Luces, sombras y la gloria a los 30 años

Unas cuantas cosas son diferentes en esta temporada de la Liga ACB: alguna potencia histórica, como es el Joventut, muestra más debilidad, como ya hacía prever la disminución del potencial de su plantilla, algún equipo tradicionalmente de media tabla para abajo demuestra nuevas ambiciones basadas en unos refuerzos bien pensados, y hasta descubrimos que un jugador autóctono puede alcanzar el estrellato pasada la treintena.

Fue justamente el Joventut, y eso que ya había recuperado a

Ante Tomic tras su lesión, el que el sábado sirvió de sufrido presentador del nuevo equipo que se alza a los puestos de honor de la clasificación desde las medianías de las que procedía: fue espectacular la victoria por 105-73 del UCAM Murcia, sólido equipo muy bien reforzado esta temporada, y eso que su presupuesto no se parece a los del Barcelona o el Real Madrid: llegaron para ponerse a las órdenes de Sito Alonso Ludde Hakanson (Bilbao), Dylan Ennis (Galatasaray), Simon Birgander (Joventut), Dustin Sleva (París), Moussa Diagne (Canarias), Troy Caupain (Brescia), Rodions Kurucs (Estrasburgo) y Howard SantRoos (Zaragoza). Y el equipo es solidísimo. Como contrapartida de ese crecimiento que lo ha propulsado a los primeros puestos de la liga, el UCAM asume una sombra muy característica del camino emprendido por la ACB desde hace años: en su plantilla no hay ningún jugador nacido en España.

Frente a esa tendencia hay pocas contrapartidas, pero una sorpresa de este inicio de temporada da qué pensar: tras un debut difícil, está levantando la cabeza con un par de victorias sólidas, la última en el feudo del Obradoiro y por un avasallador 77-94 de tanteo final. El Covirán Granada es el que, en su segunda temporada de regreso en la ACB, resurge así. Y su nueva estrella se llama Lluís Costa, un base de 1,87 y ya casi 31 años, nacido en la cantera manresana y que ha sufrido una dura carrera tras brillar en las selecciones inferiores: LEB Plata, LEB Oro, hasta un equipo húngaro del que le echaron por malo…

Por fin Costa tuvo confianza, minutos… y asentó su juego. Qué pocas promesas de aquí han tenido esa suerte.