La familia, ese difícil misterio
El reencuentro con el patio del Cicus, cada verano, supone definitivamente admitir que la temporada oficial sevillana ha terminado y comienza ese teatro al aire libre que tanto se mimetiza con la idiosincrasia hispalense. Antonio Torres, el programador de los espectáculos teatrales del ciclo 21 grados, se ha convertido en un experto teatral que ha conseguido depurar un excelente olfato a la hora de descubrir joyas teatrales que ofrecer en esta programación que se prolongará hasta el 20 de julio. Hoy, con la versión de Medida por medida de Shakespeare.
Bienvenido a casa de Manuel Valls cuenta con la experiencia en la dirección de Eva Zapico, reconocida ampliamente en la Comunidad Valenciana, que en el ámbito de los escenarios vive uno de sus mejores momentos. La obra surgió como pieza corta que, ahora, hemos podido disfrutarla a cargo de tres magníficos actores Juan Mandli y Alejandra Mandli (actor argentino afincado en España y su hija) y Manuel Valls.
Las irremediables, insoportables e inexorables relaciones familiares son el eje de esta obra que tiene como excusa la venta de un piso de una herencia. La falta del padre (desaparecido 30 años atrás) provoca un encuentro entre los dos hermanos y su progenitor.
Zapico disfruta desordenando la lógica de la historia cayendo a veces en una esquizofrenia creativa, ya que duplica personajes sin casi ofrecer asideros al espectador, que tiene que aguardar a ver la obra completa para encajar el puzle de esta familia desestructurada. Escenas-bucles que se repiten e interpretaciones en estado de gracia dan forma a una propuesta intelectualizada sobre una familia descompuesta, en la que nada acaba siendo lo que se esperaba. La pieza sorprende en su abordaje de todo tipo de relaciones entre los hermanos y la distorsionada visión del propio padre.