La identidad cultural, objetivo de guerra
Cientos de bienes del patrimonio de Ucrania han sufrido la violencia del conflicto y el pillaje de las fuerzas rusas, especialmente en el este
Natalia Moussienko, investigadora principal en el Instituto de Investigación de Arte Moderno de la Academia Nacional de las Artes de Ucrania, recuerda aquel gallo de cerámica que resistió un bombazo a un edificio de viviendas en el inicio de la ofensiva rusa en Borodianka, a unos 50 kilómetros al noroeste de Kiev. Aquel objeto de decoración tradicional de tiempos de la Unión Soviética “se convirtió en un símbolo de la resistencia”, afirma en una entrevista en Madrid. El Museo del Maidán, en Kiev, rescató la figura y la incorporó a su colección.
Es eso que Moussienko denomina “museificación”, un esfuerzo por salvar objetos que forman parte del patrimonio cultural del país y darles refugio artístico. Lo del gallo es anecdótico, pero el daño sufrido por el acervo cultural ucranio está siendo brutal. Según el seguimiento de la Unesco, a 31 de octubre, al menos 210 bienes de interés han sufrido daños desde el inicio de la ofensiva en febrero. Son 91 lugares religiosos, 15 museos, 76 edificios de interés histórico y/o artístico, 18 monumentos y 10 bibliotecas. Atentar contra el patrimonio cultural es considerado crimen de guerra.
—¿Está en riesgo el patrimonio cultural de Ucrania?
—Por supuesto. Cuando en abril empezamos a cubrir los monumentos, me pregunté si serían capaces de bombardear, por ejemplo, un parque como el de Taras Sevchenko [poeta y héroe ucranio] en Kiev, y lo hicieron. También cayó un misil cerca del monumento a Mijailo Jrushevski, el primer presidente ucranio. Apuntan a nuestra identidad, y los misiles en el centro de Kiev, donde se han dañado muchos museos y monumentos, lo prueban.
Moussienko (Kiev, 63 años), es una de las voces más respetadas en el mundo del arte y el patrimonio cultural de Ucrania. Cuando las tropas rusas entraron en su país pensó en las vidas que estaban en peligro. Tan pronto como pudo centrarse en el arte, le vinieron a la cabeza dos cosas: primero, que lo que se iba abriendo paso era la “segunda fase” del arte del Maidán, un torrente de creatividad artística vinculada a la lucha popular. En segundo lugar, la guerra ha empujado a los creadores por diferentes caminos: “Muchos artistas fueron al ejército”, cuenta, “otros, a los territorios que había que defender, o fueron voluntarios. Muchos también entendieron que a través del arte podían apoyar incluso mejor a Ucrania, de un modo más efectivo”.
Moussienko recomienda echar un ojo al conteo del Ministerio de Cultura e Información ucranio de los bienes dañados o destruidos. Según este departamento, al menos 514 objetos del patrimonio cultural han sido alcanzados. Kiev afirma que los siete bienes ucranios patrimonio mundial de la lista de la Unesco están en riesgo. Ninguno ha sido dañado por el momento.
La diferencia entre los números de la Unesco y del Gobierno ucranio tiene que ver con los criterios de cada uno en lo que es o no parte de ese patrimonio y la forma de verificarlo. Kiev incluye los daños en el Ayuntamiento de Járkov y la ONU, de momento, no.
Krista Pikkat, responsable de Cultura y Emergencias de la Unesco, afirma en un intercambio de correos que “la situación es mala y puede seguir empeorando”. “El patrimonio cultural suele ser un daño colateral durante las guerras, pero a veces es un objetivo específico, ya que es la esencia de la identidad de los países”. Es la clave en la que tanto insiste Moussienko: ataques a la identidad. La Unesco trabaja codo con codo con Unosat, el centro de información satelital de la ONU.
En el listado de la Unesco se llevan la palma Donetsk y Lugansk, con más de 120 bienes dañados. Los dos territorios, reunidos en lo que se conoce como Donbás, en el este, forman parte de la Ucrania anexionada ilegalmente por Rusia. Moussienko advierte de que lo difícil es contactar con los responsables de las obras en los territorios ocupados. Es peligroso para ellos y dificulta el conteo. Pero advierte: “No solo hay destrucción [de bienes culturales], sino también pillaje de nuestras colecciones de arte en Crimea, Jersón o Mariupol”.
Es precisamente en esta última ciudad donde las autoridades locales denunciaron, antes de la ocupación total a mediados de mayo, la incautación de más de 2.000 objetos artísticos. Entre las víctimas, el Museo de Historia Local y el de Arte Kuindzhi.
La Unesco sitúa en Donbás más de 120 bienes dañados, de 210 que contabiliza
Museos del país intentan dar refugio a objetos de su acervo para salvarlo