“Estos criminales son atrayentes, altivos, fríos y convincentes”
programa específico” de los que se imparten a los presos de violencia de género para su reinserción y que tenía “hábitos laborales consolidados” que le permitían obtener cerca de 900 euros al mes con los que ir abonando la responsabilidad civil a la que fue condenado. El auto también destacaba que, en los seis años que llevaba en tercer grado penitenciario, había “disfrutado de numerosos permisos ordinarios y extraordinarios de salida sin que conste incidencia negativa”. Además, consideraba que su única hermana era un “apoyo familiar suficiente para su control en el exterior”.
300 euros al mes
Sobre el principal argumento esgrimido por Prisiones para negarle la libertad condicional —la elevada cantidad de la responsabilidad civil que aún le quedaba por abonar ya que únicamente había cubierto algo más de 27.000 euros—, el juez consideraba que la excarcelación podía ayudarle a pagarla con más rapidez. De hecho, entre las condiciones que le impuso a Salvador Castro se encontraba el pago todos los meses de al menos 300 euros para satisfacerla y que presentara los justificantes de dichos ingresos en el juzgado. También le prohibió abandonar España sin autorización judicial y la obligación de comunicar 1 de enero. Romina. Un hombre de 44 años confesó que arrojó al mar, en Lanzarote, los restos de su esposa, de 26. Su cuerpo no ha aparecido.
3. Rebeca. Un hombre de 29 años apuñaló a su novia, de 26 años, en Laredo (Cantabria). Sin denuncia previa.
12. Leonor. Un hombre de 50 años acuchilló a su expareja, de 47, ante el hijo de esta, de 16 años, que quiso defenderla, No había denuncias previas.
15. Stefani. La Guardia Civil sospecha que un hombre de 53 años asesinó a su novia, de 60, en Llucmajor (Mallorca). Fueron hallados muertos en su chalé.
16. Una mujer de 25 años es hallada en Meco (Madrid) cosida a puñaladas. La policía investiga si se trató de un intento de violación.
18. Rebeca. El asesino de su esposa en 2003 apuñala en Zaragoza a su abogada con la que mantenía una relación. cualquier cambio de domicilio. La Fiscalía, que se había opuesto a la excarcelación, no recurrió el auto y el 5 de enero el juez ordenó su puesta en libertad. Poco más de un año después, se ha convertido en el presunto asesino de la abogada que le había ayudado a salir de la cárcel. El nombre de Rebeca Santamalia aparecía en el documento que recogía aquella decisión judicial.
Santamalia empezó su carrera de abogada en el despacho del penalista de Zaragoza José Antonio Ruiz Galve, ya fallecido, llevando casos penales y de familia. La letrada, muy conocida en el gremio, “intentaba siempre llegar a acuerdos”, recordaba ayer un colega. Una amiga la describía como una mujer brillante, progresista, muy profesional, que coordinó los servicios de orientación penitenciaria del Colegio de Abogados, un servicio que los letrados prestaban a los reclusos de modo gratuito por el que el colegio de Zaragoza fue premiado el pasado septiembre.
Un total de 977 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas desde 2003. Este año, que apenas comienza, ya suma tres muertes con esta, y otros tres casos se están investigando. El 016 es el teléfono de atención a las víctimas del machismo. No deja rastro en las facturas, pero debe borrarse del móvil. José Javier Salvador Calvo confesó que había matado a su mujer, en 2003. Su abogada defensora se enfrentaba a una verdad que necesitaba mucho maquillaje para lograr un buen resultado en el juicio. Con el tiempo, en algún momento, Rebeca Santamalia se sintió atraída por este hombre, con el que mantuvo una relación, algo que ha confirmado la Delegación del Gobierno. ¿Qué lleva a una abogada solvente a los brazos de un asesino?
Miguel Lorente Acosta es forense y experto en violencia de género. Fue delegado del Gobierno en esta materia en el Ministerio de Igualdad. Debido a su trabajo ha conocido a muchos criminales como este y asegura que no es difícil encandilarse con ellos. “Su primera característica es el narcisismo. No son psicópatas, pero sí psicopáticos, de emociones frías, altivos, seguros, sin miedo, carismáticos, se les ve en la mirada a veces cuando te hablan. En algunas reuniones, cuando ellos se explican todos callan para escucharlos, aunque digan tonterías. Se tienen en alta estima, son atrayentes y convincentes. Y todo eso lo trasladan a una relación más estrecha”, dice de algunos de estos individuos.
Uno de los que él trató le decía: “Me da igual que mi mujer se vaya con otro, ya verá usted cómo vuelve…”. Ha habido más casos. Lorente recuerda uno en Colombia, de una psicóloga de prisiones que se quedó embarazada de un asesino.
Psicólogas, abogadas. El personal que rodea a estos delincuentes está acostumbrado a ellos, casi aclimatado. Visto desde fuera es difícil entender cómo un oncólogo puede sufrir la mortalidad que le rodea, pero ellos están acostumbrados. “En el caso de los abogados es parecido. Si tienen mucho contacto con gente similar quizá les parecen menos malos, ven menos contraste”. Y estos embaucadores convincentes acaban conquistando.
Una persona que cree en el derecho debe creer en la reinserción, pero con el tiempo, dice Lorente, “el oficio y la experiencia van asentando ciertas convicciones”. Pero sí ocurre que para defender a un criminal en las mejores condiciones es importante la asunción de su inocencia o en caso contrario, se buscan razones externas que impulsaron al delito. “En el 99% de los casos, o más, se recurre de inmediato al informe psicológico, algo que justifique que lo que hizo no fue algo frío, premeditado, sino que en esos momentos la cabeza no estaba en su sitio”, afirma Lorente.
Ellos suelen justificarse diciendo que no querían hacerlo, “que fueron las víctimas las que les pusieron al borde del abismo. Arrebatos, ofuscación”. ¿Cuántas de estas cosas se cree un abogado? ¿Hasta dónde puede ser convincente un asesino?
Lorente no conoce el caso concreto de Santamalia y sabe que cada uno reúne factores a tener en cuenta. “Quién sabe por qué momento pasaba la víctima cuando inició alguna relación con él. Y quién sabe qué clase de relación era”. Quizá fue algo tan pasajero como fatal.