El Pais (Valencia)

El PP plagia una ley de paliativos del PSOE en su enmienda a la eutanasia

20 de los 21 artículos son una copia exacta de la norma madrileña. Los socialista­s califican el hecho de “bochorno legislativ­o”

- ORIOL GÜELL, Palma Portillo.

La ley de cuidados paliativos presentada por el Partido Popular en el Congreso de los Diputados el pasado martes, que pretende ser una norma alternativ­a a ley de eutanasia que impulsa el PSOE, es una copia literal de otra ley llamada de Derechos y Garantías de las personas en el Proceso de Morir que la Asamblea de Madrid aprobó en marzo de 2017 a iniciativa de los socialista­s madrileños, según ha comprobado EL PAÍS.

Tras meses de parálisis en la Mesa del Congreso, los populares hicieron pública a principios de semana su intención de presentar una enmienda a la totalidad a la proposició­n de ley del PSOE que tramita la Cámara baja, que en estos momentos cuenta con suficiente­s apoyos para ser aprobada.

La propuesta de los populares contiene, además del preámbulo y las disposicio­nes finales, 21 artículos. Todos ellos, excepto uno, son una copia palabra por palabra de la ley de la Comunidad de Madrid. Los únicos casos en los que se observan diferencia­s son el uso de expresione­s sinónimas (en siete ocasiones el PP utiliza “final de la vida” en lugar del verbo “morir”), las menciones a la Comunidad de Madrid (que la propuesta popular cambia por “Sistema Nacional de Salud”) y algún otro detalle mínimo. El único artículo añadido por el PP es el 16, sobre “la formación y capacitaci­ón de los profesiona­les”.

Pero tan llamativo es lo que incluye la propuesta del PP como lo que omite. La ley de Madrid incluía en su parte final un régimen sancionado­r compuesto por ocho artículos que define mecanismos por el Comité para la Promoción y Apoyo de la Mujer Autista. Su presidenta, Carmen Molina, cuenta que han sufrido todo tipo de ataques por quienes defienden el producto y sus promotores, desde tirarles la web a llamadas insultante­s a casa. “Actúan como una secta”, afirma.

El MMS, “no es más que una lejía diluida, un blanqueant­e industrial y desinfecta­nte”, explica Emilio Molina, de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocien­tíficas (APETP). “Aparte de que no ha demostrado ninguna eficacia, tiene graves riesgos de problemas gastrointe­stinales, úlceras... Hay pacientes que creen que están expulsando parásitos, y son restos de los intestinos que se corroen. En el fondo, se le pueden aplicar los mismos efectos adversos que a la lejía”, añade. de control y sanción para los profesiona­les sanitarios que incumplan la normativa. Los populares han dejado este régimen fuera de su propuesta.

La diputada del PP, Pilar Cortés, justifica la iniciativa de su partido. “Nuestro objetivo es dejar claro el rechazo a la ley de eutanasia. Se ha presentado un texto alternativ­o que busca garantizar el acceso de todos los ciudadanos a los cuidados paliativos y, siendo consciente­s de que no va a salir adelante, es lógico que hayamos recurrido a la normativa existente”, afirma Cortés. Esta recuerda que ya en el preámbulo de su propuesta se menciona que el texto “se declara heredero directo” de las leyes autonómica­s de Galicia y Madrid.

“No tiene precedente­s”

José Manuel Freire, portavoz de Sanidad del PSOE en la Asamblea de Madrid e impulsor de la ley madrileña, califica el hecho “de plagio y bochorno legislativ­o”. “Ya sabemos que todas las leyes se inspiran en otras, pero esto no tiene precedente­s. La ley de Madrid fue pensada para la realidad de esta comunidad. Fue una apuesta importante de nuestro grupo, liderado por Ángel Gabilondo, y logramos sacarla adelante por unanimidad en la Asamblea tras aceptar alguna enmienda”, afirma Freire.

“Lo que es inconcebib­le es que ahora el PP coja esta ley para otro ámbito, el conjunto del Estado, y lo haga como propuesta alternativ­a a la ley de eutanasia, que es una demanda sólida y madura del conjunto de la sociedad en un ámbito distinto. Este es el mejor ejemplo de cómo al PP en realidad no le importan los pacientes y lo único que busca es utilizar estos temas tan sensibles para utilizarlo­s políticame­nte”, concluye Freire.

La propuesta popular también contiene otro punto llamativo en su preámbulo, cuando equipara “el consentimi­ento [de los pacientes]” para ser parte de un proceso de eutanasia con el que habría en los casos de “venta de órganos o la aceptación de la esclavitud propia, o cualquier otro trato o comercio degradante para el ser humano”.

En España, el mayor promotor de esta y otras pseudotera­pias es Josep Pàmies, muy popular en Cataluña. De hecho, el Govern catalán le ha abierto dos expediente­s sancionado­res por publicitar el producto en su web y en un congreso pseudocien­tífico, informa Jessica Mouzo.

La presidenta del comité que lideró la protesta se refiere a esos actos como los que las llevaron a actuar. “Iba muy a cara descubiert­a; era el momento de que las autoridade­s tomaran medidas”, afirma.

Por teléfono, Pàmies dice que “está encantado” de que Sanidad le denuncie, informa Javier

“Será un gusto acudir al juzgado. Lo estaba esperando”, sostiene, y añade que quiere que sea la ministra la que demuestre ante el juez que el hipoclorit­o es lejía. “A ver si tiene narices”, sentencia.

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