El presidente viaja a Jordania, Riad y Qatar tras prometer el reconocimiento de Palestina
El líder del Ejecutivo busca reforzar la vía de los dos estados y más influencia en el mundo árabe
Pedro Sánchez se ha convertido en el presidente europeo con una posición más nítida en la guerra de Gaza al exigir abiertamente a Israel un alto el fuego inmediato. El presidente español rechaza de forma clara los bombardeos indiscriminados ordenados por Benjamín Netanyahu que después de seis meses de guerra han dejado ya 32.500 muertos y 1,1 millones de personas en una situación de auténtica catástrofe alimentaria. Esta línea, que según el jefe del Ejecutivo tiene un gran apoyo social en España, le ha acercado no solo a varios líderes latinoamericanos como el brasileño Lula o el chileno Gabriel Boric, a los que ha visitado recientemente, que son muy críticos con el Gobierno de Netanyahu, sino también a los países del mundo árabe, en los que Sánchez busca una influencia cada vez mayor. Y también le ha provocado una tensión creciente con Netanyahu, que ya se pudo ver en el viaje que hizo el español a Israel, Palestina y Egipto, acompañado por el primer ministro belga, Alexander De Croo.
En este contexto, el presidente inicia hoy una gira de tres días que le llevará a Jordania, Arabia Saudí y Qatar, tres países árabes con una influencia decisiva en la crisis de Gaza. Con los encuentros con sus máximos líderes, Sánchez buscará aumentar su peso en la región y reforzar la solución de los dos Estados. El líder español ha dado un salto importante la semana pasada en el marco de la cumbre de la Unión Europea, cuando lideró un acuerdo con Irlanda, Malta y Eslovenia en el que los cuatro países se comprometen a reconocer al Estado palestino en cuanto sea posible. En Bruselas, Sánchez explicó que no hay una fecha fijada para ese salto decisivo pero se está buscando el momento adecuado para que sea útil a la solución del conflicto.
En la capital belga, Sánchez insistió en que la solución de los dos estados —Israel y Palestina— solo será viable si a la vez que los países occidentales reconocen a Palestina —España está dispuesta a encabezar ese camino— los árabes lo hacen con Israel, algo que solo han hecho unos pocos. Este reconocimiento de Israel estará sin duda encima de la mesa en su viaje a Arabia Saudí y Qatar, dos países que aún no lo han hecho, mientras Jordania sí lo hizo. De hecho, la guerra de Gaza ha llegado justo en el momento en que había un cierto acercamiento entre Israel y Arabia Saudí, un horizonte que los 32.500 muertos en Gaza a manos de Israel han alejado por completo. Tanto Arabia Saudí como Qatar mantienen diálogo con Israel y, de hecho, este último es decisivo en los intentos de mediación para buscar treguas o salidas a la guerra.
La cuestión de Gaza no forma parte solo de la agenda internacional de Sánchez, a la que le pone mucho foco, mucho más que sus dos predecesores, Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero. En La Moncloa ven también Gaza como un asunto de política nacional, porque la opinión pública española sigue muy de cerca esta cuestión y, según Sánchez, reclama una posición nítida de su Gobierno. De hecho, el PP, que criticó a Sánchez por sus tensiones con Israel, no ha hecho de esta cuestión una gran bandera de oposición al Gobierno. De hecho, el PP también defendió el reconocimiento de Palestina en una proposición apoyada en el Congreso por los dos grandes partidos en 2014.
Sánchez se ha comprometido a hacer efectivo ese reconocimiento en esta legislatura, para lo que le bastaría una decisión en el Consejo de Ministros que no parece inminente. Esta posición firme de Sánchez en la cuestión palestina también le acerca a su socio de coalición, Sumar.
En Bruselas, Sánchez reivindicó la semana pasada que “es importante que países distintos de distintas familias políticas y distintas zonas” se sumaran al reconocimiento de Palestina. Bélgica no lo hizo porque no hay consenso dentro de la coalición de gobierno, pero su primer ministro, Alexander De Croo, está muy cercano a las posiciones de Sánchez, como se pudo comprobar en la rueda de prensa conjunta que ambos ofrecieron en Rafah, en la frontera entre Egipto y Gaza, y que provocó una reacción airada de Netanyahu por las críticas a sus bombardeos indiscriminados. Sánchez condena en todo momento de manera rotunda la masacre de Hamás el 7 de octubre, y exige la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes, pero reclama a Israel una respuesta proporcionada y respetuosa con el derecho internacional.