El Pais (Pais Vasco) (ABC)

Merkel pide a Polonia que cumpla la política común de la UE hacia Rusia y China

- ANA CARBAJOSA, Berlín

Angela Merkel y el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki (centro), ayer en Varsovia. Menos de una semana después de haber sido investida canciller por cuarta vez, Angela Merkel aterrizó ayer en Polonia, para pedirle al país vecino y socio díscolo de la Unión Europea unidad ante la creciente volatilida­d internacio­nal. “Tenemos que tener una política común hacia Rusia y hacia China”, Morawiecki también aseguró que se había puesto de acuerdo con la canciller para “que la Unión Europea dé una respuesta firme y no solo simbólica” al envenenami­ento de un exespía ruso en Reino Unido. “Los agresores rusos tienen que saber que no se puede permitir un ataque a un país de la OTAN”, añadió.

El de ayer fue el segundo viaje al extranjero de su cuarto mandato, tras su visita a París el pasado viernes. Las relaciones entre Berlín y Varsovia, dos países vecinos y socios indispensa­bles, atraviesan una etapa de enfriamien­to, pero ayer Merkel trató de enviar un mensaje conciliado­r y de acercamien­to hacia una Unión que Berlín y París se han propuesto “refundar”. En Varsovia, la canciller insistió en la importanci­a del futuro de toda la Unión Europea, no solo de la eurozona, donde el eje franco-alemán planea centrar las reformas más inmediatas.

Berlín es consciente de que cualquier alteración de envergadur­a de la UE como la que se propone con Francia va a necesitar del apoyo del resto de la Unión, incluido el frente del Este. Quebrar la resistenci­a de Polonia y de Hungría a la política de reparto de refugiados que defiende Merkel para la UE es otro de los grandes escollos para lograr avanzar y otro de los asuntos que la canciller abordó ayer con el primer ministro polaco.

El Gobierno ultraconse­rvador de Ley y Justicia (PiS) ha dijo, según la agencia Reuters, Merkel en una conferenci­a de prensa junto al primer ministro polaco. Mateusz Morawiecki se mostró además optimista respecto a las negociacio­nes con Bruselas a raíz de la polémica reforma judicial polaca, cuyas aclaracion­es debe presentar el Ejecutivo de Varsovia hoy en la capital comunitari­a. tensado la tupida red de intereses que comparten Berlín y Varsovia. El distanciam­iento de Polonia de los valores democrátic­os compartido­s en la Unión preocupa a Berlín, especialme­nte en un contexto en el que las élites políticas tanto en Rusia como en Estados Unidos viven como un triunfo la erosión de los consensos labrados con mimo en Occidente durante décadas.

“Hay una voluntad de profundiza­r la relación germano-polaca”, aseguró anoche durante la La última polémica propuesta del ministro de Interior, Construcci­ón y Patria alemán, el conservado­r Horst Seehofer, contó ayer con el respaldo de la canciller, Angela Merkel. El ministro alemán había defendido durante una entrevista publicada durante el fin de semana en el Welt am Sontag mantener de forma indefinida los controles en las fronteras alemanas impuestos a raíz de la crisis de refugiados e impedir efectivame­nte la libre circulació­n en el espacio Schengen. conferenci­a de prensa el primer ministro polaco. Morawiecki dijo incluso que Varsovia está dispuesta a revivir el llamado “triángulo de Weimar”, para trabajar en formato trilateral con Berlín y con París. Merkel habló por su parte de “intereses compartido­s entre ambos países”.

Formalment­e, todo fue aparente armonía en la visita oficial de la canciller, pero lo cierto es que un abismo separa desde hace tiempo a los países vecinos. El reparto de refugiados, las controvert­idas reformas judiciales de Varsovia o las compensaci­ones por la Segunda Guerra Mundial que pide Polonia son solo algunos de los asuntos que dividen a los dos países, que son sin embargo a la vez socios indispensa­bles. El gasoducto Nord Stream 2, que transporta­rá gas directamen­te desde Rusia a Alemania, es otro de los principale­s puntos de fricción entre los dos países. Berlín defiende el proyecto gasístico, pero Varsovia se opone, porque considera que incrementa­rá la dependenci­a energética europea de Moscú.

Polonia se ha convertido en un socio reticente de la UE, cuyas credencial­es democrátic­as se desdibujan desde 2015, de la mano del Gobierno ultraconse­rvador de PiS. No se esperaba sin embargo que la canciller Merkel elevara el tono en esta visita ante la erosión del Estado de derecho en Polonia. Las críticas y reprimenda­s a Varsovia se las reserva Berlín a Bruselas.

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/ A. IWANCZUK (AFP)

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