El Pais (1a Edicion) (ABC)

La relación entre el PSOE y sus socios se enquista por varias leyes

Los aliados del Gobierno refuerzan sus críticas por la ‘ley trans’ o la de vivienda

- X. HERMIDA / J. CASQUEIRO, Madrid

La comisión por las muertes de Melilla en junio aumenta la tensión

La situación de “enquistami­ento” sobre la ley trans , reconocida tanto por los dos socios de la coalición de Gobierno como por los aliados parlamenta­rios, se podría extender ahora a otros proyectos igualmente simbólicos en el Congreso. El PSOE, Unidas Podemos y otros partidos que apoyan habitualme­nte al Ejecutivo en el Parlamento admiten que el atasco se produce igualmente sobre la ley de vivienda y la ley de Seguridad Ciudadana, conocida como ley mordaza. Esas formacione­s, además, acaban de apoyar conjuntame­nte la creación de una comisión de investigac­ión sobre la tragedia ocurrida en Melilla, con la muerte el 24 de junio de al menos 23 personas, iniciativa que molesta sobremaner­a al sector socialista del Gobierno y al Ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlaska. El PSOE va a intentar en los próximos días varias reuniones bilaterale­s al máximo nivel con Podemos para desatascar esos conflictos y comprobar si hay alguna opción de superarlos. Han recibido mensajes de UP sobre que, en cualquier caso, los Presupuest­os para 2023 están a salvo.

La coalición de Go- bierno no atraviesa por uno de sus mejores momentos políticos, aunque acaba de superar holgadamen­te, y por tercera vez en este mandato, la fase de oposición global al proyecto de Presupuest­os del Estado para 2023. Unidas Podemos y otros partidos de la mayoría progresist­a que sostiene normalment­e al Ejecutivo en el Parlamento son consciente­s de que se entra en un momento decisivo de la legislatur­a, y que será muy difícil que algunas leyes y compromiso­s que se plasmaron en su acuerdo de Gobierno salgan adelante durante 2023, un año electoral. Por eso están apretando al máximo ahora, para que varios de esos proyectos se discutan y aprueben antes de que acabe este año. Y así, con los formalismo­s y cupos previstos para los distintos grupos, el calendario apremia. Y mucho.

Los partidos están muy concentrad­os ahora en el Congreso con el trámite de las cuentas públicas, que tiene prioridad sobre otras iniciativa­s y que, tras salvar el espolón del debate de las enmiendas de totalidad el 26 de octubre, tendrá que sobrepasar la discusión y votación en la ponencia, que se llevará al pleno el 24 de noviembre. A partir de ese momento quedarán tres semanas de actividad real en la Cámara baja antes de las vacaciones de Navidad. El Gobierno y el PSOE trabajan contra el reloj para incluir en los pocos plenos que se fijarán hasta entonces la ratificaci­ón y validación de varias normas, pero se ha tropezado con “divergenci­as duras e intransige­ntes” de Podemos y otros socios, según fuentes de su dirección.

Lo sucedido con la ley trans, el proyecto estrella en marcha del Ministerio de Igualdad de Irene Montero, es el exponente claro de esas diferencia­s aparenteme­nte irreconcil­iables. La ley se aprobó por el Consejo de Ministros en junio, ya tras algunas discusione­s internas, pero ahora se ha atascado en su trámite parlamenta­rio. El PSOE, que entonces la respaldó, ahora ha encontrado varios escollos jurídicos y políticos, tras constatar la enorme división que generaba ese proyecto dentro del partido y en colectivos feministas clásicos. Los socialista­s han registrado incluso hasta 37 enmiendas para corregir algunos aspectos jurídicos y de fondo, como por ejemplo al introducir mayores controles para la autodeterm­inación de género entre los jóvenes de entre 12 y 16 años. Irene Montero y la dirección de Podemos han reafirmado pública y tajantemen­te que no aceptarán “ningún retroceso” y se han confabulad­o con otros nueve grupos para firmar sus propias 11 enmiendas, en consonanci­a con lo que les reclaman algunos movimiento­s LGTBI.

En la cúpula del PSOE entienden que asegurar por parte de Unidas Podemos y su ministra que no aceptarán ninguna corrección “no es la mejor forma de aproximars­e a una negociació­n” y constatan que así es más que probable que el proyecto, al final, no prospere. Esos grupos de presión al Ejecutivo socialista suman en total solo 72 escaños, el PSOE dispone de 120 y la oposición de derechas se niega a facilitar, en este caso, una salida alternativ­a. Los 10 grupos que normalment­e respaldan al Ejecutivo en muchos proyectos esperan que el PSOE acabe por rectificar y retire sus enmiendas. Los socialista­s lo descartan, pero su portavoz en la Cámara, Patxi López, ha lanzado estos días un mensaje a la ministra Montero y su partido para encontrars­e “en un punto intermedio, centrado y negociar sus diferencia­s”. Ese primer intento de acercamien­to tampoco ha sido bien acogido. Los socialista­s van a desplegar en los próximos días citas bilaterale­s al máximo nivel, entre ministros afectados y portavoces de ambas formacione­s, para superar ese escollo, pero el PSOE también avisa: “Todos tendríamos que estar dispuestos a ceder algo”. Incluso sobre las edades para proceder a la autodeterm­inación libre o supervisad­a de género.

El PSOE, ahora, vuelve a tener en su mano acelerar o frenar la discusión de su ponencia en la comisión de Igualdad, que preside y dirige la exvicepres­identa Carmen Calvo, una de las feministas del partido que más se ha manifestad­o en contra del texto defendido por Montero.

Con la ley de vivienda, que ya fue el gran conflicto entre los partidos de la coalición para los Presupuest­os del año pasado, tampoco se ha recorrido mucho camino y lleva atascada desde hace siete meses en el Congreso por la tramitació­n de 866 enmiendas parciales de distintos grupos. El Ministerio de Transporte­s observa en algunas de ellas problemas de constituci­onalidad: “El proyecto plantea poner topes a los precios de los alquileres en zonas tensionada­s solo para aquellos grandes propietari­os con más de 10 inmuebles. Antes, estos grupos nos pedían que fuera para todos los propietari­os, grandes y pequeños. Nosotros entendemos que solo hay que aplicarlo a los grandes tenedores, que son el 15% del total. El resto son pequeños propietari­os que en muchos casos viven de ese alquiler o a los que esta renta les completa el sueldo”.

Los socialista­s quieren negociar antes de entrar en el año electoral

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Representa­ntes de varios grupos parlamenta­rios tras la presentaci­ón de enmiendas a la ley trans, el 31 de octubre.
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/ CLAUDIO ÁLVAREZ Yolanda Díaz y Pedro Sánchez, el 18 de octubre en el Senado.

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