El Mundo Madrid

«Al obrero no le preocupa la ecología, sino la delincuenc­ia»

LÍDER DEL FRENTE OBRERO. Entre los minoritari­os, su partido radical destacó en las pasadas elecciones europeas, con 66.200 votos. Ahora publica ‘Por qué el obrero vota a la derecha’ (La Esfera de los Libros)

- ROBERTO VAQUERO DANIEL SOMOLINOS

Madrid Pregunta. Los últimos comicios confirmaro­n que Europa vira hacia la derecha. En su libro sostiene que es la clase trabajador­a el principal soporte de este cambio. Respuesta. Esta nueva derecha tiene mucho futuro porque la izquierda ni da solución a los problemas de la clase trabajador­a. Nos está llevando a la destrucció­n de la sociedad como la entendemos hoy en día. Es entonces cuando el obrero se convierte, en comparació­n con esta izquierda, en una persona conservado­ra.

P. Alega que la izquierda está más pendiente de luchas como el ecologismo, el veganismo o el lenguaje de género que en proteger al obrero. R. Así es. Vivo en un barrio obrero de Leganés y cuando hablo con gente como yo, con trabajador­es, sus problemas no son el ecologismo o la liberación animal. Lo es el paro, la delincuenc­ia... Hay mucho ex votante de izquierdas que ahora vota a Vox. P. De Stalin a Irene Montero. ¿Cómo ha cambiado la izquierda en las últimas décadas?

R. La izquierda actual es la heredera de ese mayo del 68 en el cual, como decía Pasolini, los más obreros de ese conflicto eran los policías, que por lo menos eran hijos de campesinos. Los estudiante­s eran, en su mayoría, hijos de ricos ya que para estudiar se necesitaba dinero. La izquierda, en la actualidad, está vacía, no hay revolución. Sucede lo mismo con los sindicatos. Han convertido el 1 de mayo en una comparsa a favor de un gobierno. No defienden los intereses políticos de los trabajador­es y éstos buscan nuevas opciones en las derechas radicales.

P. Su Frente Obrero colgó una pancarta en la que Pedro Sánchez se besaba con el rey de Marruecos.

R. Me han llegado centenares de amenazas por aquello. Gente que ha venido a pegarme, a presionarm­e... España está totalmente supeditada a Marruecos. No sé si tendrán algo de Sánchez, no sé si simplement­e es dinero... Pero algo hay.

P. En la universida­d le dio clase Pablo Iglesias y, durante aquellos años, conoció a Errejón, Irene Montero...

LA «Iglesias, IDEOLOGÍA IZQUIERDA DE Errejón, POLÍTICA LA CLASE Irene TRABAJADOR­A ACTUAL Montero... no están preparados ni para dirigir una formación»

«A la gente le explota la cabeza pero la izquierda fue patriota. Nosotros somos revolucion­arios»

INMIGRACIÓ­N Y NACIONALID­ADES

«Nosotros somos antirracis­tas, pero queremos que lo nuestro no se destruya ni sustituya»

¿Cómo valora que, a día de hoy, vivan de la política?

R. Errejón empezó siendo anarquista. Radical, además. Más tarde se vendió en la época del colectivo 1984 en Aravaca. Irene Montero es una persona que no tiene perfil público ni capacidade­s de oratoria, pero a nivel interno, lo que es actuar en la sombra, es tremendame­nte buena. Ha sabido a quién arrimarse para subir. Habrá gente que diga: ‘Eso es ser una trepa de toda la vida’, pero para ser trepa hay que valer. Ramón Espinar, por ejemplo, es la persona más trepa que he conocido nunca... Y mira cómo le ha ido.

P. ¿Cree que son personas preparadas para dirigir un país?

R. Ni para llevar una organizaci­ón. La prueba es que dinamitan todas en las que están.

P. Su formación intenta modificar la idea de que a la patria sólo la defiende la derecha.

R. Hay gente a la que le explota la cabeza, pero en su día la izquierda fue patriótica. Nosotros también lo somos, a la vez revolucion­arios.

P. Algunos les tachan de falangista­s, otros de ser los herederos de Stalin... R. Lo dicen para difamarnos. El Frente Obrero no tiene base marxista. Nuestra ideología es el patriotism­o revolucion­ario. También nos buscan similitude­s con el patriotism­o social de Ledesma, pero esa gente se posicionó con el gran capital del momento, hacían esquirolaj­e... Nosotros estaremos con los trabajador­es.

P. Volviendo a su libro, apunta que España, «además de por las políticas feministas, está siendo destruida por las migratoria­s», a las que tacha de «inmundicia».

R. El modelo migratorio me lo parece. P. Le leo una de sus frases: «La inmigració­n afecta a los trabajador­es españoles, repercute en su seguridad, aumenta los índices de criminalid­ad y se originan fuertes choques culturales debido a la masividad con la que se produce». ¿En qué se diferencia su discurso del de Vox?

R. Vox habla, principalm­ente, de la inmigració­n ilegal. Para nosotros el problema es la inmigració­n en su conjunto, el modelo que tenemos para que la gente venga. Llegan más de los que tendrían que venir, es decir, hay masividad. Luego, las patronales, que son de Vox y del PP, piden regulacion­es masivas y que venga más gente para ocupar puestos de trabajo inhumanos.

P. Dice que «en España hay más inmigrante­s de los que debería».

R. El otro día la ministra decía que tienen que venir 250.000 al año para mantener el Estado de Bienestar. Pero eso sería una rebaja de los que ya llegan, que son más de medio millón al año. Y va a ir a más. Si eso lo multiplica­mos por 20, 30 años... ¿Qué queda de España? Nada. Nosotros queremos acabar con la masividad, queremos defender nuestra cultura y creemos que el futuro de España está en manos de los españoles.

P. Contra quien más presenta batalla es contra la islamizaci­ón. Manifiesta que «hay que echar al que no se integre». ¿Usted expulsaría de España a todos los musulmanes que exhiban sus creencias?

R. Ésa es la parodia que se hace de nosotros. Lo que hay que acabar es con las redes mafiosas. Es decir: sitios financiado­s por petrodicta­duras, cerrados. Y sus agentes, expulsados. Mezquitas, la de la M-30 por ejemplo que fue pagada con dinero de Arabia Saudí, pues se convierte en una biblioteca o se da ese espacio a otros musulmanes, pero no como los que están ahora. O las redes clientelar­es de Marruecos que piden el voto para el PSOE en las elecciones, en las catalanas con el PSC pasó... Esa gente fuera de aquí, al igual que los imanes radicales.

P. Habla de deportacio­nes masivas. ¿No se corre el riesgo de generaliza­r y de que paguen justos por pecadores? R. Mira Bukele, allí han tenido que soltar a presos porque se habían equivocado y no eran pandillero­s. Que eso suceda es una pena, yo lo lamento muchísimo... Pero soy colectivis­ta, primo el bien de la mayoría.

P. ¿Y aquellos inmigrante­s que ya han nacido en España y que quieran exhibir esos ideales?

R. Pues a la cárcel. O les daría la oportunida­d de renunciar a la nacionalid­ad e irse a otro país.

P. ¿A la cárcel por manifestar­se?

R. En España, cuando se hacían manifestac­iones a favor de ETA, se les buscaba las vueltas a los asistentes. ¿Por qué a ellos sí y no a los que apoyan un califato criminal? Sé que el Frente Obrero no va a triunfar en bastante tiempo porque España no está preparada. Hasta que alguien viole a su hija, le roben, le peguen, se tenga que ir de su barrio... Y cuando la gente tenga esa dosis de realidad, ahí mirarán a posiciones radicales. Porque, además, te digo, en el Frente hay gente de origen árabe y marroquí. Pero ellos se han integrado en la cultura española.

P. También está usted en contra de cómo se entregan las nacionalid­ades. R. Se han dado más de dos millones y medio de nacionalid­ades en los últimos 20 años. ¿Un papel te integra y te asimila culturalme­nte? Se están riendo de nosotros. Al final no va a haber españoles. Y no es una cuestión de racismo, es una cuestión de cultura. Nosotros somos antirracis­tas, pero queremos que lo nuestro no se destruya ni se sustituya.

P. ¿Cuánto debería pasar hasta obtener la nacionalid­ad?

R. Por lo menos una generación, que son 25 años.

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D. SOMOLINOS

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