Nubarrones en el sector de la moda
El comercio electrónico, el clima y los cambios del consumidor ponen a prueba a las empresas textiles En 2008 se compraban 38 prendas por persona y año, hoy 33 También en el resto de Europa el consumo ha bajado desde la crisis
La industria textil, que a trancas y barrancas ha ido recuperando aliento tras la crisis, afronta nubarrones. La competencia feroz, los nuevos hábitos de los consumidores, la meteorología, el medio ambiente o el comercio electrónico forman un cóctel que pone a prueba las costuras del sector y que “erosiona” los márgenes de las empresas textiles, según un reciente informe de la agencia de calificación Moody’s. Las firmas defienden sus estrategias y se dicen preparadas para el futuro inmediato, pero el informe y varios expertos consultados ven, en el mejor de los casos, limitadas posibilidades de crecimiento.
“Esperamos que la salud financiera de los minoristas de moda se deteriore en los próximos 18 meses como resultado de un crecimiento macroeconómico reducido en la zona euro y de la débil confianza del consumidor y la incertidumbre que eso conlleva”, escribe Yasmina Serghini en el documento del 11 de junio, donde agrega que el sector textil es “particularmente vulnerable” a un entorno macroeconómico declinante.
Pero no es solo la crisis. La compra de ropa ya no es la prioridad que llegó a ser antes de la Gran Recesión. “En 2008, en España, la compra media anual era de 38 prendas por persona y 10 años después está en 33”, explica Rosa Pilar López, directora del panel de moda y belleza de la consultora Kantar Worldpanel. Según sus datos, en 2005, los españoles gastaron 20.010 millones de euros en vestir. En 2018, fueron 12.950. También la patronal del comercio textil Acotex registró el año pasado una caída del negocio del 2,3%.
En Europa no es muy distinto. Las ventas de ropa en España, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Holanda están en declive desde 2007, con un ligero repunte entre 2014 y 2015. Los italianos gastaban en 1995 casi un 8% de su renta en ropa y en 2017 apenas llegaban al 6%, según Eurostat. Los franceses han pasado de casi un 6% a menos del 4%. La media europea ha caído de algo más del 6% a menos del 5%.
Los resultados de muchas compañías reflejan esta tendencia. Por poner algunos ejemplos, la irlandesa Primark anunció que sus ventas comparables cayeron en el primer semestre del año, mientras que en España, El Corte Inglés apenas registró en 2018 un avance del 0,2% en el departamento de moda, según los datos publicados hace unos días. Es cierto que Inditex aceleró en el primer trimestre, con un salto del 5%, pero venía de firmar en 2018 su ejercicio de menor crecimiento. En cualquier caso, Moody's señala que empresas con “altos márgenes, fuerte reconocimiento de marca y avanzada capacidad de venta online”, como Inditex, sufrirán menos que aquellas “posicionadas en el mercado de masas”, donde sitúa, por ejemplo, a H&M.
Nuevos hábitos
¿Dónde se va todo ese dinero que ya no llega a la moda? López, como el informe de Moody’s, apunta al cambio de hábitos de los consumidores. “Aparte de que la renta disponible es más baja (30.000 euros por hogar y año en 2009 frente a 27.500 en 2017, según el INE), la gente ahora tiene otras prioridades: salir, viajar, ir a restaurantes...”, explica. “Servicios, ocio, vivienda y salud”, apunta más fríamente Moody’s, que prevé que los tiros sigan yendo por ahí. “A corto plazo, veo difícil que vaya a mejor”, remata López.
Salvo milagro, otro factor va a continuar invariablemente cambiante: el clima. “Los del sector textil últimamente parecemos agricultores, siempre mirando al cielo”, ironiza Eduardo Zamácola, director general de Acotex. No hay forma de acertar con el tiempo. La meteorología ha lastrado las cuentas de muchas empresas. H&M parece levantar el vuelo últimamente, después de varios años penando, entre otras cosas, por el tiempo. En los resultados de Inditex también señalaba que el cielo le había restado ventas.
El desacople con el clima ha dejado en las perchas muchas colecciones, a las que luego hay que dar salida con descuentos, con lo que los márgenes se resienten. Refleja el informe que los inventarios sin vender de las principales empresas son elevados, por lo que pronostica descuentos aún para rato. Pero también las firmas, inmersas en un entorno de feroz competencia, llevan años en una guerra del descuento permanente que limita la rentabilidad. Según Moody’s, con datos de Kantar, el 47% de la ropa se vende en Francia con descuento, frente a un 30% hace una década. “Es insostenible”, clama Zamácola. Pero nadie sabe ponerle freno. Muchas voces en el sector español reclaman una vuelta a los periodos tradicionales de rebajas, pero nadie le pone el cascabel al gato.
Otro de los cocos del sector es el comercio electrónico, que en España apenas alcanza el 7,4% de cuota de mercado, pero que países como Reino Unido triplican. Los márgenes de la venta online son mucho más bajos y “el cambio hacia un modelo omnicanal y más enfocado a la demanda seguirá pesando en los márgenes”, dice Moody's. Actores como Inditex, que desde hace años han invertido en tecnología y mejora de la cadena de suministro, parten con ventaja.
Entre las buenas noticias del informe, Zamácola destaca la mayor sensibilidad medioambiental de los compradores de moda, un sector muy contaminante. Mientras que Moody’s señala que las cargas regulatorias (como las tasas verdes sobre el transporte) o la preocupación de los consumidores por el entorno pueden pesar en los resultados empresariales, el responsable de Acotex se aferra a lo emocional. “La gente comprará menos ropa de usar y tirar, elegirán ropa de más calidad. Los vendedores que vayan a volumen sufrirán. En cambio, los que vayan a rentabilidad irán mejor”, augura. “Hay que hacer marca, apostar por lo aspiracional, diferenciarte, el low cost ya ha tenido su momento”, zanja. Fuentes de Tendam, matriz de Cortefiel, apuntan al “fortalecimiento de las marcas” y su “alejamiento del fast fashion” como una de las palancas para la mejora de los márgenes que señala el informe de Moody’s.