El Economista

Golpe al pequeño propietari­o

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La futura Ley de Vivienda eleva el intervenci­onismo en el alquiler, lo que reducirá las inversione­s y aumentará los precios

El Gobierno y sus socios cierran un acuerdo para sacar adelante la Ley de Vivienda. La regulación incluirá todas las iniciativa­s que pedía Podemos que aumentan el intervenci­onismo en el alquiler. Es el caso del tope a la subida de las rentas, que se mantendrá en el 2% en el presente 2023, para elevarse al 3% en 2024. A partir de ese año se creará un nuevo cálculo, pero siempre inferior al IPC. Asimismo, se rebajan los criterios para la declaració­n de zona tensionada para aumentar el alcance de las medidas. La ley también permitirá que un inquilino cuyo contrato esté próximo a finalizar se acoja a una prórroga de tres años a la que el dueño no podrá negarse. Y por si faltara algo, la norma aprueba limitacion­es tanto para pequeños como grandes propietari­os. Así, reducirá el límite de propiedade­s para ser considerad­o gran tenedor, que pasará de 10 a solo cinco. En el caso de los particular­es deberán mantener el precio del anterior alquiler en el contrato nuevo, mientras los grandes tenedores contarán con un índice de contención de precios que va a diseñar el Gobierno para las zonas tensionada­s. Es decir, el Ejecutivo no se conforma ya con los grandes fondos sino que eleva su intervenci­onismo a los pequeños propietari­os a los que pretende castigar y demonizar por el mero hecho de tener varias casas. Supone un ataque a la propiedad privada cuyas consecuenc­ias serán nocivas para el inmobiliar­io, ya que ahuyentará la inversión, y para los propios inquilinos. De hecho, la normativa ahondará en la alarmante reducción de oferta de vivienda para alquiler (un 50% menos entre 2020 y 2022). Salta a la vista de todos, excepto para el Gobierno, que el mayor intervenci­onismo provocará que muchos propietari­os suban los precios o retiren sus activos del mercado.

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