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Bandera Azul en Lerate
Como vecina del pueblo de Lerate me gustaría hacer una reflexión sobre la Bandera Azul concedida al embalse de Alloz.
El valle de Guesalaz tiene algo más de 400 habitantes y Lerate 20 censados. Todo el mundo tiene derecho a disfrutar del entorno privilegiado que tenemos y por eso, durante años se ha intentado regular la masificación y cuidar el medio ambiente. La concesión de esta bandera no implica que se vaya a cuidar más, ya se estaba haciendo. Lo que implica es una publicidad desmesurada a un espacio muy pequeño. Los lugares que tienen bandera azul en pantanos son enormes con poblaciones y recursos mucho más importantes que los que puede tener este pequeño rincón de Navarra.
Charo Apesteguía, de Tierras de Iranzu, promotora con el Ayuntamiento de este proyecto, en una entrevista en la Cadena Ser, dijo que la noticia había llegado a millones de personas. Ese es el problema. El pantano de Alloz es suficientemente conocido para crear problemas de masificación que cuesta un dineral controlar. No quiero imaginar lo que puede llegar a ser este maravilloso espacio si viene una cuarta parte de las personas que han oído la publicidad. Conocemos lugares que están empezando a tomar medidas para gestionar la masificación turística. Aquí lo que se hace es prender fuego, léase publicitar, y luego llamar a los bomberos, léase llamar a los Forales que pongan multas o cualquier recurso de contención. Sitios pequeños, pequeña publicidad, o ninguna.
Gloria Villar
El entramado es quien nos gana la partida
El sector primario es aquel en el que pensamos todas las personas cuando observamos la pirámide de las necesidades de Maslow (una teoría sobre la motivación humana). Teoría en cuya base se encuentra alimentarse junto con respirar, descansar… y una vez cubiertas estas necesidades la teoría dice que van pudiéndose llevar a cabo u ocurrir las siguientes, otras muchas. ¿Y por qué no todos juntos? Somos personas ganaderas, agricultoras, horticultoras, fruticultoras, cazadoras, pescadoras, transformadoras y vendedoras a pequeña escala y de manera local. Intentamos hacer las cosas lo mejor posible y vivir en armonía con el medio, porque el medio es una de las variables con la que hacemos posible nuestro trabajo y por ende la vida de todas las personas. He especificado el medio, entendiendo que dentro del mismo está mucho de lo que nos une y me refiero a la tierra, el clima, los animales, la simiente, los abonos, los fitosanitarios y/o abonos orgánicos, maquinarias y/o trabajos manuales... Dentro de todas estas variables y afectando a todas ellas hay cosas que nos unen y que nos afectan tanto como personas consumidoras, como productoras. Voy a poner unos pocos ejemplos y seguro que entre todos podríamos enumerarlas todas: normativas, legislaciones, decisiones políticas, sindicatos, grandes poderes, intereses económicos, grandes distribuciones, publicidades, medios de comunicación, lobbies… ¿De veras creéis que no tenemos nada que ver con otros agricultores cuyos modelos productivos son diferentes o incluso sus explotaciones son más grandes o más pequeñas que las nuestras? No perdamos el norte, este entramado es quien gana la partida de momento, no dejemos pasar la oportunidad. Martín Goldáraz Iribarren y Leire Iribarren Murillo
Redes sociales
En un mundo donde las redes sociales predominan en nuestra vida diaria, el impacto que nos provocan a cada uno de nosotros me ha llevado a reflexionar mi propia experiencia y la de las personas que me rodean. Como alguien que utiliza las redes sociales diariamente, he podido observar cómo en muchas ocasiones pueden ocasionar un cambio en la perspectiva de uno mismo y de los demás. La sociedad ha normalizado el hecho de sentir una presión constante por mantener una imagen perfecta lo que nos lleva a compararnos con el resto y emocionalmente es complicado sobrellevarlo.
Estamos educando generaciones de jóvenes que pasan gran parte de su tiempo frente a una pantalla y que desde bien pequeños ya sufren miles de complejos, desarrollando la gran mayoría de veces problemas de salud mental. ¿Hasta qué punto estamos dispuestos a digitalizar nuestra sociedad si en consecuencia esto implica poner en riesgo la salud mental y el bienestar emocional de nosotros mismos y de las futuras generaciones? Es importante empezar a sensibilizarnos sobre esta situación y tomar las medidas oportunas antes de que sea demasiado tarde. Malena Serradilla González