Rusia aumenta la presión en el Donbás y cifra en 2.000 los rendidos en Azovstal
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, asegura que en Lugansk se vive un infierno, “y no es una exageración”
MOSCÚ/KIEV – La operación de rescate de los últimos defensores de la acería Azovstal continúa en Mariúpol, en el sur de Ucrania, donde ya se han entregado casi 2.000 combatientes, mientras Rusia intensifica los ataques en el Donbás, donde la situación es equiparable a “un infierno”, según el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. “Las fuerzas ucranianas siguen avanzando en la liberación de la región de Járkov. Pero en el Donbás los ocupantes intentan aumentar aún más la presión. Es un infierno y no es una exageración”, afirmó Zelenski en una alocución televisada.
El mandatario ucraniano se refirió en particular a los bombardeos rusos en la ciudad de Severodonetsk, el principal bastión ucraniano en la región de Lugansk, donde sólo en un día hubo una docena de muertos y decenas de heridos, según Kiev. Zelenski advirtió de que comienza la etapa final de la guerra, que será “más dura y sangrienta”.
De acuerdo con el gobernador de
Lugansk, Serhiy Gaidai, a causa de los ataques rusos en Severodonetsk y la vecina Lysychansk, resultaron dañados más de 60 edificios.
CIVILES MUERTOS la república autoproclamada a lo largo de la última jornada.
La intensificación de los ataques en el Donbás se debe al deseo de los rusos de acelerar el cumplimiento de uno de los principales objetivos de la ofensiva: el control total de Lugansk, donde, según los últimos datos, las fuerzas de Moscú se han hecho con el 95% del territorio. civiles que se refugiaron durante semanas en la planta habían abandonado la acería, al igual que los combatientes gravemente heridos.
“Los heridos graves han recibido la ayuda necesaria y fueron evacuados para su posterior canje y traslado a territorio controlado por Ucrania”, dijo, en un momento cuando en Rusia se baraja el posible enjuiciamiento de los integrantes del Azov, a los que Moscú acusa de ataques a civiles en el Donbás y califica de “criminales nazis”.
En cuanto al proceso de sacar los cuerpos de los combatientes que murieron defendiendo Azovstal, este todavía estaba en marcha, afirmó Prokopenko, que junto con otros altos mandos de Azov, como Svyatoslav Palamar, se ha resistido hasta ahora a abandonar la acería.
“Mis comandantes y yo estamos en la planta Azovstal. Hay una operación, cuyos detalles no voy a revelar. Agradezco a Ucrania y a todo el mundo el apoyo. Nos vemos”, dijo previamente en un breve mensaje