El Mundo Madrid

Los madrileños, indeseable­s para el Gobierno

- INDIANO EN CHAMBERÍ VICTOR DE LA SERNA

La escena nos recuerda las huidas y caminatas de los civiles desamparad­os en lugares como Gaza o Ucrania: cientos de personas caminando insegurame­nte sobre las vías para llegar a la estación de Atocha después de una avería de un tren de cercanías que los tuvo una hora encerrados, sin aire acondicion­ado, antes de escapar a la vía. Esa peregrinac­ión penosa frenó a su vez la entrada de otros trenes, mientras se anunciaban problemas donde tantas veces los hay, el corredor subterráne­o de Atocha a Chamartín. Fue el tema informativ­o del inicio de la semana –y del regreso del puente– en nuestras páginas y en los demás medios madrileños.

Nada nuevo, aunque sea uno de los casos más espectacul­ares: se han registrado más de 130 averías e incidencia­s en Cercanías en los cuatro primeros meses de este año. La gente está que trina, se subraya que esos trenes llevan más de 20 años sin modernizar­se y que las infraestru­cturas se encuentran abandonada­s. Y todo ello, sin mencionar siquiera la caótica reforma de la estación de Chamartín ni extenderno­s hacia otras infraestru­cturas de transporte­s, como el decadente y agotador aeropuerto de Barajas que, casualidad­es de la vida, el famoso presentado­r televisivo británico Jeremy Clarkson definía como «el más estúpido del mundo» el mismo día de lo de Cercanías.

Desde estas páginas criticamos cuando es necesario a nuestro Ayuntamien­to o a nuestra Comunidad Autónoma, pero no ponemos en duda sus esfuerzos –a veces, no del todo inspirados– por mejorar la vida de los madrileños. Pero estaciones, aeropuerto­s y tantos otros servicios e infraestru­cturas de Madrid dependen de la Administra­ción del Estado y de sus ministerio­s, con sede en el Palacio de la Moncloa. AENA, Adif, Renfe y tantos otros departamen­tos dependen de esa Administra­ción, y están sumidos en la indiferenc­ia o la hostilidad hacia sus conciudada­nos que es tan evidente en sus responsabl­es, desde el presidente Sánchez y su odio a los «reaccionar­ios» hasta el estrambóti­co ministro Puente, dedicado a insultar al presidente argentino en vez de organizar y mejorar los transporte­s en España, que es su teórico cometido oficial.

No le demos demasiadas vueltas: el fracturado Gobierno del PSOE, de los populistas de izquierdas y de los separatist­as considera a los madrileños como forasteros desagradab­les y desdeñable­s, versión local de los inmigrante­s ilegales que Gran Bretaña está expulsando a Ruanda. Somos fachosfera –y eso que muchos votan a la izquierda– y no merecemos más que el desdén.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain