Alemania hará un fuerte ajuste fiscal para reducir el déficit un 50%
El gobierno federal quiere pasar de los 45.600 millones a los 16.600 en 2024
El gabinete de Olaf Scholz acaba de aprobar los presupuestos de Alemania para 2024 con un importante ajuste fiscal que pretende volver a la senda del schuldenbremse (Freno de deuda), la norma constitucional de 2009 que limita el déficit presupuestario al 0,35% del PIB. Según reza el documento presupuestario federal, el déficit de Alemania va a pasar de los 45.000 millones en 2023 a los 16.600 millones, es decir, un recorte de la deuda de más del 50%.
Este mecanismo del control del endeumamiento solamente puede supenderse para hacer frente a desastres naturales u otras emergencias que estén fuera del control del Estado. Por eso durante la pandemia del coronavirus, en 2020, se pudieron permitir endeudarse tanto para financiar varios paquetes de apoyo y estímulo para hacer frente a la catástrofe sanitaria.
El objetivo es volver al plan de antes de la pandemia y reducir el gasto en todos los departamentos federales, salvo en defensa. El ministro de Hacienda, Christian Linder, fue el encargado de anunciar esta consolidación fiscal después de que el schuldenbremse quedase suspendido para lidiar con la pandemia y la crisis energética provocada por la invasión de Ucrania.
Así, Linder argumentó que la “prudencia presupuestaria” es la que ayudará a frenar la inflación y va a asistir al Banco Central Europeo en sus esfuerzos por reconducir el IPC al objetivo del 2% a medio plazo.
Por tanto, este plan presupuestario de titulado “Regreso a la normalidad fiscal”, incluye este potente ajuste de la deuda hasta los 16.600 millones de euros en 2024 y seguirá bajando hasta los 16.000 millones en 2025 hasta tocar fondo en los 15.000 millones en 2027. “Estamos poniendo fin al pensamiento de crisis y por eso abandonamos las finanzas públicas expansivas”, aseguró el ministro Linder en una rueda de prensa desde Berlín. “Esto apunta a que queremos seguir siendo el estándar de oro del financiamiento gubernamental”, reiteró.
Por su parte, el canciller Olaf Scholz, aseguró que “la seguridad, la prosperidad económica y la idoneidad industrial para el futuro, así como la neutralidad climática y la cohesión social son las características más importantes de un presupuesto que, por supuesto, se ve desafiado por el hecho de que mucho en los últimos años se han acostumbrado a las grandes dimensiones”. Tanto Scholz como Linder lanzaron la advertencia hacia sus socios europeos de que es tiempo de retomar esta senda presupuestaria.
Para poder llevar a cabo este ambicioso plan de reajuste fiscal, el gabinete de Scholz planea recortar los beneficios sociales y controlar el endeudamiento, pero sin escatimar en el gasto en Defensa para 2024. Esto se debe a que Alemania, como miembro de la OTAN, tiene el compromiso de gastar al menos el 2% del PIB en sus fuerzas armadas el año que viene. Por tanto, El gobierno federal propone un gasto de 445.700 millones de euros para el próximo año, es decir, un 6% menos que en los presupuestos de 2023.
Para poder llevar a cabo este ambicioso plan de reajuste fiscal, el gabinete de Scholz planea recortar los beneficios sociales y controlar la deuda, pero sin escatimar en el gasto en Defensa para 2024. Esto se debe a que Alemania, como miembro de la OTAN, tiene el compromiso de gastar al menos el 2% del PIB en sus fuerzas armadas el año que viene. Por tanto, El gobierno federal propone un gasto de 445.700 millones de euros para el próximo año, es decir, un 6% menos que en los presupuestos de 2023.
El presidente del Instituto Alemán de Investigación Económica, Marcel Fratzcher, aseguró que estos presupuestos son “imprudentes, antisociales y poco estratégicos”. Criticó que descuidan inversiones en sectores estratégicos que “mejorarían la competitividad de Alemania” tales como la digitalización, la educación o las renovables.
Por su parte, la directora general de la Federación Alemana de Industrias, Tanja Gönner, dijo en declaraciones recogidas por el New York Times, que el marco fiscal de Alemania “no es competitivo” y que el país “se está quedando atrás” en lo que respecta a decisiones de inversión y ubicación y por eso dio la bienvenida a los presupuestos “más frugales” de Linder.
Aumenta el gasto en Defensa
Entre los recortes que va aplicar Sholz destaca la reducción de la partida para ayudar a reducir la pobreza infantil y un gran tijeretazo al ingreso para la baja por paternidad. Así, los padres con ingresos superiores disponibles a 150.000 euros ya no tendrán un permiso de paternidad retribuido, una medida “que corre el riesgo de ser contraproducente para las mujeres trabajadoras”, argumentaron los críticos. El ministerio de Familia germano pretende ahorrarse así 290 millones de euros.
La vicepresidenta del partido conservador CSU, Dorothee Bär, aseguró que este recorte en los permisos por paternidad “afecta principalmente a la mujeres jóvenes con formación y trabajadoras, que ahora tienen depender de sus maridos si no quieren ser catapultadas de nuevo a tener dificultades laborales por quedarse embarazadas”.
Los presupuestos se enviarán ahora al Bundestag para las posibles enmiendas, un proceso que generalmente dura hasta la aprobación final en la cámara alta del parlamento, donde están representados los 16 estados federales. Se espera que estén aprobados a mediados de diciembre.
El Ministerio de Familia ahorrará 290 millones con el recorte del permiso de paternidad