Los duques de Sussex bautizan a su hija en la intimidad
El matrimonio utiliza por primera vez el título de princesa para la pequeña
En medio de lo que parece ser una aparente calma tras la publicación en enero de las explosivas memorias del príncipe Enrique de Inglaterra y del documental de diciembre en Netflix junto a su mujer, Meghan Markle, el matrimonio ha encontrado tiempo para bautizar a la pequeña de la familia, Lilibet Diana, de 21 meses. La celebración tuvo lugar el 3 de marzo en una pequeña e íntima ceremonia en su casa de Montecito, California. Pero más allá de actos oficiales religiosos, el medio estadounidense People, quien ha confirmado la noticia en exclusiva, ha dejado una pista de la importancia del momento en el comunicado publicado por un portavoz de los duques. En el escueto texto, la familia se refería a la hija de los duques de Sussex como “la princesa Lilibet”, algo que ha hecho saltar las alarmas por ese nombramiento oficioso por parte de los duques.
Se trata de la primera vez que se alude de manera pública a la nieta pequeña del rey Carlos III como princesa, aunque está por ver si palacio confirma el estatus o si se trata de una decisión tomada de manera unilateral por los Sussex. Los medios británicos apuntan a que el monarca ha autorizado a su hijo de forma tácita tanto al uso del título como al anuncio del mismo.
El tratamiento de los hijos del príncipe Enrique y Meghan Markle lleva siendo un punto conflictivo desde la muerte de la reina Isabel II hace seis meses, el 8 de septiembre de 2022. Fuentes cercanas al matrimonio ya revelaron la situación de malestar en la que se encontraba la pareja por la falta de reconocimiento inmediato del estatus de sus hijos, algo que no pasó con los tres hijos del príncipe Guillermo, heredero al trono, que desde incluso antes de su nacimiento fueron considerados altezas reales. Sin embargo, hasta este momento se desconocía el estatus oficial de los hijos de Enrique y eso que, según las reglas establecidas por el rey Jorge V en 1917, los nietos de todo rey son, por defecto, denominados como príncipes y princesas.
Pero todo se complicó en la familia real británica tras la decisión del matrimonio de abandonar la institución en enero de 2020. Enrique siguió conservando el título de príncipe, que tiene de nacimiento, así como el de duque de Sussex, regalo de la reina Isabel II por su boda. En la página web oficial de la familia real británica, tanto Archie —el hijo mayor de los duques— como Lilibet todavía aparecen como Master Archie y Miss Lilibet MountbattenWindsor, sexto y séptima en la línea de sucesión al trono, aunque se espera, según ciertos medios, que haya cambios en los próximos días e incluso en apenas unas horas. La reacción de Buckingham —o, más bien, la falta de ella— sugiere que el propio palacio ha esperado a que los duques tomen la iniciativa y sean los primeros en referirse a sus hijos como príncipes. Los analistas británicos sobrentienden que estos títulos solo se podrán usar en entornos formales, pero no en el día a día. Según una fuente —de la que People no da el nombre— tanto los reyes Carlos y Camila como el príncipe Guillermo, y la esposa de este, Kate Middleton, fueron invitados a la íntima ceremonia, a la que decidieron no asistir.