DICCIONARIO DEL PERRO
bulo. m. Noticia falsa que se propala para perjudicar a alguien o
noticia verdadera que se desacredita para proteger a alguien. De ahí que las leyes antibulo se utilicen tanto para proteger a las víctimas de la mentira como para desactivar a los periodistas que investigan
la verdad. inverso, sa. adj. Se dice del efecto de una acción que provoca un resultado opuesto al esperado, como poner precios tope al alquiler de viviendas y conseguir aumentar los precios, crear una ley que equipara abuso y agresión sexual para perseguir más delitos y lograr acortar las penas de los delincuentes, hacer pucheritos por un supuesto delito de tráfico de influencias y publicitar la supuesta corrupción hasta en los confines de la galaxia o retirar un premio nacional de tauromaquia y conseguir que los premios a la tauromaquia se multipliquen.
periodista. verdad.
m. y f. Plumífero que se gana la vida siendo testigo de acontecimientos o masticando y digiriendo confidencias, chismes, confesiones, panfletos, filtraciones, libros, dosieres y comunicados, para presentarlos al público en formatos comprensibles en prensa, radio, televisión, internet y redes sociales. Dado que una noticia de interés público suele ser una verdad que alguien trata de ocultar, el periodista acaba siendo individuo molesto y castigable, como demuestran las periódicas campañas de acoso, la censura, las penas de prisión, los secuestros y los asesinatos.
pseudomedio.
m. Medio de información, no controlado por el poder omnímodo, que incomoda al gobernante y excita al censor.
regeneración democrática.
f. En lengua de serpiente, pomada de palo para amansar indóciles. Es receta dañosa del mismo género que el jarabe democrático prescrito por los matones. En general, hay que desconfiar de todo aquel que pretende regenerar a
los demás sin incluirse en el lote y de todo sintagma bífido que no explicite su significado y oculte sus intenciones. f. Correspondencia fiel entre los hechos descritos y los ocurridos que, por lo general, resulta increíble y desagradable, al contrario que la mentira o las ficciones, que decoran la existencia.