Una economía en bancarrota hundida por la violencia
“Hace tres décadas había miles de trabajadores del sector textil en Gaza, que eran apreciados por su laboriosidad en Erez y Karni y en otras zonas industriales con empresas mixtas en la frontera”, recuerda el diputado israelí Haim Jelin, residente en el límite con la franja palestina. “En aquella época solíamos ir de compras a Gaza y había negocios compartidos; pero después de tres guerras, ya no es posible”, explica este parlamentario y exresponsable municipal que decidió tomar la iniciativa de un proceso de paz local centrado en la economía. Jelim relata que se reunió a comienzos de año con empresarios de la Franja en la misma frontera de Erez. Entre ellos se encontraba Bashir al Bawab, el director de Unipal 2000. Allí le transmitió la necesidad de buscar nuevos clientes internacionales para poder recuperar los mercados perdidos y crear empleo en la Franja. “Hubo contactos con empresas españolas a través de canales diplomáticos, pero el estallido de violencia que siguió al 14 de mayo [fecha del traslado de la Embajada de EE UU a Jerusalén, cuando hubo más de 60 muertos en la frontera] lo paralizó todo”, puntualiza el diputado.
Un familiar de Al Bawab que reside en España fue quien asegura haber entrado en contacto con representantes de compañías como Inditex y Mango para estudiar algún tipo de colaboración empresarial, aunque reconoce que no llegaron a fructificar a causa del recrudecimiento de la violencia en el enclave costero. Un portavoz del grupo matriz de la cadena Zara ha informado de que no consta que se haya establecido ninguna relación con Unipal, ni llevado a cabo “la auditoría previa para confirmar que las instalaciones y procedimientos cumplen los requisitos sociales y medioambientales”. Un responsable de Mango también ha explicado que no se había llegado a concretar ningún acuerdo con la empresa palestina tras un primer contacto de aproximación.
Los ejercicios diplomáticos de buena voluntad parecen haberse estrellado con el clima prebélico que se ha generado en torno a Gaza. Ni la mediación de los servicios de inteligencia de Egipto ni los del enviado de la ONU para Oriente Próximo, Nickolay Mladenov, impidieron que entre junio y agosto se produjeran sucesivos episodios de violencia en los que se registraron los mayores bombardeos de la aviación israelí sobre la Franja y las más intensas oleadas de lanzamientos de cohetes contra territorio israelí desde el final de la guerra de 2014.