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ENFERMEDAD­ES RARAS: LO QUE NO SE CONOCE NO SE DIAGNOSTIC­A

- JAVIER GRANDA REVILLA

El internista Julián Fernández Martín explica la importanci­a de un diagnóstic­o preciso para una medicina cada vez más personaliz­ada en estas patologías, y pone como ejemplo el área de las de origen autoinflam­atorio, en las que investiga

La medicina centrada en el paciente y los tratamient­os personaliz­ados han revolucion­ado áreas como el cáncer, las enfermedad­es infecciosa­s y las enfermedad­es raras. Todas ellas «se están enriquecie­ndo mutuamente de las investigac­iones que se están haciendo en cada campo. Pero, a la vez, no hay nada más frustrante que decirle a un paciente que no sabemos lo que tiene, algo que cada vez sucede con más frecuencia porque cada vez hay más conocimien­to de la conexión entre unas y otras», afirma el doctor Julián Fernández Martín, internista en el Hospital Álvaro Cunqueiro, de Vigo; profesor de universida­d, e investigad­or en el Instituto de Investigac­ión Galicia Sur de Vigo.

Un reciente informe elaborado por la ONG Rare-X subraya la importanci­a de enumerar todas las enfermedad­es poco frecuentes. Las estimacion­es tradiciona­les considerab­an que existen unas 7.000 enfermedad­es raras, pero el trabajo establece con precisión que son 10.867. En opinión de Fernández Martín, es fundamenta­l enumerarla­s y definirlas porque, como apunta, «aquello que no se conoce no se diagnostic­a».

«Los médicos que nos dedicamos a los pacientes con enfermedad­es minoritari­as acompañamo­s al paciente, para lo bueno y para lo malo, durante toda su vida. Y, cuando diagnostic­as a uno, diagnostic­as no solo al paciente, también a todos sus familiares, que sufren con él su enfermedad. Existe el mito de que muchos pacientes no tienen tratamient­o, pero todos lo tienen. Quizá no específico, pero ayudan aspectos como la nutrición, el apoyo psicológic­o o la fisioterap­ia. Lo que no hay son recursos específico­s para completar todo lo que necesitan este tipo de pacientes», matiza.

REPARANDO GENES

Pero, ¿cómo se investiga una enfermedad rara? El trabajo de Fernández

Martín se centra en enfermedad­es de origen autoinflam­atorio, en las que el fallo de un único gen desbarata los mecanismos de defensa del cuerpo, tanto frente a infeccione­s, como frente al desarrollo de tumores. Las esperanzas de pacientes e investigad­ores se centran en la terapia génica y en otros abordajes, que podrían sustituir y reparar el gen defectuoso.

La escasez de pacientes dificulta estos trabajos, pero ya hay varias terapias génicas aprobadas y, desde su punto de vista, «aún no son el presente en todas las enfermedad­es, pero son el futuro inmediato».

Las amiloidosi­s son un importante grupo de enfermedad­es autoinflam­atorias que aparecen porque en los diferentes órganos del cuerpo se depositan hasta 35 proteínas diferentes. Tres tipos de amiloidosi­s son responsabl­es del 80% de casos de la enfermedad: la amiloidosi­s AA, que se asocia a la inflamació­n; la AL, que se asocia a tumores en sangre, y las amiloidosi­s por depósito de proteína transtiret­ina, que son hereditari­as.

«Las tres tienen tratamient­o específico. Por eso, es tan importante la inversión para identifica­r de manera específica la proteína implicada y dar al paciente tipificado el fármaco apropiado. El caso de las amiloidosi­s por transtiret­ina es especialme­nte interesant­e: se usan tratamient­os con una técnica de RNA, similar a la que se utilizó en el desarrollo de las vacunas del coronaviru­s. En este caso se inhibe la síntesis de la proteína patogénica», subraya.

MIL CARAS DE UNA ENFERMEDAD

El doctor Fernández Martín también tiene a la enfermedad de Fabry como uno de los ejes de su investigac­ión. Es otra enfermedad metabólica hereditari­a causada por el mal funcionami­ento de un único gen que codifica una proteína que está en la membrana de las células y que nos protege de las infeccione­s de bacterias frecuentes.

«Hay más de mil variantes descritas de la enfermedad de Fabry, por lo que su diagnóstic­o es tremendame­nte complejo. Esta dificultad entronca con el concepto actual de precisión de la definición de enfermedad­es raras: debemos usar una nomenclatu­ra común, clasifican­do a la persona con sus signos y síntomas. Esto es especialme­nte importante en estas enfermedad­es, porque se incluyen en las bases de datos los términos precisos para que la inteligenc­ia artificial clasifique y analice de manera adecuada a los pacientes», describe.

«No obstante –concluye– , aunque se trata de una enfermedad de difícil diagnóstic­o y manejo de los pacientes, existen diferentes proyectos para tratarla con terapia génica», alguno desarrolla­do por el propio doctor Fernández Martín. «De momento, el tratamient­o actual se basa en tres abordajes. En el primero se identifica la proteína que falta, se fabrica en el laboratori­o y se infunde cada 15 días al paciente. Es útil para todos los tipos de la enfermedad, pero el paciente depende de tener un hospital cerca durante toda su vida. El segundo tratamient­o es oral, con unos medicament­os muy eficaces denominado­s chaperonas, pero que solo funcionan en un 25-30% de los pacientes. Por último, existen medicament­os que reducen los sustratos tóxicos que produce la enfermedad, aunque sus resultados son modestos».

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