El Mundo Primera Edición - Weekend

‘Presunto inocente’: hay una forma de hacer ‘thrillers’ que no va de tratarnos como a tontos

- Por Alberto Rey ‘PRESUNTO INOCENTE’. Con Jake Gyllenhaal. En Apple TV.

CLa serie de Apple TV no trata de igualar la película de Harrison Ford de 1990; busca caminos alternativ­os y contemporá­neos

uando los analistas del mercado audiovisua­l norteameri­cano hablan de la actual situación del sector, casi siempre hacen un pequeño aparte para calificar a Apple TV+ como una anomalía, un competidor extraño o una bestia agazapada. O todo a la vez. Apple va a su bola. Su producción de series y películas es estable y sólida, pero la poca (¿ninguna?) necesidad que tiene la compañía de rentabiliz­arla condena a muchos de sus títulos a una existencia casi crepuscula­r. Hoy en día, series extrañas como la ya cerrada Servant casi parecen más leyendas urbanas que realidades. Sin embargo, los votantes de los premios sí las tienen en cuenta. The Morning Show y Slow Horses en drama y Palm Royale y Cocina con química en comedia son las cuatro nominacion­es de Apple

TV+ en las categorías mayores de los próximos Emmys, que se entregarán en Los Ángeles el próximo 15 de septiembre.

Por fechas, Presunto inocente no ha podido presentar candidatur­as a estos galardones. Pero la nueva versión, esta vez televisiva, de la novela de Scott Turrow ha sido renovada por una segunda temporada. Eso podría ayudarle de cara a la carrera de premios de 2025. A menos que Apple TV+ se olvide de ella. Algo me dice que Jake Gyllenhaal, su protagonis­ta, no va a hacerlo. Rusty Sabich, su personaje en Presunto inocente, es demasiado goloso como para no intentar agarrar un Emmy o un Globo de oro. Y eso que muchos recordamos todavía al Rusty que interpretó Harrison Ford en la película de 1990 dirigida por Alan J. Pakula.

Tanto la película como la serie exploran las aristas de ese fiscal que se nos presenta como un enigma. Su resolución era la razón de ser de la película. Y ahora de la serie. Sabich podría ser culpable de un asesinato (el de su amante), cómplice encubridor del criminal real o un hombre inocente arrastrado por lo peor del sistema judicial. Presunto inocente es una serie de juicios, y solo por eso es apetecible y vibrante. Está demasiado alargada, pero funciona bien. La ambigüedad, presente en casi todos sus personajes y motor de su muy efectivo suspense, está calculada como sólo sabe hacerlo una novela de intriga superventa­s. Una escrita para adultos, además.

Por otro lado, la serie sabe que nadie puede medirse ahora ni con el Harrison Ford de 1990 ni con un thriller hecho sin cortapisas morales al estilo de 1990 y apuesta por actualizar­se de maneras muy astutas. En 2024 encaja mejor un antihéroe blando como el que puede encarnar Jake Gyllenhaal y conviene esquivar la hoy muy evidente misoginia de la película de Pakula.

Dado que hoy el cine de alto presupuest­o rara vez propone historias así, tiene todo el sentido del mundo que la nueva Presunto inocente sea una serie y no una película. Menos sentido tiene que no sea una serie de Netflix, donde su dignísima factura y sus dilemas nada estúpidos habrían destacado entre tanto thriller de pacotilla. En Apple TV+ no llama tanto la atención.

Al frente de Presunto inocente está el veterano David E. Kelley y en su reparto brillan estrellas de calidad como Ruth Negga o Peter Sarsgaard. A Negga le correspond­e defender un personaje incómodo: la esposa que debe asumir que su marido se enamoró de otra y que el asesinato de esa otra podría conservar su enamoramie­nto intacto para siempre. A menos que la haya matado él, claro. Una sombra de sospecha permanente y más preguntas adultas. Presunto inocente nos exige a los espectador­es madurez e inteligenc­ia. También nos las da.

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Jake Gyllenhaal, durante su caída en desgracia en ‘Presunto inocente’.

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