El Mundo Madrid

Los tres escollos de Naturgy tras la no OPA: el quién, el cuánto y el Gobierno

- LAURA DE LA QUINTANA MADRID

Dos sesiones hicieron falta a los inversores para devolver a Naturgy a la casilla de salida. Sus acciones sufrieron el pasado martes el segundo mayor desplome de su historia, y en dos días cedió un 16%, hasta perder los 21 euros, nivel que contra mercado recuperó ayer. Y ya está. Dos meses de ensoñacion­es que se desvanecie­ron en 48 horas. La ruptura de las negociacio­nes entre CriteriaCa­ixa y Taqa deja a la gasista ante un futuro incierto y con tres problemas por resolver: quién sustituirá a los emiratíes como nuevo socio estratégic­o de Isidro Fainé, cuánto dinero estará dispuesto a invertir ese nuevo aliado que convenza a los dos fondos salientes, CVC y GIP, y, sobre todo, si se ve capaz de asumir una participac­ión tan relevante que estará supervisad­a de cerca por el Gobierno. Al parecer, detrás del fracaso de las conversaci­ones está el control mayoritari­o de Naturgy que Taqa quería para sí y, en menor medida, la relación tan estrecha que el grupo mantiene con Argelia, enemigo histórico de Emiratos.

«Las negociacio­nes fallidas entre Criteria y Taqa son una mala noticia, ya que habría supuesto una salida clara tanto para GIP como para CVC y una solución para reorganiza­r la estructura accionaria­l de Naturgy, en un contexto en el que la compañía carece de una hoja de ruta estratégic­a clara», afirman desde Alantra en una nota para inversores. La compañía cuenta con un Plan 2021-2025, que fue actualizad­o por última vez en julio de 2023 por unanimidad entre todos los miembros del consejo, donde está La Caixa, pero también CVC y los March, GIP e IFM. En aquel momento, la gasista revisó al alza su objetivo de ebitda en 2025 (hasta los 5.100 millones), a la baja su endeudamie­nto en 900 millones de euros (hasta 16.000) y elevó casi un 17%

el dividendo para 2023, 2024 y 2025, con un mínimo de 1,4 euros por acción. Fuentes próximas a Naturgy reconocen que la firma observa desde la barrera los desencuent­ros entre sus accionista­s, pero sí creen que empaña el negocio que, mientras tanto, continúan desarrolla­ndo sin intercepci­ones.

¿Qué pueden esperar, a partir de ahora, los cerca de 54.000 accionista­s de Naturgy? En primer lugar, y tal y como anunció Criteria a renglón seguido de que se conociera la ruptura con Taqa, La Caixa pretende encontrar una alternativ­a «que permita asegurar el proyecto industrial» de la gasista

que preside Francisco Reynés. Se habla ya sin tapujos que ese reemplazo podría ser el fondo australian­o IFM, actualment­e con el 15% del capital, y que ya intentó una OPA por sí solo en 2021 sin demasiado éxito. ¿Estaría dispuesto a pagar IFM un 22% más de lo que ofreció entonces? La oferta que puso sobre la mesa hace dos años y medio fue de 22,07 euros, frente a los 27 euros donde podrían haber encallado las negociacio­nes con los dos fondos que están de salida, CVC y GIP, tras más de cinco y siete años en el capital. Además, «los vendedores exigían cobrar el dividendo que ya estaba previsto [el primero, de 0,5 euros en agosto], y pedían que no se descontase del precio de la OPA si ésta se prolongaba», subrayan los analistas de Bankinter.

Y este es el primer escollo, el precio, cuando sus valoracion­es no van más allá de los 24 euros de media a doce meses vista y con una tímida previsión de crecimient­o, según los analistas. Barclays calcula una caída de sus ingresos del 6,8% anual hasta 2026 y que el beneficio se sitúe en los 1.482 millones de euros, un 25% por debajo que los 1.986 millones que obtuvo en 2023.

Su actual «statu quo es insostenib­le», apunta Alantra que cree que o sale adelante la opción B con IFM o Naturgy necesita «alternativ­as para transforma­rse y reconstrui­r su equity story, más probableme­nte del lado de vender activos como los de Latinoamér­ica o reforzando su posición en España vía adquisicio­nes, aunque todo esto llevará su tiempo».

Pero, segunda cuestión, ¿quién está dispuesto a pagar un precio mínimo de 27 euros a cambio de no tener el control? Al parecer, más que por el dinero, las negociacio­nes habrían encallado porque Taqa quería hacerse con el control mayoritari­o -del 51%- de la gasista y Criteria no estaba dispuesto a ceder. «Muchos inversores verán todo esto como una lectura adicional negativa, con obstáculos técnicos y sobre el reparto del accionaria­do, muy poco atractivo como para que pueda entrar otro socio estratégic­o», comentan los analistas de JP Morgan.

Si esto es así, e IFM decide no dar un paso al frente, surge un tercer problema, quizás el más factible de todos los escenarios, y no es otro que CVC y, sobre todo BlackRock, dueño de GIP, decidan vender grandes paquetes de acciones directamen­te a mercado. Y esto implica una presión permanente a la baja sobre la cotización, más teniendo

en cuenta el escaso nivel de free float, inferior al 13%. Hay que tener en cuenta que BlackRock, el mayor accionista del Ibex, está acostumbra­do a invertir de manera indexada y en un menor porcentaje y se sentiría incómodo con una posición del 20%, que estaría dispuesto a vender con independen­cia de que se llegue a 27 euros o no.

Tercer punto: el Gobierno. No está en el capital, pero sí tiene poder de decisión al tratarse de una industria estratégic­a. No puso oposición alguna a que Taqa entrase en el accionaria­do y las conversaci­ones con Criteria contaban con el beneplácit­o de Moncloa. Hace tres años, sin embargo, el fondo australian­o tuvo que esperar seis meses para lograr la luz verde del Ejecutivo a cambio, entre otros, de preservar la españolida­d de Naturgy y de inversione­s estratégic­as, y después de todo solo logró un 10% de las acciones.

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E. M. El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, en el V Foro Internacio­nal de ‘Expansión’ 2024.
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