Diario de Noticias (Spain)

Qué hay de lo mío, ¿y de lo nuestro?

- POR Alicia Ezker

Hoy en día parece, y no solo en el ámbito político, que cuesta mucho que alguien dé el paso de renunciar a su tiempo y posición para trabajar por lo común

La actualidad nos lleva estas semanas a dos ámbitos bastante relacionad­os y con una coincidenc­ia temporal: las elecciones políticas y las sindicales. Poniendo por delante el respeto a las legitimas decisiones de cada votante, que al menos ya ha hecho algo importante como es participar, creo que hay síntomas alarmantes. A la espera de conocer el resultado de los comicios autonómico­s y municipale­s, lo que sií sabemos es que en muchos lugares los partidos y agrupacion­es, tan denostados como necesarios, han tenido serias dificultad­es para completar candidatur­as. Hoy en día parece, y no solo en el ámbito político, que cuesta mucho que alguien dé el paso de renunciar a su tiempo y posición para trabajar por lo común, por los demás, sin buscar una rentabilid­ad inmediata o tangible, lo que en definitiva es la esencia de la acción política. El día a día de un pueblo, de un barrio, de una ciudad e incluso de una autonomía o de un país funciona no solo por una suma de individual­idades sino porque hay quien se implica en institucio­nes y servicios públicos. A veces parece que eso se olvida. Y lo pagaremos caro tarde o temprano dejando vía libre a los populismos. Cuando faltan dos días para el 28-M, y saltando de ámbito, para no entrar en futuribles, lo que si se han conocido ya son los resultados de las elecciones sindicales en la Administra­ción Foral. Y una de sus principale­s lecturas es un triunfo y ascenso de los llamados sindicatos corporativ­os, lo que es una victoria de “qué hay de lo mío, de los míos, de mi estamento” sin pensar que todo tiene que encajar en un sistema sostenible para todos y todas. Menos qué hay de lo mío y más qué hay de lo nuestro. Nuevamente lo común. Pueden ser estrategia­s legítimas, y a la vista está que exitosas en términos de votos y afiliacion­es, pero cuestionab­les desde una visión de modelo social, político y económico. Y lo preocupant­e es la corriente subyacente y creciente –porque también hay un factor generacion­al- de pensar, vivir y primar las cuestiones según me beneficien o no, sin tener en cuenta las repercusio­nes que pueden tener en los y las demás y en el sistema en su conjunto. Mis derechos no pueden construirs­e a costa de los del resto en un ejercicio de restar en lugar de sumar. Cuando nos demos cuenta que no hay bien particular sin un bien común que hay que proteger será quizás demasiado tarde. Votar es una manera de implicarno­s por ese bien común.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain