El Economista

Francia se ve obligada a adquirir más productos agrícolas brasileños

Pese a ello, París aún veta el tratado de libre comercio de la UE con Mercosur

- Carlos Asensio/Lidia Montes

El Tratado de Libre Comercio entre la UE y Mercosur sigue estancado a pesar de que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, aseguró esta semana desde Brasil que espera que se ratifique “antes de que acabe el año”.

Pero en ese tiempo en el que la presidenta de la Comisión estuvo de gira por América Latina la semana pasada, la Asamblea Nacional de Francia votó en contra de ratificar el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Mercosur con 281 votos a favor y 51 en contra.

Este acuerdo fue firmado en hace ya cuatro años ( junio de 2019) pero sigue pendiente de ratificaci­ón debido a que países como Francia, Austria, Países Bajos o Irlanda les preocupa que corra peligro su sector agrario. En el caso de Francia, están temerosos de que la exportació­n de carne sudamerica­na ponga en peligro a los ganaderos galos.

Pero el comercio entre Francia y Brasil confirmó su dinamismo en 2022. Las exportacio­nes francesas aumentaron un 24,2%, hasta alcanzar los 4.100 millones, según los datos del Ministerio de Economía francés (Bercy). Estos datos hacen que el país amazónico pasase de ser el socio número 30 en el listado francés a ocupar el puesto 28.

Además, en Bercy reconocen que el impacto de la guerra en Ucrania en los mercados agrícolas y energético­s “contribuyó en gran medida al incremento de las importacio­nes francesas desde Brasil”. En concreto, los datos señalan que esas mercancías estuvieron compuestas de productos agroalimen­tarios, hidrocarbu­ros y minerales de hierro. En concreto, el comercio de estas materias creció un 47,6% en 2022, hasta los 4.300 millones de euros, haciendo que Brasil ascienda del puesto 36 en 2021 al 34 en esta materia.

A priori podría parecer que Francia es el país más proteccion­ista de cara a ratificar este acuerdo, pero en realidad si la tendencia continúa así, le convendría ratificar el acuerdo de libre comercio entre ambos bloques.

Pero los galos no son los únicos que no quieren que el campo se les eche encima. Fuentes diplomátic­as han confirmado a elEconomis­ta.es que Austria es uno de los países más proteccion­istas con sus agricultor­es. Viena razona que mientras los Estados miembro han aumentado los estándares climáticos, medioambie­ntales y de bienestar animal en el sector agrario, la forma del actual acuerdo no requiere que los países del Mercosur apliquen dichos estándares, lo que podría generar cierta desventaja competitiv­a en el sector de su país. Algo que también manifestar­on las asociacion­es agrícolas austríacas.

Un discurso parecido mantiene Francia. El ministro delegado encargado de Comercio Exterior francés, Olivier Becht, aseguró tras la votación en la Asamblea Nacional que la posición de su país es clara: “Este acuerdo no cumple con los requisitos franceses en términos de desarrollo sostenible”. El dirigente galo dijo que la UE “debe seguir negociando”.

Las versiones de Francia basculan entre los objetivos de desarrollo sostenible y la pérdida de ventaja de sus ganaderos. Pero lo cierto es que hay unos que pesan sobre los otros. Ya en 2019, cuando se firmó el acuerdo, los ganaderos galos se levantaron contra del documento. El sindicato de Jóvenes Agricultor­es y la Federación de Sindicatos Agrarios de Francia aseguraron que el acuerdo crea “enormes distorsion­es entre los agricultor­es franceses y los otros”, dijeron refiriéndo­se a la producción agraria de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay (países que integran el Mercosur).

A la Comisión Europea le queda todavía mucho trabajo por delante para ratificar este acuerdo de libre comercio, pero Von der Leyen no paró de transmitir sosiego y mandón un mensaje de convencimi­ento en todas sus visitas. En Argentina, la dirigente aseguró que lo que quieren es “un acuerdo que equilibre las economías de cada una de las regiones y tenga en cuenta las asimetrías”. Estas declaracio­nes se produjeron el mismo día que se supo que la Asamblea Nacional gala había votado su negativa a ratificar el acuerdo.

A la UE le conviene sacar adelante este acuerdo, en un momento en el que China y Rusia están forjando nuevas alianzas geopolític­as, sobre todo en América Latina, ya que poseen el 60% de las reservas de litio mundial, un mineral esencial para la transición energética, sobre todo en materia de movilidad sostenible, ya que con dicho material se elaboran las baterías de los vehículos eléctricos.

El alto representa­nte de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, reiteró que la relación comercial entre América Latina y Europa es hoy “un imperativo estratégic­o”.

 ?? ?? El presidente de Francia, Emmanuel Macron.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain