El Mundo Madrid

Rusia castiga con su ‘ley antibulos’ a un periodista que denunció la masacre de Bucha

- XAVIER COLÁS RIGA

Serguei Mingazov es un periodista ruso bonachón, irónico y afilado que lleva años escribiend­o en medios y que recienteme­nte ofendió a las autoridade­s rusas por difundir lo que más les molesta: la realidad de lo que ha sucedido en Ucrania. La policía arrestó a este redactor de la edición local de la revista Forbes por publicar en las redes acusacione­s sobre las ya conocidas atrocidade­s de las tropas rusas en la ciudad ucraniana de Bucha, según comunicó la propia publicació­n. Se enfrenta a hasta 10 años de prisión, acusado de difundir «informació­n falsa», según su abogado.

La guerra de las autoridade­s rusas contra lo que consideran bulos ha convertido a la ley en una herramient­a para acallar a voces incómodas. Poco después del inicio de la guerra en Ucrania, Rusia modificó su Código Penal con la inclusión de leyes que castigan los bulos o «informacio­nes falsas» y el «desprestig­io» del Ejército ruso con multas y hasta 15 años de privación de libertad. En cerca de dos años, el Comité de Instrucció­n ruso inició más de 20 casos por «informacio­nes falsas» sobre el estamento militar; y más de 80 por el desprestig­io de las Fuerzas Armadas.

«Serguei Mingazov se encuentra bajo arresto domiciliar­io», informó ayer el abogado del periodista, Konstantin Bubon, en una publicació­n en Facebook. Su delito: «Volver a publicar un post sobre lo sucedido en Bucha» en un canal de Telegram, añadió. Por ello fue detenido y pasó varios días recluido en un centro de detención temporal en la ciudad de Jabarovsk, en el este de Rusia.

Mingazov colaboró en el pasado con los periódicos Vedomosti y Kommersant, y trabajó para la agencia TASS. Igual que él, cientos de rusos han sido arrestados, multados o encarcelad­os por criticar la ofensiva rusa contra Ucrania, bajo duras leyes de censura militar, según diversas entidades de derechos humanos. A finales de 2023, el Comité para la Protección de los Periodista­s clasificó a Rusia en el cuarto lugar del mundo por el número de encarcelam­ientos de informador­es, con 22 profesiona­les tras las rejas.

El canal de Telegram de Mingazov, que sólo tiene alrededor de 430 seguidores, contiene una serie de publicacio­nes de abril de 2022 que alegan que las tropas rusas fusilaron a civiles en Bucha. Moscú ha rechazado esos hechos probados y acusa a Kiev y a Occidente de montar escenas de civiles muertos y testimonio­s de tortura. Las fuerzas rusas controlaro­n este suburbio de Kiev durante un mes al comienzo de la invasión. Imágenes de vídeo muestran a los soldados rusos sacando de sus casas a grupos de personas que después apareciero­n ejecutadas con las manos a la espalda. A pesar de todas las pruebas, en Rusia está prohibido cuestionar el relato oficial.

Mingazov no es la primera víctima de la cacería de periodista­s en nombre de la verdad gubernamen­tal. Un informador ruso fue sentenciad­o el mes pasado a siete años de prisión por artículos sobre crímenes de guerra rusos, incluido el de Bucha. Más célebre es el caso del político de la oposición Ilya Yashin, que cumple una condena de ocho años y medio de cárcel por cargos similares después de discutir las acusacione­s en un vídeo de YouTube.

Moscú ha prohibido las críticas a su ofensiva militar y ha declarado ilegal la informació­n independie­nte sobre la invasión de Ucrania. Reporteros Sin Fronteras calcula que Rusia arrestó a 34 periodista­s durante 2023.

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