El Economista

La defensora del Pueblo exige explicacio­nes al BCE por filtrar informació­n privilegia­da

La entidad difundió que aceleraría sus estímulos a una audiencia limitada antes de hacerlo público

- J. G. J. MADRID.

Cuando no se cumple el protocolo establecid­o, cualquier error de cálculo puede costar caro. Los líderes del Banco Central Europeo (BCE) tienen motivos para pensar así después de que la defensora del Pueblo Europeo, Emily O’Reilly, mandase ayer a la entidad una carta en la que exigía explicacio­nes por filtrar in- formación privilegia­da a una “audiencia reducida”. Tan sensible era que provocó que el euro cayese un 1,5 por ciento y se acabase la crisis de deuda de la eurozona.

Todo empezó el 18 de mayo con una cena privada de uno de los miembros del Comité Ejecutivo del BCE, Benoit Coeuré, con banqueros y gestores de hedge funds, en la que anunció que la institució­n podría acelerar sus estímulos para cumplir con sus objetivos. La entidad compra cada mes 60.000 millones de euros de bonos en la eurozona, pero este volumen puede ser demasiado elevado para los meses de verano en los que se reduce la profundida­d del mercado, por este motivo, la entidad decidió dejarse la puerta abierta a acelerar las compras.

Que no se asuste nadie si ven más actividad en mercado del BCE, es lo que vino a decir Coeuré, justo en unas semanas en las que el euro re- botaba de forma incómoda y las ventas de deuda europea se multiplica­ban. El problema fue que, desde que el consejero pronuncias­e su discurso hasta que la institució­n lo hizo público, pasaron 12 horas. Un tiempo en el que la audiencia de la cena tuvo tiempo para operar en mercado con informació­n privilegia­da. Como no podía ser de otra manera, cuando el mercado conoció la noticia, el euro empezó a caer con fuerza y los bonos a subir.

“Agradecerí­a que el BCE me proporcion­ara un relato más detallado del incidente en cuestión y en particular de las medidas que ha adoptado para evitar que se repita un incidente similar, con el fin de que pueda determinar si hay alguna necesidad de acción por mi parte”, señaló O’Reilly en su carta dirigida al presidente de la entidad, Mario Draghi.

El BCE ya había explicado que fue un “error interno de procedimie­nto” y que ha tomado las decisiones pertinente­s para que no se repita. Sin embargo, queda en el aire conocer cuándo y cómo se adoptó esta decisión de acelerar las compras. ¿Se tomó en una reunión de política monetaria? Si fue así, ¿por qué no se comunicó en su momento?

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