El Confidencial

Vuelve PC Fútbol, el 'megahit' asesino de compañías, entre acusacione­s de estafa

- Alfredo Pascual

En las Navidades de 1997 lle‐ gó a los kioskos PC Fútbol 7. Lo hizo con dos meses de re‐ traso y la liga a punto de con‐ sumir la primera vuelta. Ade‐ más, tenía tantos errores de programaci­ón que una parte de sus fanáticos tuvieron que esperar dos meses más a la actualizac­ión, ya que el juego ni siquiera arrancaba en sus ordenadore­s. Esto no impidió que se convirtier­a en la entre‐ ga más exitosa de la saga, con más de 600.000 copias vendi‐ das, en una época en la que la piratería suponía el 80% del software que había en las ca‐ sas.

Pocos se imaginaban que aquella entrega sería añorada durante los proximos treinta años. Desde fuera parecía el negocio del siglo, pero interna‐ mente las cosas en Dinamic Multimedia, la desarrolla­dora original de PC Fútbol, se esta‐ ban despendola­ndo. Cada año se presionaba al equipo para que refinase el simulador e in‐ trodujese nuevas opciones, lo que implicaba que el tiempo de crunch, alimentado por Red Bull y anfetamina­s, se exten‐ diese más en el tiempo. Con‐ secuencia: el fenómeno cultu‐ ral hegemónico entre los hom‐ bres de todo el país dependía de que treinta chavales infra‐ pagados durmiesen en la ofici‐ na.

Se dio un choque filosófico en la empresa entre los hermanos Ruiz, que optaban por mante‐ ner un equipo pequeño aunque fuese siempre con la lengua fuera, y su socio José Ignacio Gómez-Centurión, que no com‐ prendía por qué no se escala‐ ba un proyecto que ya estaba vendiendo mucho incluso fue‐ ra de España, en mercados co‐ mo Italia o Argentina. El episo‐ dio terminó con el despido de los Ruiz y la salida de todas las figuras clave de PC Fútbol.

"PC Fútbol hizo muchísimo di‐ nero; Dinamic quebró por la codicia de su dueño"

Alfredo Pascual El título fue el mayor éxito del videojuego na‐ cional, pero la ambición del dueño de Dinamic, GómezCentu­rión terminó por destruir el proyecto en su mejor mo‐ mento

PC Fútbol había muerto, pero todavía no nos habíamos ente‐ rado. El bonito cadáver inspiró a varias compañías, e incluso a desarrolla­dores particular­es, a lanzarse a la aventura de re‐ flotar la franquicia, con un mis‐ mo resultado: la bancarrota. A lo largo de los años, firmas im‐ portantes como Gaelco, Plane‐ ta o FX Interactiv­e han intenta‐ do seguir donde lo dejó la sép‐ tima entrega solo para descu‐ brir que, aunque los jugadores siguen pidiéndolo en las redes sociales, la nostalgia ha crea‐ do un monstruo de expectati‐ vas imposibles. Desde 1998 se han lanzado, entre sucesores canónicos y espiritual­es, hasta doce títulos inspirados en PC Fútbol sin éxito.

La maldición del faraón Pero con PC Fútbol nunca es tarde para intentarlo otra vez. "La marca está desapareci­en‐ do. Era ahora o nunca", dice el desarrolla­dor Héctor Prats, el último de los que se han atre‐ vido con el manáger de fútbol. Su entrega, que ha bautizado como PC Fútbol 8 para marcar distancia con los intentos del siglo XXI, está anunciada para finales de abril. Según explica, el jugador podrá comenzar en cualquier temporada desde 1993, el año en el que salió el primer juego de la franquicia. "Eso significa que nuestro jue‐ go no tiene solo la compleji‐ dad de un manager, sino de treinta a la vez", dice Prats a este periódico. "He hecho lo que a mí me habría gustado encontrarm­e, de pequeño, en PC Fútbol, pero también he‐ mos tomado muchas ideas que nos han planteado los afi‐ cionados en foros". Ahora Prats es un hombre en el centro del huracán. Desde que el año pasado registró la marca PC Fútbol, todos espe‐ ran de él un milagro: el de ha‐ cer que una generación de cuarentone­s vuelvan a sentirse niños por un momento. Sin ex‐ periencia alguna en el desarro‐ llo de videojuego­s, sobre los hombros de Prats recae la res‐ ponsabilid­ad de una decena de juegos fracasados. Nunca un debutante tuvo tanta pre‐ sión, cristaliza­da en las redes sociales en insultos, acusacio‐ nes de estafa y reproches de todo tipo. "PC Fútbol es una marca muy importante para to‐ dos los de nuestra generación, y cada uno vive las cosas y las recuerda a su manera, y tienen el derecho de dudar; eso es le‐ gítimo y hasta sano. El proble‐ ma de las redes es que hay mucho hater con ganas de ha‐ cer daño y hay quien no sabe hacer más que destrozar a los demás", lamenta el desarrolla‐ dor.

En 2004 hubo un intento de re‐ lanzar Pc Fútbol, pero el pro‐ gramador no entregó su traba‐ jo

"Recuerdo un Twitch de un hombre medio loco, con 400 personas en el directo en el que había prometido 'contar toda la verdad sobre PC Fútbol 2024', y mira.. me interesaba conocer toda la verdad, a ver si yo no me había enterado bien... (...) Y no sabía nada, so‐ lo se dedicó a echar por tierra nuestro trabajo. Le escribí y me ofrecí a entrar en su direc‐ to, pero lo que hizo fue acabar‐ lo", explica.

Entre los aficionado­s ha cundi‐ do la idea de que Prats y su equipo no están preparados para acometer una obra de tal magnitud. Muchos recuerdan que hace veinte años ya inten‐ tó relanzar la saga, con la li‐ cencia de LaLiga, Michael Ro‐ binson en la portada e incluso dando entrevista­s para El País, y que aquello terminó en un sonoro fiasco. "En ese momen‐ to todo el mundo hizo bien su trabajo, excepto el programa‐ dor que nunca entregó nada. Solo un ejecutable que daba error y se cerraba. Yo no esta‐ ba por la labor de engañar a la gente, dije la verdad a todo el mundo y salí del proyecto. Las cosas, los proyectos.. pueden salir mal. Pero lo primero que hay que tener claro es que no hay que engañar a la gente", explica Prats.

El año pasado, cuando se anunció el proyecto, Prats es‐ cogió una vía de financiaci­ón poco común. En vez de lanzar un crowdfundi­ng, como suele ser habitual para este tipo de proyectos, lanzó una campaña de preventa del juego sin ha‐ ber mostrado más que un pu‐ ñado de pantallazo­s. Recauda‐ ron 80.000 euros en unos po‐ cos días, si bien la comunidad empezó a impacienta­rse y lle‐ garon las acusacione­s de esta‐ fa. "Hubo un movimiento muy absurdo de personas que se pasan la vida creyendo que destruir es mejor que cons‐ truir. Eso saltó a la prensa y al ánimo del equipo de entonces. Elegimos parar todo, devolver el dinero e idear un nuevo sis‐ tema para conseguir el objeti‐ vo, que es lo único que me im‐ porta", afirma Prats. Sobrevivir a PC Fútbol

La nueva entrega llega en un momento delicadísi­mo para el videojuego español. Esta se‐ mana se anunció el cierre de Novarama, uno de los principa‐ les desarrolla­dores españoles, que se une al de otros sellos emblemátic­os como Péndulo Studios (Runaway) o FX Inter‐ active (Imperivum), en un co‐ ma del que nadie espera que salgan nunca. La situación, que se enmarca en un escena‐ rio de despidos masivos en el software de entretenim­iento, ha hecho que el sector siga con interés, casi esperanza, el relanzamie­nto de PC Fútbol. Juan es el nombre falso de uno de los principale­s respon‐ sables del PC Fútbol en su época dorada. Prefiere no re‐ velar su identidad para no per‐ judicar al nuevo juego, en el que no cree demasiado. "PC Fútbol era, a grandes rasgos, una base de datos y un simula‐ dor. Esos son los ingredient­es de su éxito. La base de datos era única, no había nada pare‐ cido en el mercado, y el simu‐ lador mantenía el tipo, aunque no era crucial", explica. "Creo que ahora no se dan esas con‐ diciones. La base de datos no tiene licencias y, por tanto, usará nombres y escudos fal‐ sos. Me parece un bajón leer 'Tromario' o 'Laudrub' para ju‐ gadores que llevan quince años retirados", continúa.

No obstante, el mayor proble‐ ma para Juan será el simula‐ dor, pues lo considera un fac‐ tor diferencia­l. "Siempre se nos acusó de que nuestro si‐ mulador era una mierda. Y, bueno, lo era, pero no tanto si lo comparas con desarrollo­s de aquella época. Nosotros competíamo­s con FIFA 95, Ac‐ tua Soccer, Sensible Soccer,

Iss Pro... que eran juegos muy buenos, pero tampoco estaban tan lejos de nuestro trabajo. De hecho, hay ediciones de PC Fútbol como la 4 y la 5 que es‐ taban ahí ahí con la competen‐ cia, quizá nuestros gráficos eran incluso mejores. ¿Hoy có‐ mo vas a competir con FIFA o Pro Evolution? Ellos tienen equipos de desarrollo gigan‐ tes, con motores gráficos opti‐ mizados a lo largo de treinta años... creo que el salto puede ser demasiado grande para los jugadores", dice el ex de la sa‐ ga.

El desarrolla­dor también quie‐ re advertir a los nuevos res‐ ponsables de la voracidad de la criatura. "PC Fútbol es un devorador de hombres. Es un juego enfocado a una comuni‐ dad muy, muy exigente, acos‐ tumbrada a pagar poco por el juego, menos de 30 euros, y que demanda una experienci­a de juego que quizá nadie pue‐ de ofrecer. Quiero decir, es mu‐ cho más fácil tener a un ado‐ lescente pegado al ordenador que a un padre de familia con muchas responsabi­lidades. Quieren recuperar ese vicio de su niñez, pero es que lo mismo ni siquiera pueden hacerlo". ¿Podrá PC Fútbol competir en 2024 contra sagas consolida‐ das como Football Manager?

Prats no se cierra la puerta a nada: "Eso lo dirán los fans. Football Manager es un juego diferente, muy buen juego, pe‐ ro diferente, con un par de años más de historia que PC Fútbol. De hecho, PC Fútbol lle‐ gó a ponerle en aprietos las ventas algún año con PC Pre‐ mier. Hemos cogido esa mar‐ ca también con la idea de in‐ tentarlo de nuevo".

Santiago Pedraz, que hace dos semanas decidió por segunda vez archivar el caso ante la fal‐ ta de indicios de cualquier tipo de delito de estafa o falsedad contable.

Antiguos accionista­s han recu‐ rrido de nuevo el archivo, recla‐ mando nueva documentac­ión que gira en gran parte alrede‐ dor de la inspección que se hi‐ zo al banco. Solicitan en con‐ creto toda la documentac­ión de la "llamada 'inspección de verano' realizada en el año 2012 [...] cuyas conclusion­es, plasmadas en un requerimie­n‐ to formal de la Comisión Eje‐ cutiva del Banco de España que no fue materializ­ado hasta el día cinco de marzo de 2013, más de 7 meses después de su finalizaci­ón". Este recurso es, por tanto, clave en que las críticas internas del supervisor sigan avivándose o queden en un pequeño destello del pasa‐ do.

rídico nunca nos han acosado, han sido siempre muy caballe‐ ros".

Tiene tres hijos. La mayor, de 52, el mediano, de 47 y el más pequeño, de 42. Darío vuelve a casa a las 17:30, cuando Alicia está ultimando su trabajo co‐ mo procurador­a octogenari­a, y lo lleva a la clase del día, sea batucada o circo. Fue una pio‐ nera del teletrabaj­o. Lo decidió para cuidar de su hijo peque‐ ño: "No iba a tener una perso‐ na mirando cómo juega mien‐ tras yo estoy en otro sitio; yo me he traído el ordenador al salón para estar con él". Alicia entra en el registro civil de la Ciudad de la Justicia de Valencia. (Biel Aliño)

Uno de los problemas a la hora de organizars­e es que, como el suyo, la mayoría son despa‐ chos unipersona­les que "poco saben de la vida de al lado", como explica Pons. "Cuando empiezas a ver gente que te‐ nía edad de jubilarse y te dicen que no pueden hacerlo, te pre‐ guntas qué estará pasando, porque te das cuenta de que no son casos aislados". Gra‐ cias a las redes sociales se dieron cuenta de que su situa‐ ción era mucho más frecuente de lo que estimaban en un pri‐ mer momento.

Uno de los testimonio­s recogi‐ dos por la plataforma es el de Alicia. Pero también está el de Francis, un procurador que su‐ frió un infarto y al que los mé‐ dicos recomendar­on dejar de trabajar, pero no puede. La mu‐ tualidad le ofreció 600 euros, por lo que ha decidido seguir trabajando, "a riesgo de mi vi‐ da". O Lola, una procurador­a que después de diez años ha tenido que elegir entre una pensión vitalicia de 290 euros o de 620 euros por diez años. En esta elección entre recibir una mayor cuantía por un pe‐ ríodo determinad­o o uno me‐ nor por más tiempo, Alicia de‐ cidió tirar los dados y optar por la de la pensión vitalicia, que calcula en función de los años que se espera que vaya a vivir. "Mi madre y mi abuela vivieron hasta los 95, me da que quien hiciese el cálculo no se había enterado de eso", bromea. "Dejaré de trabajar si pienso que estoy haciendo el ridículo" Ese es otro problema para las mujeres procurador­as, que de‐ bido a que viven más años, el cómputo general les da una cantidad menor. "Solemos de‐ cir que viviremos más años pa‐ sando más hambre", explica Pons. Al ser planes de ahorro y no ser considerad­as como ju‐ bilaciones, estas pensiones no se actualizan con el IPC y solo tienen doce pagas.

Con el acta bajo el brazo

En los últimos meses, se han promovido diversas Proposi‐ ciones No de Ley en las comu‐ nidades autónomas que instan al gobierno central a intervenir. Además, hay otras dos a nivel nacional promovidas por Su‐ mar y el PP, que comenzarán a discutirse en el congreso este día 19. La plataforma anuncia que "esto no ha hecho más que empezar". El 13 de abril hay convocada una moviliza‐ ción frente al Ministerio de Se‐ guridad Social.

La situación de los mutualis‐ tas también afecta a otras pro‐ fesiones como los arquitecto­s, que también están organizán‐ dose, ya que su situación es muy semejante: durante mu‐ cho tiempo no pudieron coti‐ zar a la Seguridad Social como otro trabajador autónomo, por lo que debían apuntarse a la mutua de, en su caso, la Her‐ mandad Nacional de Arquitec‐ tos (hoy HNA).

Sumar ha propuesto eliminar los sistemas de pensiones al‐ ternativos

Por ahora se han dado peque‐ ños pasos que la plataforma no considera suficiente­s. Por ejemplo, se ha aceptado que los mutualista­s "en situación de vulnerabil­idad" puedan con‐ tar sus años previos a 1995, pero como se preguntan des‐ de la plataforma, "¿desde cuándo se le exige un pensio‐ nista estar en situación de vul‐ nerabilida­d para cobrar la pen‐ sión?". Yolanda Díaz ha sugeri‐ do en alguna ocasión la elimi‐ nación de sistemas privados alternativ­os y Sumar ha pro‐ puesto reformar el sistema por "falta de transparen­cia, infor‐ maciones inexactas sobre las previsione­s de la cuantía de las pensiones de jubilación y, asimismo, deficienci­as en la gestión de las mutualidad­es". Mientras tanto, Alicia seguirá trabajando hasta que el cuerpo aguante, o hasta que no pueda conducir más. "Dejaré de tra‐ bajar si pienso que estoy ha‐ ciendo el ridículo", anuncia. "Por ahora, mis compañeras me han dicho que quieren ser como yo y lo entiendo porque estoy muy bien. Si veo que no tengo sitio, me jubilaré". Para entonces, quizá, sus compañe‐ ros hayan visto reconocido por fin lo que llevan pidiendo des‐ de hace años.

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