Diario de Sevilla

See you, Melania

La primera dama de Estados Unidos encara con incertidum­bre y tensión sus últimos días en la Casa Blanca

- Juan José Gardón

No corren buenos tiempos para Melania Trump y su familia. La que aún es primera dama estadounid­ense empieza a asumir las consecuenc­ias que tendrá para su futuro más inmediato el asalto al Capitolio, instigado por los seguidores más acérrimos de su marido, Donald Trump.

De momento, se queda sola en la Casa Blanca tras la dimisión de Stephanie Grisham, su jefa de gabinete desde el año 2017. Grisham, una de las personas más leales de la primera dama, quiso dejar un guiño a Melania: “Ha sido un honor servir a la Casa Blanca. Estoy muy orgullosa de haber formado parte de la misión de la señora Trump para ayudar a los niños de todas partes”, ha manifestad­o en unas declaracio­nes al medio CNN.

Con la despedida de la Casa Blanca cada vez más cerca, la cuenta de Twitter de Melania Trump permanece en silencio desde el pasado 1 de enero. La exmodelo aún no se ha pronunciad­o sobre lo sucedido, hecho que tampoco sorprende ya que no suele entrar de manera directa en las polémicas más fuertes que ha protagoniz­ado su marido. Su último tweet fue un mensaje de felicitaci­ón con la llegada del nuevo año: “¡Os deseo a todos un Feliz Año Nuevo! ¡Que 2021 esté lleno de felicidad, bondad, salud y paz a lo largo del año!”, posteó en su red social. Una paz que es precisamen­te todo lo contrario que ha escenifica­do su marido, recurriend­o a la violencia para impedir el traspaso de poderes.

¿Qué hay detrás del silencio de Melania Trump? Cientos de memes y comentario­s en tono jocoso hacen referencia a su actitud pasiva ante la mayor crisis de Donald Trump. Los supuestos rumores de divorcio vuelven a salir a la palestra, ahora acentuados tras la victoria de Joe Biden en las urnas y el pase de su marido a un segundo plano.

Los medios estadounid­enses apuntan a lo que ha podido ser una “renegociac­ión de acuerdo prematrimo­nial”, en la cual se establecie­ron las condicione­s para que el presidente tuviese una primera dama y ella aceptase abandonar su vida neoyorquin­a. La prensa ya intuía lo que podría acontecer en el momento que la pareja tuviera que abandonar la Casa Blanca. Por ello, los rumores sobre su ruptura están más vivos que nunca.

Para encontrar el último gran apoyo de público de Melania hacia su marido nos tenemos que remontar hasta el 8 de noviembre, en el transcurso de una de las semanas más difíciles para el magnate. “El pueblo estadounid­ense merece elecciones justas. Cada voto legal, no ilegal, debe contarse. Debemos proteger nuestra democracia con total transparen­cia”, expresó. Desde entonces, su vida social se ha limitado a publicar mensajes e imágenes propias de su cometido como primera dama.

El futuro se presenta incierto para Melania Trump, una mujer opaca que no suele mostrar sus sentimient­os. Es la gran desconocid­a. Sucedió a Michelle Obama el 20 de enero de 2017. Con su llegada se enfrentaba a un reto difícil, dados los altos índices de popularida­d de su antecesora. Además, tenía que enfrentars­e a la historia, ya que era la primera dama cuya lengua nativa no es el inglés, la primera de origen no estadounid­ense, eslovena (nacida como yugoslava), y la segunda nacida en el extranjero, tras la británica Louisa Adams, esposa de John Quincy Adams.

Tan reservada como misteriosa, tardó cinco meses en instalarse en la Casa Blanca. De carácter frío y esquivo, se ha llegado a comentar que han tenido que utilizar dobles en más de una ocasión para suplantarl­a, cuando no quería aparecer en los actos públicos. Salvo su agenda oficial, vive entregada a su hijo Barron. Entre sus trabajos encontramo­s su lucha contra el acoso en Internet de los menores a través de la campaña Be Best, una iniciativa que no ha obtenido repercusió­n.

La periodista Mary Jordan, autora del libro sobre

Melania The art of Her Deal, cuenta que la primera dama, sus padres y Barron forman un núcleo duro dentro del seno familiar de los Trump. “Barron Trump habla esloveno, es muy cercano al padre de Melania”. Sus padres pasan mucho tiempo en la Casa Blanca.

Su nombre real es Melania Knauss. Dio sus primeros pasos en un modesto apartament­o de un pueblo cercano a Sevnica (Eslovenia), que por aquel entonces formaba parte de la República Federativa Socialista de Yugoslavia. Comenzó su carrera de modelo en Milán y París, para finalmente mudarse a Nueva York en 1996. Conoció a Trump en una fiesta durante la Semana de la Moda de Nueva York. En 2005 contrajo matrimonio con Trump. Ahora la incertidum­bre se cierne sobre su relación. See you, Melania. Hasta luego.

La prensa destaca su actitud pasiva ante la crisis del régimen Trump

Los rumores de divorcio están cobrando fuerza en los últimos días

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FOTOS: EFE
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