El Mundo Madrid

La barbería de Vinicius, Militao y Ronaldo

La Tijera de Oro, en Carabanche­l, es el salón donde se acicalan los futbolista­s brasileños

- ELENA MALDONADO

MADRID «Ya no sólo les corto el pelo, sino que son mis amigos», cuenta Tiago da Costa Faria, el peluquero brasileño de 35 años que eligen los futbolista­s para acicalarse y dueño de la Tijera de Oro, negocio al que ha dedicado los últimos dos años de su vida en Carabanche­l pero que es fruto del esfuerzo y de dos barberías fallidas. «Empecé a cortar el pelo en Brasil con 14 años, muy jovencito. Por aquel entonces era carnicero y un buen amigo mío vio potencial en mí, así que le escuché, dejé todo y me fui de mi país para ser barbero. Siempre fue mi pasión», rememora Tiago.

En su lucha por hacerse un hueco en una ciudad, Madrid, en la que bailaba descompasa­do, el de Belo Horizonte supo que debía pasar por el aro antes de saltar al vacío. «Vine a España en 2017 sin papeles y encontré un trabajo en la construcci­ón, sabía que tenía que empezar de cero», explica. «Una vez conseguí la documentac­ión, abrí una pequeña barbería dentro del palacio de Vistalegre, pero no fue bien. Después me embarqué en otra en la calle de Utebo, que también cerré por problemas financiero­s. Tuve que empezar de nuevo para avanzar y con la ayuda de mis amigos de la constructo­ra, concebimos en 2022 la Tijera de Oro, mi sueño», comparte Tiago, que aún no se cree que el anhelo de un adolescent­e se haya vuelto tangible y ahora decore la esquina de la calle Ramón Sainz, en el barrio de Vista Alegre.

A veces, lo único que se necesita para hacer algo grande, es estar en el lugar indicado en el momento preciso. Y él lo estaba. «Aparte de barbero soy músico y cuando alguien llega nuevo a un país necesita hacer dinero.

Así que compaginab­a la construcci­ón con dar conciertos de música brasileña», dice el emprendedo­r sobre cómo se le presentó la oportunida­d que le ha llevado a que la madre de Militao, central del Real Madrid, le llame ‘hijo’: «En uno de estos conciertos, Dios me puso frente a Renato Costa, que trabaja para Ronaldo Nazario y es amigo de muchos jugadores. Yo le dije que era peluquero y que si estaba interesado. Él aceptó, empezamos a ser amigos y un día me dijo que me iba a poner a cortarle el pelo a Diego Costa. Creí que estaba de broma, hasta que un día me llamó cuando iba a trabajar a la construcci­ón y me di la vuelta. Allí estaba Diego Costa, y temblando, le corté el pelo». A partir de entonces, el nombre de Tiago se hizo famoso entre los futbolista­s y ya son muchos los que han llegado a las puertas de su barbería, entre ellos Julio Baptista, Ronaldo, Militao, Vinicius, Lino, Gabriel Paulista, Yan Couto, Reinildo... «Ya son tantos que me olvido», menciona.

Por otro lado, habita en la sociedad la imagen de que los jugadores de fútbol no tienen que ver con la gente común. «Yo sólo les había visto en videojuego­s, pero son gente normal», aclara Tiago. «La gente es libre de pensar lo que quiera, pero cuando les conoces a ellos y a sus familias, son seres humanos como tú o como yo. Cuando yo era el aficionado que les veía desde fuera, siempre pensaba que nunca me podría acercar a todos los que hoy son mis amigos», ilustra el brasileño.

Ahora bien, entre el bullicio de este vecindario del sur de Madrid, despunta la Tijera de Oro, un nuevo concepto de barbería que funde Carabanche­l con la ostentació­n. Paredes negras, neones, sillas que son tronos dorados, una mesa de billar en el centro del local, una nevera con refrescos y cervezas y las camisetas

Al frente está Tiago da Costa: «Yo soy el mejor en esto», afirma

Antes, trabajó en la música y fue obrero de la construcci­ón

Algún jugador le ha llevado al extranjero a cortarle el pelo

de los jugadores firmadas y enmarcadas ornamentan el lugar.

Paralelame­nte, para los futbolista­s, su imagen es muy importante y algunos responden a superstici­ones. Necesitan que su pelo esté de aquella manera porque en caso contrario, no les irá bien en el terreno de juego: «La verdad que ser su barbero es un reto, pero yo soy el mejor en esto. No es por ser egocéntric­o, pero confío mucho en mí mismo y en los que trabajan conmigo», apunta el brasileño. «Gabriel Paulista, por ejemplo, es muy superstici­oso, nunca se corta el pelo el mismo día del partido, siempre un día antes. Hemos peleado ya varias veces por esto, porque hay veces que me come el tiempo y sólo puedo atenderle la mañana del encuentro, pero él se niega». Lo mismo pasa con Militao, que no puede saltar al campo sin haberse acicalado previament­e. «No puede jugar sin cortarse el pelo, si está en Estados Unidos, me pide que vaya para allí expresamen­te a cortárselo», insiste Tiago.

En cualquier caso, en la Tijera de Oro, tienen claro su modus operandi a la hora de tratar con sus clientes. «Los jugadores entran aquí y esperan, como cualquiera», concluye.

 ?? ANTONIO HEREDIA ?? Tiago da Costa Faria (derecha) junto a un compañero trabajando en su local del distrito de Carabanche­l, en Madrid.
ANTONIO HEREDIA Tiago da Costa Faria (derecha) junto a un compañero trabajando en su local del distrito de Carabanche­l, en Madrid.
 ?? A. HEREDIA ?? Fachada de la Tijera de Oro, en Vista Alegre.
A. HEREDIA Fachada de la Tijera de Oro, en Vista Alegre.
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E. M. Tiago Faria y Militao.

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