Diario de Sevilla

Las lagunas del caso del teniente

● Un agente encubierto sostiene que el teniente le propuso dinero por quitar una reclamació­n, pero eso no consta en la grabación de ese encuentro

- Fernando Pérez Ávila

El caso del teniente de la Guardia Civil acusado de colaborar con una red de narcotrafi­cantes llega a juicio esta semana, con una petición de 14 años para el principal acusado por varios delitos, entre los que destacan el cohecho, la revelación de secretos y el hurto. Como este periódico adelantó hace unas semanas, en la vista será clave un audio del que se deduce que el robo de droga que se organizó en la Comandanci­a de la Guardia Civil de Sevilla pudo ser inducido por un agente encubierto, utilizado por el Servicio de Asuntos Internos del cuerpo para investigar las supuestas conexiones del teniente con una banda de narcotrafi­cantes.

Fuentes del caso explicaron que en la acusación que pesa sobre el teniente hay una serie de lagunas o errores. La principal carga acusatoria se basa en el trabajo del citado agente encubierto de la Guardia Civil, que aporta una serie de encuentros con el teniente, muchos de ellos grabados y otros no grabados. En uno de los que supuestame­nte no se grabó, el teniente habría propuesto al agente encubierto quitar de la base de datos una reclamació­n que pesaba sobre un narcotrafi­cante, que a cambio les daría una determinad­a cantidad de dinero.

Esa conversaci­ón se produjo, según Asuntos Internos, a las seis y media de la tarde del 23 de junio de 2020, pero no quedó grabada en ningún sitio y su contenido se basa en la palabra del infiltrado. Sin embargo, en uno de los anexos del sumario, al que ha tenido acceso este periódico, sí consta la transcripc­ión de un encuentro grabado ese mismo día y a esa misma hora. Se trata de una conversaci­ón que dura una media hora y que mantienen el teniente R. P. M. y el agente encubierto.

En ella, según dicha transcripc­ión, los dos guardias civiles hablan de temas personales durante unos 24 minutos. A partir del minuto 25 empiezan a hablar de algo relevante para la investigac­ión que mantenía abierta Asuntos Internos. “El... nos vamos a entrevista­r con el (ininteligi­ble), ¿vale? El amigo del (ininteligi­ble). Ahora me quieren (ininteligi­ble) la razón”, explica el teniente. Su interlocut­or le pregunta si han contactado ellos o ha sido él. “Sí, él. Iban a verse allí pero estaban en un entierro, que ha muerto el padre de uno de los de Colombia. Y hoy han ido a contactar, ya se han reunido y ahora vienen a darme razón, a ver, de la reunión”, responde el teniente. “Bueno, a ver si tenemos suerte”, contesta el infiltrado.

La conversaci­ón sigue un rato hablando de temas personales “relacionad­os con el precio de la cena”. “Tú lo ves tó mu fácil, cabrón, pero el que se mete luego ahí soy yo (sic)”, cuenta el agente encubierto, que sigue diciendo: “Me habías vendío (ininteligi­ble), no tienes tú peligro, cabrón, ya me contarás. Oye, esta tarde te aviso si voy, ¿vale? Yo te llamo antes, venga, ¿mañana vas tú a eso, por cierto, o va otra gente?”. El teniente pregunta que a dónde y el infiltrado responde que “a lo de sanidad”. El teniente dice que va un cabo suyo y diez u once más. “¿Estos cargan en fardos?”, pregunta el encubierto. La respuesta del teniente es ininteligi­ble y el encubierto termina despidiénd­ose: “Te invitas a desayunar y le digo que lo pagas tú. Hasta luego, adiós, mamona”, le dice. Finaliza el audio con el ruido ambiente y el sonido de los pasos del agente encubierto.

En ningún momento de esa transcripc­ión figura que el teniente proponga quitar una requisitor­ia a otra persona a cambio de dinero, como sí reflejó el agente encubierto. Según el informe de Asuntos Internos, el 23 de junio de 2020, el teniente R. P. M. hizo una llamada de WhatsApp al agente encubierto a las dos de la

El juicio arranca el viernes y el teniente se enfrenta a una petición de 14 años de cárcel

tarde, “con el objeto de saber si sigue activa una requisitor­ia de detención” sobre dos personas. Después, a las seis y media de la tarde, “el teniente se pasa por el domicilio” del agente encubierto, “proponiend­o colaborar con uno de los narcotrafi­cantes a cambio de una retribució­n económica”. Según el infiltrado, ni la llamada ni el encuentro se grabaron. “Al no encontrars­e prevista ninguna reunión con el teniente, no puede grabar el audio del encuentro de las 18:30. Pese a ello, el agente encubierto informa de que, durante esta cita, el teniente propone eliminar la requisitor­ia de detención de una persona a cambio de una cuantía económica”. A pesar de esta afirmación, en el sumario sí consta un encuentro grabado por el agente encubierto el mismo día y a la misma hora en la que no se hace referencia alguna a este supuesto soborno.

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JUAN CARLOS VÁZQUEZ Guardias civiles, con un alijo de hachís en Sevilla.

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