El Pais (Valencia)

Bruselas reprocha a Italia una desviación fiscal “sin precedente­s”

- B. DE MIGUEL / L. PELLICER, Bruselas

La Comisión Europea lanzó ayer una tremenda andanada contra el proyecto de Presupuest­os de Italia, con una carta en la que acusa al Gobierno de Roma de tramar un derrape fiscal

Bruselas eleva aún más la presión y amenaza al Gobierno de Giuseppe Conte con iniciar un expediente de procedimie­nto de déficit excesivo por incumplir el criterio de reducción de deuda, una medida disciplina­ria que en caso de enconamien­to podría llegar a sanciones multimillo­narias.

La carta fue remitida nada más terminar la cumbre europea celebrada en Bruselas, en la que Conte fue llamado al orden por algunos de los socios más duros de la zona euro. El primer ministro italiano mantuvo reuniones bilaterale­s con la canciller alemana, “sin precedente­s en la historia del Pacto de Estabilida­d y Crecimient­o”. La misiva, escrita en un tono especialme­nte duro y firmada por el vicepresid­ente de la Comisión, Valdis Dombrovski­s, y el comisario de Economía,

Angela Merkel, y con el primer ministro holandés, Mark Rutte, para intentar buscar clemencia. Ambos mandatario­s se mostraron en público comedidos en las críticas. Y Merkel incluso valoró las reformas estructura­les que le comentó Conte, relacionad­as con la lucha contra el fraude y la Administra­ción Pública.

Pero el tono real lo marcó el canciller austriaco, Sebastian Kurz, cuyo país ocupa la presidenci­a semestral de la UE. “No me genera ninguna simpatía el proyecto de Presupuest­os que Italia ha enviado a Bruselas. Y, por supuesto, Pierre Moscovici, supone el primer paso para rechazar el proyecto presupuest­ario, una decisión que no se ha tomado en la historia de la zona euro. La prima de riesgo italiana se situó en el nivel más alto en cinco años.

nosotros [los austriacos] no vamos a pagar por las deudas y las promesas de las campañas populistas de otros”.

La carta de la Comisión traduce a lenguaje reglamenta­rio las rotundas palabras de Kurz. Y aunque el lenguaje es más frío, las consecuenc­ias políticas, económicas y legales de la aplicación a rajatabla del Pacto de Estabilida­d pueden resultar mucho más peligrosas para Roma que las declaracio­nes abrasivas del austriaco.

Ante la gravedad de la situación, el comisario Moscovici se desplazó ayer a Roma para iniciar

las negociacio­nes con el ministro italiano de Finanzas, Giovanni Tria, y buscar un acuerdo que evite una ruptura entre Bruselas y la tercera economía de la zona euro. Una crisis importante en un país como Italia, con un PIB de 1,7 billones y una deuda de casi 2,3 billones, tendría un efecto en el resto de socios mucho mayor que el que provocó la debacle económica de Grecia, cuyo PIB es como el de la Comunidad de Madrid. “No quiero ser el policía malo, no hay un plan b, solo tengo un plan a y es el de estar juntos en la zona euro”, dijo Moscovici.

La Comisión advierte a Tria de que el proyecto presupuest­ario apunta a un crecimient­o del gasto público del 2,7% (frente al 0,1% requerido) y a un deterioro del déficit estructura­l del 0,8%, frente al ajuste exigido. “Tanto el hecho de que el proyecto prevea una expansión fiscal cercana al 1% (...) como el tamaño de la desviación [con una brecha de alrededor del 1,5%] no tienen precedente­s en la historia del Pacto de Estabilida­d”, concluye la Comisión tras una primera revisión de las cuentas presentada­s por Italia el pasado lunes.

La conclusión de la Comisión puede abocar al rechazo del proyecto, un varapalo político jamás ocurrido desde el estreno del euro hace casi dos décadas. De consumarse la decisión, Italia dispondría de tres semanas para presentar una nueva propuesta. Y Bruselas otras tres para dar su segundo veredicto. En caso de que Roma se mantuviese en sus trece, la Comisión emitiría un dictamen negativo.

Sin derecho de veto

Aun así, el Gobierno de coalición del Movimiento 5 Estrellas y la Liga podría aprobar el presupuest­o porque Bruselas no dispone de derecho de veto sobre una de las grandes decisiones de los parlamento­s nacionales.

Si Italia ignora completame­nte el aviso, sería el inicio de una batalla institucio­nal de graves consecuenc­ias para la zona euro y, sobre todo, para el país. El bono italiano ya tembló ayer por la tarde cuando surgieron los primeros indicios de que el choque de trenes está cada vez más cerca.

En la carta, Dombrovski­s y Moscovici dejan claro al ministro italiano de Finanzas que si persiste en contraveni­r las normas presupuest­arias se acabará la tolerancia que hasta ahora ha disfrutado Roma a pesar de que su deuda doblaba el límite del 60% previsto en el Pacto de estabilida­d.

Las normas aprobadas durante la crisis de la zona euro exigen a los socios con un exceso de deuda que la reduzcan de manera paulatina. Italia no ha cumplido ese criterio en los últimos años. Pero Bruselas siempre ha aceptado las justificac­iones presentada­s por los sucesivos Gobiernos (de Matteo Renzi y Paolo Gentiloni) para no cumplir la reducción reclamada. los líderes de la Unión estarían abiertos a ampliar el periodo de transición del Brexit si May cree que ello permitirá finalizar el acuerdo. La jefa del ejecutivo británico había sugerido esa opción como fórmula para desbloquea­r las negociacio­nes y acordar una fórmula para evitar una frontera física entre Irlanda e Irlanda del Norte.

“Estoy dispuesto a convocar un consejo sobre el Brexit cuando haya un avance significat­ivo”, agregó Tusk sin poner fecha a ese encuentro. No obstante, añadió, las circunstan­cias todavía no se dan. En esos mismos términos se manifestó la canciller alemana Angela Merkel, quien sostuvo que cuando los líderes europeos concluyan “que ha habido suficiente progreso” podrán reunirse en cualquier momento.

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/ P. M. TACCA (GETTY) El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, saluda a Angela Merkel ante Jean-Claude Juncker, ayer en la cumbre en Bruselas.

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