EL SANTORAL DEL MIÉRCOLES

LAS noches del Miércoles Santo son las de los recuerdos de una cofradía del Buen Fin de reg reso por calle Cardenal Spínola con la única música de un tambor redoblando como contrapunto de la voz seca del capataz para que en los balcones no rozara ni un varal. Cada cabeza de ángel del techo de palio parecía besar la cal blanca del caserío del bar r io de San Lorenzo ante la admiración de los jóvenes que caminábamos ante la Virgen de la Palma.

Tiempo de recuerdos que me llevan de San Lorenzo a San Martín, donde la madrugada caía mientras el cr ujir de las maderas del galeón de su paso de misterio sorteaba dificultosamente las callejuelas que le acercan al templo donde reposan los restos del imaginero Juan de Mesa, el hombre que esculpió a Dios, como bien lo retrató el recordado Fernando Carrasco.

San Lorenzo, San Martín, San Pedro, San Bernardo, San Andrés, San Vicente. Todo un santoral el de este Miércoles Santo cofrade que comienza en Omnium Sanctorum para continuar con San Juan de Dios y su cofradía de la Sed y abrochar la jornada en la capilla del Baratillo.

El Miércoles Santo acaba litúrgicamente la cuaresma para dar comienzo al Triduo Pascual. Y este año más que ningún otro estamos deseando que f inalice esta extraña cuaresma para que cuanto antes comience la cuenta atrás hacia la Semana Santa de 2022, donde todos anhelamos una vuelta a las vivencias cofrades como las entendemos los sevillanos.

Muchos recordarán este 2021 como el segundo año que no tuvimos Semana Santa. Yo quisiera recordarlo también como el año que se nos fue un auténtico referente del Miércoles Santo, Otto Moeckel. Este alemán del Arenal ya comparte balcón con otro nazareno del Miércoles que se nos fue en busca de su Virgen del Refugio hace cinco años, el bueno de Fernando Carrasco. No quiero ni pensar cómo debe ser esa ter tulia allí ar r iba entre el baratillero y el nazareno de los artilleros. Hoy, Miércoles Santo, mi recuerdo y admiración para ambos.