SAN MAMÉS BIEN VALE UNA MISA
CON el ánimo efervescente va el Sevilla a una cita que suele dársele bien. Se trata de un duelo en la nueva Catedral, escenario que le trae muy buenas sensaciones, Y en esta ocasión lo hace con el plus que debe suponer el sentimiento de vendetta de José Luis Mendilíbar, que llega a la que fue su casa con el recuerdo de no haber sido capaz de ganar ni una sola vez como visitante. O sea que no faltan los motivos para salir espoleado.
En la nueva Catedral pelean dos clásicos con el ánimo renovado y muy por las nubes
Formado en Lezama y con la espinita de no haber llegado a jugar en el sueño de todos los vascos, el Athletic Club, Mendilíbar tuvo la oportunidad de triunfar en su banquillo, pero duró un suspiro. En el verano de 2005 suplió a Ernesto Valverde, que había caído en semifinales ante el que sería campeón, el Betis, pero no superó un tercio de Liga. Y hoy, precisamente, se las verá con el hombre que le antecedió y con el que formaría años atrás en la delantera del Sestao.
Ha llovido mucho, los tiempos cambian y los que corren hoy no pueden ser mejores para ambos rivales, Athletic y Sevilla. Los leones se han reenganchado a la pelea por un lugar al sol continental y ven a Villarreal y Betis a tiro de piedra. Por su parte, el Sevilla anda tocando el cielo con las manos gracias a este Mendilíbar que tanto ha calado en el sevillismo gracias a sus números desde que en buena hora relevó a un nefasto Sampaoli que llevaba al Sevilla Dios sabe a dónde.
Y tanto ha cambiado la cosa con la llegada del vasco que Pepe Castro hasta se atreve a pensar en clasificarse para Europa, algo complicado por vía liguera, pero nada desdeñable mediante hacerse con La Séptima el 31-M en Budapest. Hoy, como el pasado domingo ante el Villarreal, tiene el Sevilla a mano echarle un cable al eterno, aunque no parece que sean esos los motivos que vayan a impulsarle a un triunfo en San Mamés. Siempre hay mucho en juego, pero hoy en el Bocho...