Para qué carajo sirve en España Milei
MILEI anuncia que regresa en viaje privado para continuar con su misión pública de incordiar un poco más. A algunos les hace mucha gracia el circo de este individuo sobrevenido: bocachancla, confuso, inestable. Entre Vox e Isabel Díaz Ayuso se disputan el patrocinio español del ruidoso presidente argentino. Y de paso confirman algo que todo el mundo sabe: la política es el monopolio de la vida pública.
Aquí no necesitamos a Milei para nada, esa es la verdad. Me refiero a los ciudadanos. Lo de Milei es una milonga entre políticos en guerra (guerra entre ellos) para dar la batalla cultural del acoso. Que como batalla es lamentable, claro. Milei vuelve para dar otra vez la turra y decir muchas veces «zurdos de mierda», porque su ideario se cimenta en ese sintagma basura, de una escasez intelectual mendicante. Ya ves tú.
La presidenta de la Comunidad de Madrid le concede una medalla sin explicar bien los méritos para merecerla. Quizá sea mejor así, porque el día en que nos enteremos de los presuntos valores de Milei para que Madrid le dé quincalla saldremos corriendo desde la Puerta del Sol con los brazos en la cabeza y en todas direcciones. Lo ridículo es la certeza de que lo reclaman y premian para que se meta un poco más con Pedro Sánchez, pues otra cosa no parece aportar. Pero algunos fingen como si hubiesen encontrado en él un planeta con agua. Es de risa. Últimamente nos están distrayendo mucho. Isabel Díaz Ayuso, la más obstinada en exhibir su entera lealtad a Feijóo, le va haciendo unas putadas gigantes a razón de una o dos al mes. A ver cómo defiende el jefe de filas que este sujeto escandaloso es también su modelo, su socio y su huésped. Buen marrón. Si a mí me confían una lealtad así escojo el viejo duelo a garrotazos.
Lo también llamativo de este asunto es el tiempo libre que tiene Milei, al frente de un país quebrado, para volver a Madrid derrochando dinero de su gente inflacionada con el propósito de insistir en lo que antes gritó por Twitter. Pero es que la apuesta es clara: Ayuso confecciona un PP a la derecha de la derecha oficial y para eso le sirve Milei. A nadie más que a ella. En política no es necesario matar para dejar muertos. Basta con el desafío atroz de abrir un socavón cada mañana a los pies del líder que juras amar.