“La mente, a la vez que sufre, aprende”
Fátima Sigüenza
– Más fuerte que la adversidad no es un manual de primeros auxilios, sino un intento de crear un espacio de reflexión sobre la adversidad.
–Hacer un manual de primeros auxilios no tiene sentido. Creo que la gente piensa ahora cosas que no pensaba antes. Antes íbamos con un piloto automático, no éramos muy conscientes de las cosas; ahora somos más conscientes, hemos tenido que mirar nuestro hábitat, cómo somos y ponernos a prueba. Es un espacio de reflexión. Si entiendes qué es el estrés, el duelo, la tristeza, vas a poder enfrentarlos mejor.
–Llama a la pandemia experiencia “traumática sostenida”. ¿Cómo ha afectado a nuestra mente?
–Cuando se termine esta pandemia, los dos grandes problemas van a ser el económico y la salud mental. Vivimos en una continua incertidumbre pero, además, hay un agotamiento emocional, una desesperanza, que es la prima hermana de la depresión. Pero también hay gente que te dice: “Yo no sabía que era tan fuerte”. Se ponen a prueba y descubren qué era importante y qué no lo era, cuánto tiempo gastábamos en pendejadas y gilipolleces. Estábamos pegados a cosas que nos generaban estrés sin sentido. Ahora vemos que eso es prescindible. La mente, a la vez que sufre, aprende.
–Recurre con frecuencia a la expresión “sacar callo”. ¿Cómo se trabaja la personalidad resistente?
–La personalidad resistente tiene tres características: el compromiso; el sentir que tú diriges tu propia conducta (punto de control interno), que tienes autogobierno y autodirección; y ver cada situación difícil como un reto, como una oportunidad para desarrollar más recursos y habilidades. Si haces esas tres cosas, es probable que cuando llegues a una situación de estrés, tu respuesta sea mejor. –¿Cómo podemos gestionar la incertidumbre?
–Lo primero es entender que la vida es una curva de probabilidades, que no hay certezas, no se puede predecir tanto como nos han querido enseñar. Nos han metido en la cabeza la ilusión y la necesidad de control, pero no es así. Hay que aprender a separar lo que realmente depende de ti de lo que no. Lo que no depende de ti es incontrolable. Yo no puedo controlar que se acabe el virus o que la vacuna funcione. ¿Qué depende de mí? Que sobreviva lo mejor posible este tiempo, cuidarme, crear un ambiente motivacional... Si me angustio por algo que está fuera de mi control es que no lo estoy entendiendo. Cuando estás en una situación de incertidumbre, hazte cargo de lo que depende de ti y, de lo que no depende de ti, acepta lo peor que pueda pasar. –Asegura que la ira nos imprime valor y fortaleza, pero ¿cómo impedir que se escape de nuestro control?