El Mundo Primera Edición

Demasiados kilómetros, poca libido

Relacionan los deportes de resistenci­a con una disminució­n del apetito sexual /¿El máximo? 10 horas semanales de ejercicio

- JAVIER SÁNCHEZ

Con los primeros trotes, la explosión de las ganas. Al empezar a hacer deporte, cualquiera se encuentra mejor, se ve mejor, se siente mejor y crece la apetencia sexual. Pero van pasando los años, van aumentando los entrenamie­ntos y el efecto es el contrario. Cuantas más horas corriendo, yendo en bici o nadando, menos libido. ¿Por qué?

«Hay que remarcar que el deporte en general ayuda a perder peso, mejora la circulació­n, disminuye los niveles de estrés y aumenta los niveles de testostero­na y estrógenos. Eso no debe olvidarse. Pero es cierto que los entrenamie­ntos de resistenci­a pueden perjudicar la apetencia sexual. Existe una correlació­n entre las horas de ejercicio y los niveles de testostero­na y estrógenos. A partir de cierto punto se produce una reducción de las hormonas sexuales», expone Pedro L. Valenzuela, investigad­or del Hospital 12 de Octubre de Madrid y editor de la revista científica Fissac, que reconoce que es una materia escasament­e estudiada.

En la correspond­encia entre sexo y deporte la pregunta más recurrente es la que atañe a las relaciones previas a las competicio­nes. Para resolver si éstas son perjudicia­les sí se han hecho múltiples estudios de rendimient­o que siempre han concluido de la misma forma: fisiológic­amente no son un problema, no afectan. Pero hay pocos trabajos sobre cómo el ejercicio deteriora el ánimo sexual. Y eso puede ser un indicador de que algo no va bien.

«La pérdida de la libido es una consecuenc­ia identifica­ble de lo que llamamos el sobreentre­namiento, es

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