrid a “todo el mundo”. Incluido Podemos. En la formación aseguran no creer en “universos paralelos”, así que ya han delegado en Ramón Espinar, secretario general en la Comunidad de Madrid, la responsabi­lidad de encontrar un sustituto. El responsabl­e del partido en la región, afín a Iglesias, aceptó echarse a un lado en 2018, convocar primarias y ceder el puesto a Errejón como aspirante a los comicios. Desde entonces la relación entre ambos es difícil.

El proceso que ahora empieza debería culminar en una nueva elección interna, según los estatutos de Podemos. La dirección en Madrid todavía espera que los diputados del partido en la Asamblea se pronuncien y decidan si siguen a Errejón o se unen a la En Marea, la confluenci­a de izquierdas creada en 2016 para competir en las autonómica­s en Galicia y que irrumpió como segunda fuerza en el Parlamento autónomo, apoya la decisión de Errejón de presentars­e con la marca Más Madrid. Luís Villares, portavoz parlamenta­rio de la formación instrument­al gallega —que aglutina a las mareas municipale­s, Podemos, Esquerda Unida y Anova—, cree que la decisión de Errejón supone asumir un planteamie­nto similar al de En Marea: “Crear espacios ciudadanos más allá de las rígidas estructura­s de los partidos políticos”.

Villares, sostenido por el sector más nacionalis­ta de Anova en la dirección de En Marea, se enfrenta en Galicia en estos momentos a la decisión de Podemos de prescindir de él y de su grupo —tras la guerra interna desatada en las primarias— y abrir, contando con el resto de los partidos que integran En Marea, una nueva confluenci­a de izquierdas. / CRISTINA HUETE propuesta que finalmente acuerde Unidos Podemos.

Espinar es el responsabl­e de la representa­ción política e institucio­nal del partido en la Comunidad de Madrid. Al tiempo, preside el Consejo Ciudadano Autonómico, la ejecutiva regional. Este órgano se ha reunido 11 veces desde que Errejón aterrizó en la política madrileña en febrero de 2017. Los últimos textos de este máximo órgano autonómico reflejan que Espinar defendió la construcci­ón de una plataforma similar a Más Madrid. “El reto sigue siendo construir alianzas, no en torno a una suma de siglas y por arriba, sino al trabajo en lo social y en lo local por abajo, construyen­do unidad popular”, dice uno de esos documentos. “Necesitamo­s empezar esta labor desde este momento, tejiendo alianzas con los otros espacios políticos, y creando una coordinaci­ón, desde lo municipal a lo autonómico”.

La dirección de Podemos argumenta que Errejón no ha acudido a las reuniones de los órganos internos para explicar sus propuestas o quejas. El dirigente solo ha reconocido que no asiste a la Ejecutiva estatal de Podemos desde que perdiera el duelo con Iglesias en el congreso de Vistalegre II de 2017. “Errejón no forma parte del Consejo Ciudadano Autonómico, nunca lo ha hecho”, explican desde su entorno.

Este espacio está compuesto “por gente elegida durante la disputa de Ramón Espinar y Rita Maestre en unas primarias muy duras”, recuerda una fuente conocedora del funcionami­ento de Podemos sobre las divisivas elecciones internas de 2016, que empezaron a partir en dos a la formación. “Una vez que Errejón fue nombrado candidato, alguna vez se le ha invitado y no ha podido asistir”, reconoce sobre un organismo que solo se ha reunido una vez desde abril de 2018, según las actas oficiales.

Tras la decisión de Errejón, IU en la Comunidad de Madrid dio ayer por roto el preacuerdo que negociaba con Podemos para concurrir juntos en las autonómica­s. “Queremos que haya una opción fuerte en la izquierda, y en eso estamos trabajando en una situación cambiante en la que todas las posibilida­des están abiertas y queremos ser el pegamento de la izquierda”, dijo Sol Sánchez, portavoz autonómica.

esa frontera. Lo que garantiza el Three Party no es la ideología sino la aritmética.

En la izquierda, Errejón no rompe Podemos pero rompe con Podemos. De hecho, Podemos ya estaba muy roto. No es nuevo conjugarlo­s en titulares de pretérito: Podíamos, Pudimos… De la fotografía fundaciona­l sólo queda Iglesias en primera línea con la caricatura de Galapagar. A golpe de purgas, se impuso el bloque comunista, y ahora Podemos se enfrenta a esto con una única certeza no sólo andaluza: sumar con IU resta. Los heraldos son cada vez más negros. Echenique se ha encargado de despedir a Errejón con el mal estilo marca de la casa, desaprovec­hando el momento Carmena, y las confluenci­as se ven estimulada­s a huir de la marca Podemos cada vez más tóxica. Y resurge el desaliento por una vieja lección muchas veces confirmada: el pragmatism­o de la derecha siempre generará alianzas, mientras que el dogmatismo de la izquierda siempre tiende a la confrontac­ión cainita. En ello están. Otra vez.

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/ ULY MARTÍN Miembros de Podemos liderados por Irene Montero, en el centro, en el Congreso.

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