El gran negocio de Jordan y Nike que cambió la NBA
Protagonizada por Ben Affleck y Matt Damon, la película ‘Air’ cuenta cómo se fraguó el contrato de patrocinio más exitoso del deporte que permitió lanzar las zapatillas Air Jordan.
Michael Jordan era un novato que ni siquiera había debutado en la NBA cuando un testarudo ejecutivo de Nike se empeñó en que él y solo él debía ser la imagen de un nuevo modelo de zapatillas con el que la marca quería relanzar su modesta sección de baloncesto, en 1984. Sonny Vaccaro (Matt Damon) lo apostó todo por aquel muchacho de la Universidad de Carolina del Norte y se empeñó en cerrar un acuerdo comercial que catapultó a la compañía, dio un vuelco al mundo del deporte y puso en órbita al que acabaría siendo el jugador más grande de todos los tiempos: así nació el modelo Air Jordan.
Firmar ese contrato no fue fácil. Primero, porque Vaccaro, todo un visionario, tuvo que convencer a los jefazos de Nike -Ben Affleck dirige la película y encarna a Phil Knightde, fundador de la marca- de que la estrategia pasaba por unir su destino al de esa promesa de las canchas y crear un diseño de zapatillas exclusivo en torno a su imagen. En segundo lugar, porque debía conseguir que Jordan aceptase el trato y no se decantase por la competencia (Converse o Adidas). Y quien mandaba en estos asuntos era su madre, que lideró las negociaciones desde que Vaccaro se presentó con la propuesta de un acuerdo que acabaría cerrándose por 250.000 dólares y un porcentaje de ventas. Fue el inicio de un negocio redondo que hoy supone unos ingresos de 4.700 millones de dólares para Nike y 150 para el jugador, que con este contrato dio su mejor salto.
La petición de Jordan
Jordan no aparece en Air, pero autorizó la película bajo una petición: quería que Viola Davis interpretase a su madre, el pilar que siempre confió en él, dentro y fuera de los estadios. “Las zapatillas son solo zapatillas”, dice Vaccaro. “Hasta que mi hijo se las pone”, sentencia.