Un campus cercado por el plagio
La presidenta regional no quiso investigar el fraude intelectual del anterior rector
El rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Javier Ramos López, entre el director del máster, Enrique Álvarez Conde (izquierda), y el profesor Pablo Chico de la Cámara, ayer en rueda de prensa. Antes de que estallara el caso Cifuentes, la Universidad Rey Juan Carlos enterró el escándalo que sacudió la institución hace más de un año. El rector Javier Ramos tomó posesión el 3 de marzo de 2017 sepultando la investigación de los 15 plagios, contrastados por EL PAÍS, de su antecesor, Fernando Suárez. “Lo vamos a dejar todo en manos de la justicia y Aneca (Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación)”, explicó Ramos entonces sobre su antecesor. Suárez nunca dimitió e, incluso, fue ovacionado en los últimos consejos de gobierno en los que participó. Decidió no volver a presentarse y dejó a Ramos, su delfín, como candidato para las elecciones, que ganó con un 58% de los votos. Ramos, antes de llegar al cargo, se saltó la ley de incompatibilidades y fue durante cuatro años director de una empresa y funcionario.
El candidato de Suárez competía con Rosa Berganza, catedrática de Comunicación Política, que llegó a afirmar en una entrevista en este diario: “Nuestro sistema funciona como toda una red clientelar montada arduamente por el rector actual [entonces Suárez] y por el anterior [Pedro González-Trevijano, actual magistrado del Constitucional] con unas prácticas al más puro estilo mafioso de amedrentamiento a la hora de levantar voces críticas o simplemente que no han permitido el diálogo ni el espíritu crítico, sino todo lo contrario”.
En la toma de posesión de Ramos intervino la presidenta regional Cristina Cifuentes, que pasó por alto el plagio en el discurso del nuevo rector, igual que durante más de cuatro meses hizo su Administración. La presidenta declinó investigar dicho plagio, como le reclamaban las víctimas que acabaron acudiendo a los tribunales. En una carta a los afectados La Universidad Rey Juan Carlos ofreció ayer una rueda de prensa —para desmentir la supuesta falsificación de las notas de Cristina Cifuentes— que terminó con muchas dudas sin resolver: Acta de cambio de notas. En 2014 una funcionaria cambió de “no presentada” a “notable” las calificaciones de una asignatura y del trabajo de fin de máster de Cifuentes que se habían incorporado al sistema informático en 2012. La universidad, escudándose en la Ley de Protección de Datos, no mostró ayer las actas que reflejan este cambio en las calificaciones. Cifuentes envió la versión cambiada. Trabajo fin de curso. Para presentar ante un tribunal el trabajo de fin de máster, el alumno está obligado a demostrar primero con un papel oficial que ha aprobado todas las asignaturas del posgrado. Por tanto, en 2012, para poder presentar su trabajo, Cifuentes forzosamente tuvo que percatase del error en sus calificaciones. Sin embargo, según la universidad, la equivocación se destapó dos años más tarde y se subsanó entonces. “No sé”, concluyó ayer Javier Ramos, el rector, cuando se le pidió que explicara esta incoherencia. El entorno de Cifuentes afirma que “no es inusual” que se permita presentar el trabajo aunque quede alguna asignatura presente. El documento. Antes de defender el trabajo es obligatorio entregar una copia a cada miembro del tribunal. La universidad se queda con otra. El director del posgrado arguyó ayer que no podía enseñar el documento por protección de datos. Tampoco Cifuentes ha incluido el trabajo o un extracto del documento entre la documentación que entregó ayer. por el fraude, Cifuentes explicaba que son la Constitución y la Ley de Universidades las que “recogen la autonomía universitaria como un pilar fundamental de su gestión”.
Cifuentes responsabilizó al ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, de una investigación que no se ha abierto ni en la universidad, ni en la Comunidad de Madrid ni en el Gobierno. “Como ya sabe, es el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte —a través de la Aneca— quien ostenta la competencia para investigar la revisión de los sexenios y del trabajo de acreditación”, sostuvo.
Tampoco en aquella toma de del pago de las tasas fechado el 21 de diciembre de 2011 y el documento de pago de la expedición de su título académico, del 23 de octubre de 2014. No mandó el trabajo de fin de máster.
Álvarez Conde, catedrático de Derecho Constitucional, insistió en que si se hubiese querido dar un trato de favor “a la alumna de referencia” se hubieran alterado las notas en 2012 y no luego. Chico de la Cámara también remarcó que: “No recuerdo a esa alumna. Probablemente no era tan famosa”. Cifuentes fue delegada de Gobierno entre enero 2012 y abril de 2015.
Pedro Calvo, uno de los hombres fuertes de Alberto Ruiz Gallardón, fue compañero de Cifuentes en el máster, según confirmó a este periódico, informa J. A. Aunión. Sin embargo, aseguró que no recuerda haber coincidido con ella en las clases, pues la asistencia de él “fue escasa” y terminó abandonando. Quién sí terminó el mismo máster es el diputado del PP Pablo Casado, aunque lo hizo en 2008. Entonces era diputado de la Asamblea de Madrid.
Hoy no habrá pleno extraordinario en la Asamblea de Madrid como reclamó Podemos. La Junta de Portavoces se reunió ayer y se decidió no convocarlo porque no hubo unanimidad de todos los grupos.
Ángel Gabilondo, portavoz del PSOE en la Asamblea y exministro de Educación, indicó por la tarde que “seguían siendo necesarias las aclaraciones por parte de la presidenta Cifuentes en sede parlamentaria”. Considera, además, que las explicaciones ofrecidas por el rector de la URJC contienen “demasiadas contradicciones y lagunas”. Unas exigencias a las que se unió Íñigo Errejón, el probable candidato de Podemos a la Comunidad, por esos motivos. En el caso de que la información fuese cierta “la confianza de los madrileños se quebraría”, añadió. Ignacio Aguado, portavoz de Ciudadanos y socio de Cifuentes, se mostró cauto a la hora de calificar cómo podría afectar a su acuerdo con el PP la supuesta modificación de las notas. El pacto de gobierno entre ambos exige que quien falsee el currículum abandone el Ejecutivo. posesión el consejero de Educación madrileño, Rafael van Grieken, habló sobre una posible investigación. Van Grieken fue durante 10 años vicerrector de la Rey Juan Carlos coincidiendo en la cúpula con Ramos, que hasta las elecciones al rectorado era el decano de la Escuela de Telecomunicaciones. El consejero fue, incluso, secretario en las oposiciones a cátedra de Javier Ramos.
Además, de entre los nuevos doctores nombrados ese día, Ramos abrazó a Margarita Cifuentes, hermana de la presidenta regional, a quien acababa de dirigir la tesis Fernando Suárez. Pese a ser ya empleada de Administración y Servicios de la URJC y tener una escasa carrera académica —acababa de leer la tesis con más de 50 años—, la hermana de la presidenta ejerce como profesora invitada desde entonces.