El Gobierno sudanés acusa a las FAR de asaltar embajadas
El Ministerio de Exteriores aseguró, además, que los paramilitares violaron a mujeres empleadas en ONGS
– El Gobierno sudanés acusó ayer al grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) de “asaltar” varias embajadas en Jartum y de “violar” a mujeres cooperantes desde el inicio del conflicto en Sudán.
El Ministerio de Exteriores sudanés condenó en un comunicado “el reciente asalto a la embajada india en Jartum, la embajada coreana, la oficina cultural saudí, la residencia de diplomáticos suizos y la división consular de la embajada turca”, actos que calificó de “atroces violaciones” y de “flagrante desprecio del alto el fuego declarado y violación del Derecho Internacional”.
Además, el ministerio mostró su “indignación” por “las atrocidades de agresión sexual, intimidación y violación perpetradas por grupos rebeldes contra mujeres empleadas en organizaciones de ayuda humanitaria”, sin dar más detalles.
Indicó que los “insurgentes” han ocupado también algunas instalaciones médicas, como “laboratorios centrales y hospitales públicos, poniendo en peligro la salud y la seguridad de ciudadanos inocentes, expulsando a pacientes y privándoles de la atención médica y la medicación necesarias”. El último incidente ocurrido fue en el hospital Haj Al Safi, en Jartum Norte, lugar en el que ayer se produjeron fuertes combates y bombardeos durante el primer día de la tregua de una semana auspiciada, en este caso, por Sudán del Sur.
“Debido a la frecuente escalada y gravedad de estas transgresiones, que implican robos, amenazas, coacción y el uso de civiles como escudos humanos, así como ataques a misiones diplomáticas e incluso el ataque a aviones de evacuación, el ministerio hace un llamamiento a la comunidad internacional para que denuncie estos actos ilícitos y ejerza presión sobre los dirigentes de las FAR para que pongan fin a las hostilidades, se retiren de los hospitales y las zonas residenciales”, apuntó.
Las FAR, por su parte, han ido negando todas las acusaciones vertidas contra ellos por parte del Gobierno y el Ejército sudanés.