El Economista - Agua y Medioambiente
Depuración de aguas: estructura y tendencias
La evolución reciente del caudal de agua depurada en España muestra una tendencia al estancamiento. En 2017, alcanzó los 4.975 hectómetros cúbicos, cifra un 0,7% superior a la del año anterior, pero inferior a la registrada en 2013
La red de infraestructuras de depuración de aguas en España se ha visto afectada en los últimos ejercicios por la aplicación de una política de inversión pública restrictiva, especialmente hasta 2016, que ha frenado las actuaciones en construcción y mejora de las instalaciones. No obstante, en 2017 ya se observó un repunte de las inversiones, tanto de las destinadas a la construcción de nuevas plantas de depuración como al mantenimiento y mejora de las existentes.
A finales de 2017 se encontraban en explotación un total de 3.065 estaciones de depuración de aguas residuales (EDAR), unas 40 más que en diciembre de 2016. Andalucía es la comunidad autónoma que cuenta con un mayor número de depuradoras, con 673 instalaciones operativas en 2017, lo que supone algo más del 20 por ciento del total. A continuación, se sitúa Asturias, donde se ubica un elevado número de pequeñas explotaciones, con un total de 568 en ese año, seguida de Cataluña, con 516, y Comunidad Valenciana, con 483.
El liderazgo en el sector de los principales operadores privados se ha fortalecido en los últimos años. Así, por ejemplo, en Aragón, Baleares, Comunidad Valenciana, La Rioja y Murcia las empresas participadas por capital privado son responsables de la gestión de la totalidad o la práctica totalidad de las plantas depuradoras en funcionamiento, mientras que en Cataluña y Madrid explotan en torno al 90 y al 85 por ciento de las instalaciones, respectivamente.
El grado de diversificación de los operadores hacia negocios ajenos a la explotación de plantas depuradoras es elevado, si bien en la mayoría de los casos corresponde a la prestación de servicios relacionados con el agua, como la gestión de otras áreas del ciclo integral y la construcción de instalaciones hidráulicas, siendo menos relevante la prestación de servicios urbanos en los municipios bajo su área de influencia y la gestión de instalaciones deportivas. En el sector tienen una posición destacada las divisiones medioambientales de algunos grandes grupos constructores, dentro de las cuales existen áreas para la gestión del ciclo integral del agua.
Junto a las empresas privadas, operan compañías de titularidad mixta, así como sociedades de titularidad totalmente pública y ayuntamientos que prestan directamente el servicio de depuración. Cabe señalar que, tras el vencimiento de algunas concesiones otorgadas a empresas mixtas o privadas, algunas localidades están optando por recuperar la gestión municipal del ciclo integral del agua.
Las barreras de entrada al sector son muy altas, como consecuencia de la sólida posición de los operadores líderes, la larga duración de las concesiones, la reducción del ritmo de adjudicación de nuevos contratos y la fuerte regulación de la actividad por parte de las Administraciones públicas locales.
La evolución reciente del caudal de agua depurado en España muestra una tendencia al estancamiento. En 2017 alcanzó los 4.975 hectómetros cúbicos, cifra un 0,7 por ciento superior a la del año anterior, pero inferior a la registrada en el ejercicio 2013. Las comunidades de Andalucía, Cataluña y Madrid concentraron alrededor del 40 por ciento del volumen total depurado.
La facturación agregada de las empresas dedicadas a la explotación de plantas depuradoras experimentó incrementos del 0,8 por ciento en 2016 y el 2,5 por ciento en 2017, hasta alcanzar en el último ejercicio los 1.230 millones de euros. El aumento de los cánones de saneamiento en varias comunidades autónomas ha tenido un impacto al alza en los ingresos de los operadores, si bien la creciente presión sobre las tarifas de los contratos de concesión ha tenido el efecto contrario.
El grupo de los cinco primeros operadores obtuvo en 2017 una cifra de negocios agregada por la actividad de depuración de aguas ligeramente superior a los 590 millones de euros, reuniendo una cuota de mercado conjunta del 48 por ciento, porcentaje que se elevó al 61,5 por ciento al considerar a los diez primeros.
La actividad sectorial continuará marcada a corto y medio plazo por las crecientes exigencias en materia medioambiental, tanto a escala nacional como europea, encaminadas al logro de una economía circular. En la medida en que todavía existen municipios sin condiciones de saneamiento adecuadas por no cumplir los objetivos establecidos por la Directiva 91/271/CEE en cuanto a grado de conformidad de la carga contaminante, aumentan las necesidades de inversión en ampliación del parque de EDAR, así como en renovación y adecuación tecnológica de algunas instalaciones en servicio.
La implementación de innovaciones tecnológicas es esencial para potenciar el rendimiento productivo y energético de las plantas, así como para reducir su impacto medioambiental. La escasez de recursos hídricos incentiva el uso de las aguas residuales regeneradas para la reutilización urbana y agrícola, lo que implica que cada vez un mayor número de depuradoras cuenten con procesos de tratamiento adicionales que permitan emplear agua regenerada.
En este contexto, se prevé que el volumen de negocio sectorial mantenga en el bienio 2018-2019 un ritmo de crecimiento medio anual de en torno al 2,5 por ciento, lo que situaría la cifra de facturación global en unos 1.290 millones de eirps en 2019.
Por otro lado, la internacionalización constituye un objetivo clave en las estrategias de los operadores privados líderes, tendencia que se ve potenciada por la privatización de la gestión del agua y las elevadas inversiones en infraestructuras hídricas realizadas en algunos países, especialmente en materia de saneamiento y depuración. Centroamérica, Sudamérica e Italia concentran buena parte de la actividad internacional de las empresas españolas de depuración de aguas, aunque también surgen oportunidades de negocio en otras áreas, como Australia y Estados Unidos, donde algunos operadores españoles están desarrollando diversos proyectos.
Juan Ortín Director del Observatorio Sectorial DBK de Informa La implementación de innovaciones tecnológicas es esencial para potenciar el rendimiento productivo y energético de las plantas, así como para reducir su impacto medioambiental